La alegría era una de las características de Carmiña (nombre que protege la identidad de la víctima). La consolidación de su primera relación amorosa a sus 15 años la tenía radiante y sonriente. Pero pasaron seis meses para que su carácter cambie de repente y se convierta en una persona introvertida.
Nadie sabía lo que le pasaba excepto su mejor amiga, quien decidió romper el silencio cuando Carmiña ya había muerto.
Su enamorado, el que le había dado el primer beso y la llenaba de regalos y halagos cada vez que la veía, fue el mismo que le quitó la vida.
Todo cambió cuando él le pidió la denominada “prueba de amor”. Para Carmiña iba ser su primera relación sexual, así que le pidió tiempo para pensarlo y, después de unos días, accedió al pedido.
Nada fue como ella imaginó. El momento en el que se encontraron, pensó que no estaba preparada y decidió negarse a tener relaciones.
Pero su novio no entendió y la forzó. Carmiña se resistió y hasta quiso pegarle, pero él era más fuerte que ella, y finalmente la violó.
Luego de ese primer acontecimiento, Carmiña trató de alejarse de él, pero el muchacho era insistente. La buscaba en su casa, en el colegio, y la violó al menos en dos oportunidades más, hasta que finalmente la adolescente terminó con la relación y se escondía de él.
A los dos meses, su exnovio, que tenía dos años más que ella, la encontró en una fiesta, la vio bailando con otro muchacho y le pidió que salieran afuera a hablar. Allí la apuñaló cinco veces en el vientre y se dio a la fuga. Carmiña murió.
Su mejor amiga se había enterado que la adolescente era sometida por su enamorado un mes antes de que Carmiña muriera, y calló esta situación hasta tres años después del crimen.
El joven fue aprehendido por la Policía e imputado por el delito de asesinato, pero no de violación.
La situación de Pamela, una joven de 17 años, fue similar. Enamoró con un muchacho más de un año. Su relación con él la alejó de su familia y sus amigos.
Al principio, las relaciones sexuales eran consensuadas. Pero, luego de un tiempo de compartir el mismo techo, él comenzó a presentar conductas agresivas. La obligaba a hacer cosas que ella no quería e incluso la amarraba a la cama. Ella decidió dejarlo y retornar con sus padres.
No fue hasta que temió por su vida que contó de los abusos de los cuales era víctima.
Una noche, su exenamorado la fue a buscar en estado de ebriedad, y rompió los vidrios de su casa para ingresar a verla y obligarle a tener relaciones.
Con esos mismos vidrios, le provocó heridas en el rostro. Los padres intervinieron para evitar que sucediera una desgracia.
Pamela sentó la denuncia y el joven fue detenido. El próximo mes se iniciará un juicio en el que se acusa al hombre de los delitos de lesiones graves y también violación.
INVISIBILIZACIÓN Lo que les sucedió a Carmiña y a Pamela es una realidad invisibilizada en Cochabamba. Ambas fueron violadas por sus enamorados.
Esto le pasa a miles de chicas, dijo Raquel Melgar, directora de Género Generacional y Familia de la Alcaldía de Cercado. El problema es que las víctimas no saben reconocer los signos de la violencia sexual, pues los asocian a un sentimiento.
“La violencia sexual en el enamoramiento se confunde mucho con las denominadas demostraciones de amor. Puede ser que entre adolescentes consensúen como una forma de exploración de su sexualidad. Pero hay otros casos en los que el hombre impone actividades sexuales sobre la base de chantajes”, indicó Julieta Montaño, directora de la Oficina Jurídica para la Mujer.
Manifestó que estas situaciones no deben motivar la censura de las relaciones consensuadas entre los jóvenes, mas lamentó las escasas denuncias de violencia.
Datos.
Violencia sexual
Es definida como conductas que obligan a las personas, principalmente a las mujeres de toda edad, a la realización de actos sexuales sin su consentimiento ni deseo explícito. La violencia sexual se expresa en el acoso sexual, críticas al comportamiento sexual, comparación denigrante con otras personas y violación.
Tabú
La violencia sexual en el enamoramiento es también un tema tabú en la sociedad. Nadie habla del tema, algunas mujeres callan por miedo a las represalias y no cuentan lo sucedido ni a su familia, ni a sus amigos, hasta que las situaciones llegan a extremos muy peligrosos como las agresiones físicas.
Cómo identificar los abusos
¿Es fácil reconocer la violación sexual en el enamoramiento? según las instituciones que tratan este tema, para las jovencitas no lo es.
