De acuerdo con un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) y la Fundación SODIS, en este emprendimiento participaron mujeres, especialmente madres de niños menores de cinco años y de pequeños que están en edad escolar de los municipios de Arque, Tacopaya, Bolívar y Sacabamba.
Con el propósito de lograr el cambio social en su comunidad, para que tengan mejores prácticas de higiene (lavado de manos con agua y jabón o ceniza), consumo de agua segura (tratamiento, almacenamiento a nivel domiciliario) y disposición adecuada de excretas.
Respecto al consumo de agua segura, las mujeres aprendieron y luego replicaron en sus comunidades el proyecto SODIS, el cual consiste en primero reciclar botellas de plástico, lavarlas y luego llenarlas de agua.
Después, colocarlas al sol, para que ese líquido se caliente y ese proceso mate a las bacterias, para que luego se la consuma.
En cuanto al lavado de manos, la fundación SODIS enseñó a las mujeres el manejo de agua, que consiste en colgar de una pita las botellas PET que tengan la base cortada, para poder llenar de agua y que a través de las boquillas pueda chorrear el agua y así lavarse las manos.
Y, por último, se promocionó la higiene y el saneamiento básico, para evitar que la gente no defeque al aire libre.
Los resultados de la Estrategia de Comunicación para el Cambio Social y de Comportamientos para la Promoción de tres prácticas clave y el uso adecuado de los servicios mejoró los conocimientos y las prácticas respecto al tratamiento del agua.
De acuerdo a los datos del monitoreo, antes sólo el 33,6% bebía agua correctamente, pero con la implementación el indicador subió a 89,5%.
En cuanto al lavado de manos el índice subió del 33,6% al 89,5% y el uso correcto de los baños aumentó de 21 a 65%.
Esta mejora en el uso del agua permitió que se declare a las comunidades “libres de defecación a campo abierto”.
De acuerdo con la directora de la Fundación SODIS, Elsa Sánchez, la decisión de articular a la mujer en un proceso de participación comunitaria y empoderamiento respecto a la temática de agua, higiene y saneamiento se sustentó en el análisis de las estadísticas nacionales en relación al tema de mortalidad, tasas de analfabetismo y prácticas de higiene.
Sánchez aseguró que eso permitió constatar que la población más vulnerable era integrada por las mujeres, quienes presentan mayores índices de mortalidad y de analfabetismo entre otros, esto debido al desconocimiento de sus derechos.
Asimismo, se evidenció que quienes acarrean agua para el consumo en el hogar, son las mujeres, ya sean niñas o mujeres adultas. Por esas razones se consideró que las mujeres tenían que pasar de un proceso pasivo a uno activo, a través del fortalecimiento de su participación, toma de decisiones e involucramiento en la implementación de proyectos.
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