viernes, 27 de mayo de 2011

ESPECIAL, MAMÁS CON GARRA

En este Día de la Madre queremos hacer un homenaje especial a aquellas que por circunstancias de la vida son un ejemplo de valor, amor, coraje y, sobre todo, una muestra de fe y entereza.

Alejandra Peredo y Andrea Ardaya son nuestras “madres con garra”, quienes han tenido que luchar junto a sus familias, por la vida de sus pequeños hijos. Enfermedades como la Leucemia o la Asociación o Síndrome de Vacterl son grandes desafíos para estas mamás, quienes generosamente han compartido sus historias con nosotros.

ANDREA ARDAYA

Ejemplo de lucha

Algunos moretones en las piernas de su hijo Santiago fueron la señal que los llevó al diagnóstico de Leucemia, en diciembre del año pasado. Desde entonces, Andrea Ardaya y su esposo Guillermo, han vivido una travesía que los ha fortalecido con valores, principios, fe y amor que los une y ayudará a seguir adelante, comenta esta “mamá con garra”.


Santiago, de casi tres años, es su único hijo, “pero mi esposo Guille y yo planeamos tener otro bebé pronto si Dios quiere”, dice.


Después del diagnóstico de Leucemia comenzó una de las etapas más difíciles de su vida. “Teníamos que tomar decisiones apresuradas dado que la Leucemia es una enfermedad que debe ser tratada inmediatamente y la que tenía Santi era muy agresiva. Se realizaron diagnósticos en los principales laboratorios de Bolivia y los resultados fueron confusos, empeorando más nuestra situación ya que según estos resultados Santi tenía el tipo de Leucemia más difícil de curar y era muy posible que necesite un trasplante de médula ósea, por lo que mandamos nuevas muestras a Buenos Aires para tener un diagnóstico más exacto y ahí determinaron que el tipo de leucemia de mi Santi era leucemia Linfoblastica Aguda, la cual gracias a Dios es más suave y los índices de cura son muy elevados”, cuenta Andrea.


Entre las opciones de llevarlo a Estados Unidos o tratarlo en Bolivia, Andrea y su esposo decidieron seguir el tratamiento en nuestro país, hasta que Santiago esté lo suficientemente fuerte para viajar y continuar el tratamiento fuera del país.


En febrero de 2011 y después de una exitosa primera etapa, el cáncer había entrado en remisión gracias a la dedicación y apoyo de su doctor, José Macías. Entonces, Andrea, su madre y Santiago partieron a Estados Unidos, donde fueron recibidos por su familia que radica en Miami. “Comenzamos a tocar puertas y a seguir en la búsqueda de la mejor opción para curar a mi angelito.

Actualmente y con la ayuda de Dios, Santi está siendo tratado en el Miami Childrens Hospital, el cual es uno de los más avanzados en el tema y donde la logística, procedimientos y herramientas de apoyo hacen más llevadera toda esta travesía.

Mentiría si digo que es fácil, existen etapas muy duras, noches largas, secuelas por las quimioterapias, donde hay que sacar fuerzas de donde sea para apoyarlo y darle energía para seguir. Pero gracias a Dios, Santi es un niño luchador, él hace que todo esto sea menos difícil y ha asumido el tratamiento como algo cotidiano”, cuenta Andrea y añade que hoy en día el panorama es optimista.



ALEJANDRA PEREDO

Una lección de vida

La noticia más impactante que recibió en su vida, fue que su hija Isabella, de apenas dos semanas de vida, tenía Síndrome de Vacterl, una asociación de malformaciones congénitas en los órganos. En ese momento, Alejandra Peredo rezó a Dios y pidió que le hable y que la guíe para que Isabella sobreviva a tal adversidad.


Actualmente, Isabella tiene 11 meses y ha pasado por seis cirugías, una a corazón abierto; pero la bella niña de cabello rubio y mirada penetrante, está llena de vida y todavía tiene mucho camino por recorrer.


“El mejor regalo que Dios puede dar a una mujer es ser madre, es una experiencia increíble; cuando ellos, (sus hijos Daniela y Bernardo) eran pequeños, yo trabajaba y no los disfrutaba tanto. Mi mamá y esposo (Bernardo) me ayudaban a cuidarlos.

Después de varios años nació Isabella, en otra etapa de mi vida, con mayor madurez”, cuenta Alejandra.


“Isabella es una niña especial porque ha nacido con muchos problemas de salud pero gracias a Dios todo tiene solución. Ha sido una niña que nos ha enseñado mucho, ha sido una lección de vida, nos ha transformado y pienso que para nuestra familia y amigos ha sido una bendición. Hubo momentos muy duros, pero Dios ha estado en todo momento con nosotros y nos ha dado fortaleza”, asegura.


Alejandra sigue adelante viendo la fortaleza de Isabella, a quien todavía le faltan dos cirugías. “Mi vida ha cambiado mucho, he dejado mi trabajo para dedicarme cien por ciento a ella (Isabella) y también paso más tiempo con mis otros dos hijos, ellos son mi vida.


Es hermoso porque he aprendido mucho y a valorar muchas cosas, me siento muy feliz porque a pesar de todo lo que hemos vivido mi hija está bien y mis otros dos hijos están completamente sanos”, dice.


Para Alejandra, la primera etapa de la enfermedad de su hija fue la más difícil porque poco a poco se iba enterando de todo lo que ésta implicaba, pero tuvo la suerte de encontrarse con dos médicos, Mario Urquidi y Manuel Monroy, quienes en palabras de esta mamá: “son los ángeles que Dios ha mandado para cuidar a Isabella y hay mucha gente, amigos, médicos y familia que nos han apoyado. Sólo Dios me ha dado la fortaleza porque como mamá es muy difícil ver sufrir a tus hijos, pero su fuerza es impresionante, la ves y no se puede creer todo lo que ha pasado y eso nos da valor para seguir adelante”, comenta.

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