domingo, 27 de mayo de 2012

Mujeres masonas

Son muchas las historias, los mitos y leyendas que hay en torno a la masonería. Fue, por mucho tiempo, una logia absolutamente secreta. Suele decirse que se trata de una organización que promueve a sus integrantes en altos cargos de poder político y económico. Fueron masones Simón Bolívar y José de San Martín. La masonería apoyó la independencia estadounidense y se cree que también Winston Churchill, uno de los grandes líderes de la Segunda Guerra Mundial, era uno de sus iniciados. Pero en los últimos años las logias masónicas han abandonado poco a poco su carácter de estricto secreto y se han dado a conocer al mundo.

Hoy la masonería también está abierta a las mujeres. En Bolivia, desde hace cinco años funciona la Gran Logia Masónica Femenina y Altagracia Uriondo (nombre ficticio) es su Serenísima Gran Maestra.

¿Qué significa ser la Serenísima Gran Maestra?, le pregunto. Altagracia, una mujer amable, mesurada, que irradia seguridad, sonríe antes de dar una respuesta y habla de manera pausada: “se llama así porque ha sido elegida entre sus iguales, por otras maestras. Ser ‘Serenísima Gran’ no significa ser ‘lo máximo’. Tiene que haber un rótulo, como en todo, y ese rótulo me lo han dado mis hermanas maestras y yo me debo a ellas. Sí es el grado máximo en Bolivia, pero no es eterno, tiene sus tiempos. Es un trabajo para el Oriente”.

¿Qué es un Oriente?, cuestiono. “Es el sitio donde nace la luz”, responde Altagracia con sencillez. Para que se pueda constituir una gran logia, es necesario formar el “Oriente”, que consta de tres grupos o logias menores y que cuenta con personería jurídica. La Gran Logia Masónica Femenina de Bolivia es independiente de la masculina y, aunque también hay logias mixtas, no tienen conexión alguna, aunque sí hubo algún acercamiento circunstancial.

Masonas bolivianas

“Bolivia nació a la masonería femenina en 1990. Una persona muy cercana a esta logia, Julia Ballester, esposa de un masón, se trasladó a Chile, donde tomó contacto con la masonería femenina de ese país. Allí se inició y volvió a Bolivia para invitar a otras mujeres a formarse en Chile con miras a fundar logias para la masonería femenina en Bolivia”, cuenta Altagracia Uriondo, quien fue una de las mujeres que viajó a Chile para recibir instrucción. Cuenta que los periódicos viajes a Chile para cumplir con los requisitos de la formación, así como el costo económico que ello implicaba, significaron un enorme sacrificio para este nuevo grupo que trajo la institución masónica al país.

Aunque la masonería es conocida por aceptar únicamente a varones, Altagracia cuenta que la primera mujer masona, y que definitivamente abrió la logia para las mujeres, fue la Duquesa de Borbón.

“Antes estaba vedada para las mujeres. Desde 1700, en Inglaterra, se dio una apertura, pero solamente para las esposas de los masones: o sea eran grupos paramasónicos. Pero fue en Francia, cuna de la libertad, donde la Duquesa de Borbón encaminó la masonería femenina y se convirtió en la primera gran maestra. Después hubo otras mujeres que formaron masonería en otros lugares del mundo: Inglaterra, Austria, Suiza, España y luego pasó a Latinoamérica, donde se empezó por los 70, primero en México y luego Chile”, explica.

Constructoras de templos

Los tres grandes principios básicos y filosóficos de la masonería son los mismos que integran el famoso lema de la Revolución Francesa: Libertad, igualdad y fraternidad. El rito masónico que se sigue en Bolivia tiene origen francés; es el llamado “Rito escocés antiguo y aceptado”.

Cuando habla de la logia que preside, del trabajo y la visión de las mujeres masonas, Altagracia repite la palabra “construcción” y “constructora”. Explica que las masonas practican y defienden la solidaridad, el amor, la justicia. “Somos mujeres progresistas, no somos dogmáticas y somos de libre pensamiento. Defendemos la vida, estamos en contra del egoísmo, contra las personas que destruyen la sociedad. Somos constructoras filosóficamente hablando, somos obreras del trabajo para el bien. Construimos templos internos dentro de nosotros y en la sociedad que actualmente está viviendo una crisis muy fuerte. Nos interesa la libertad de expresión, debemos decir las cosas como son”, comenta.

Son muchas y diferentes las leyendas o versiones en torno al origen de la masonería. Según una de ellas, el fundador de la masonería es Hiram Abif, arquitecto del templo de Salomón en Jerusalén, construido en el año 988 a.C. Y también hay otras según las cuales el origen de la masonería se remonta a tiempos más remotos. Pero la mayoría asegura que la masonería nació entre los gremios de constructores medievales.

Símbolos esotéricos

La masonería, según explica Altagracia, es “iniciática, filosófica y, más que todo, progresista”. Sostiene que al ser iniciática entrega a sus aprendices determinados símbolos según los cuales deben regirse, así como la manera específica de entender e interpretar esos símbolos.