La sociedad tiene un concepto equivocado de violación. Piensa que ésta la comete solamente una persona desconocida que ejerce un acto violento porque no tiene un vínculo emocional.
“Pero no hay nada más alejado de la realidad que esto”, dice la directora de la Oficina Jurídica para la Mujer. La violación también puede ser cometida por la pareja, en la misma cama y en la misma casa.
Las mujeres deben tomar en cuenta varias señales de alarma.
La violencia sexual parte por imposiciones y chantajes de parte de la pareja, antes de ejercer poder sobre la mujer y su cuerpo.
Estas son las primeras señales de chantaje que las adolescentes deben tomar en cuenta: “Si no tenemos relaciones, es porque no me amas”, “No me quieres demostrar tu amor”, “Eres una anticuada porque a nuestra edad todos tienen relaciones sexuales” y “No eres virgen”, son las frases usadas por las parejas que quieren ejercer violencia.
El no aceptar una negativa como respuesta de una mujer y presionarla o someterla a tener relaciones a pesar de ello es una violación.
La violencia sexual puede venir acompañada de amenazas a la pareja como el dar a conocer su intimidad a otras personas o no permitir que en un futuro ésta tenga otra relación sentimental.
Instituciones rompen el silencio para incentivar a mujeres a que denuncien a sus agresores
Las pocas que existen por violencia sexual en Bolivia se han presentado porque, detrás de la violencia sexual en el enamoramiento, hubo también violencia psicológica o física.
Es muy difícil para las víctimas reconocer en su pareja a un violador, y algunas mujeres tienen miedo hasta de perder a su pareja porque dependen económicamente, piensan que nadie les creerá que fueron abusadas o son amenazadas y chantajeadas por sus propios compañeros.
Para incentivar a que las víctimas denuncien, hay que romper el silencio, hablar del tema y desmitificarlo, manifestó la directora de Género Generacional y Familia de la Alcaldía de Cochabamba, Raquel Melgar.
En esta institución, al igual que en la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, no hay ninguna denuncia formal.
Sin embargo, las autoridades aseguran que estos casos existen y que las víctimas temen incriminar a sus enamorados.
Por ello el tema es analizado tanto con hombres como con mujeres en los últimos tres años de secundaria y en los dos primeros de universidad, indicó Melgar.
En los talleres se enseña a los jóvenes a reconocer los signos de violencia sexual.
Les recomiendan hacer la denuncia para que sus parejas no lleguen a situaciones mucho más graves como la violencia física, lesiones gravísimas e incluso el feminicidio.
La denuncia de violación es totalmente confidencial en todas las instituciones.
Además, la víctima recibe un tratamiento psicológico para su recuperación.
La mujer puede tener secuelas que a futuro no le permitirán desarrollar su sexualidad plenamente.
El testimonio es una prueba a la que se puede acudir
El testimonio de una mujer que fue víctima de violación por parte de su enamorado es una prueba para iniciar un proceso judicial contra el agresor.
Janet Llaja, abogada de la red feminista Cladem de Perú, indicó que, en toda Latinoamérica, las autoridades judiciales en muchos casos castigan a la víctima cuando no valoran su testimonio y liberan al violador.
Indicó que este es uno de los temores por los cuales las mujeres no denuncian.
“Cuando a uno le roban su celular o la billetera, el policía y los jueces lo creen. Pero, cuando hay violación en la relación amorosa, dudan”, ese es uno de los principales problemas, manifestó.
Señaló que el valor de la palabra de la víctima es clave y puede ser respaldado con pericias psicológicas que son fundamentales en estos procesos.
DENUNCIA POSTERIOR Por su parte, la psicóloga forense Rocío Cox señaló que no importan los años que hayan pasado tras la violación. Indicó que las evidencias psicológicas revelarán esta situación.
“Independientemente de que el delito se haya cometido hace cinco o diez años, el psicólogo es el único que puede establecer que la persona es víctima de violaciones. Las evidencias están intactas en la víctima”, dijo.
Informó que, debido a que no asimilan la situación, muchas mujeres denuncian lo sucedido muchos años después del abuso sexual, y hacerlo es válido ante las autoridades.
Manifestó que en estas situaciones es importante el apoyo de la familia, porque también ésta debe creer en la denuncia de la víctima.
Señaló que normalmente las víctimas no hacen la denuncia porque temen que no les crean.
Por ello prefieren contar lo que les sucede a un amigo o amiga cercana.