“Una mujer iniciada entenderá y captará las enseñanzas filosóficas y simbólicas de la masonería, para poder progresar en su vida diaria. Una persona que no está iniciada no podrá entender la simbología de la masonería porque no la vive desde dentro de la institución, la verá desde afuera, pero no la podrá vivir ni interpretar”, explica.

Los símbolos que se toman tienen un carácter esotérico, se estudia entre otras muchas disciplinas la geometría, la numerología, las matemáticas y la astrología. Pero también actualizan sus conocimientos constantemente. Según la Serenísima Gran Maestra, muchos masones expertos en física y astrología afirman que actualmente existe un décimo tercer signo y no sólo 12.

“Dentro de nuestra simbología vemos la parte zodiacal de 12 signos. Pero hay una corriente muy fuerte que sostiene que los elementos zodiacales han cambiado. Hay un decimotercer signo. Se hacen estudios sobre eso. Físicamente ha cambiado el eje de la Tierra y estamos viendo otra constelación”, dice.

Los símbolos masónicos ayudan al iniciado a sobrellevar pruebas y momentos duros en lo personal. “He tenido momentos familiares y laborales muy difíciles en los que me he aferrado a mis instrumentos y he luchado con los instrumentos que me ha dado la masonería. He podido vencer todas las dificultades que me ha presentado la vida y me he sentido dichosa de pertenecer a mi institución, porque me ha dado mucha fortaleza, me ha ayudado de la forma más simple a vencer los problemas más duros”, asegura.

El liderazgo masónico

Muchas veces la masonería ha sido vista con malos ojos por el poder político que detentaban muchos de sus integrantes, le comento a Altagracia.

“Grandes hombres han pertenecido a la masonería y ellos se han basado en los principios masónicos para tener ese tipo de liderazgo”, responde Altagracia. Añade que el fin de la masonería, y específicamente de la logia femenina, no es el poder ni político ni económico.

Se sabe que el gran detractor de la masonería fue el Vaticano. Hay bulas papales de siglos pasados que la condenan y sentencian a sus seguidores a la excomunión. Cualquier tipo estudio o inquietud “esotérica” es moneda común en nuestros días, pero en el siglo XVIII, XIX o incluso a principios de XX el simple interés por algún tema de esa naturaleza era visto como un sacrilegio.

“No discriminamos a las personas por su raza ni por su religión”, afirma Altagracia y añade que en lo que se refiere a la logia femenina se aceptan tanto a mujeres casadas, divorciadas, viudas como a madres solteras.

Dios no es Jehová, Alá o Buda: para los masones y masonas simplemente se trata del “constructor del universo”.

Recién con Juan Pablo II se dejó de condenar explícitamente a la masonería desde la Iglesia. Según algunas fuentes bibliográficas consultadas, el entonces cardenal Joseph Ratzinger se habría opuesto de manera férrea a los seguidores de esta organización.

Las masonas y el género
La gran Logia femenina de Bolivia es parte de una federación integrada por las de otros países latinoamericanos , que sostienen encuentros periódicos; entre estas organizaciones hay pactos de paz y amistad.

Su principal preocupación es la situación y el rol de las mujeres en la sociedad actual. “Las mujeres tenemos el mismo potencial que los varones, pero no tenemos la necesidad de discriminarlos ni de agredirlos. No nos enfrentamos a ellos pero tampoco nos sometemos”, afirma Altagracia Uriondo, Gran Maestra Serenísima de la Logia Masónica Femenina de Bolivia.

“Hemos analizado cuánto participan las mujeres en el desarrollo social y en el ámbito político; cuál es la influencia de las mujeres en los actuales gobiernos de Latinoamérica y cómo ellas enfrentan esto. Hemos visto que efectivamente los problemas son los mismos en Latinoamérica, ya sea en países más o menos ‘desarrollados’, con economías más o menos fuertes. Las exigencias y los deseos de acabar con la discriminación hacia las mujeres es clara y vamos a intervenir en todo lo que se pueda para mejorar las leyes y las vidas de las mujeres”.

¿Acepta la masonería femenina la homosexualidad?, le consultamos. “Si nosotros no discriminamos, tendríamos que aceptar a una mujer en su sexualidad. Eso sí se debatió acá, pero no lo hicimos con la seriedad con que deberíamos haberlo hecho. En 2013 nos reuniremos en Argentina para debatir sobre temáticas sociales y sobre cómo responde la masonería a los cambios y uno de ellos que se está viendo es éste”.

Para convertirse en masona, es necesario ser una mujer de buenas costumbres y no tener una mentalidad cerrada ni dogmática. También se precisa ser mayor de edad, pero no contar con más de 70 años. Sí hay un proceso de selección estricto y para ascender hacia grados superiores se debe estudiar los principios masónicos y cumplir con determinados trabajos. Dentro de poco, la Gran Logia Femenina de Bolivia estrenará su página web.



Hemos analizado cuánto participan las mujeres en el desarrollo social y en el ámbito político; cuál es la influencia de las mujeres en los actuales gobiernos de Latinoamérica y cómo ellas enfrentan esto.

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