miércoles, 5 de septiembre de 2012

Michelle Obama, la indispensable Primera Dama

Dinámica, divertida y muy popular, Michelle Obama se ha convertido en los últimos meses en la mejor abogada de su marido para convencer a los estadounidenses desencantados de que le permitan estar cuatro años más en la Casa Blanca.

Michelle Obama no parecía embarcada en las ambiciones políticas de su marido, pero tras la llegada de Barack Obama a la presidencia desempolvó poco a poco el traje de Primera Dama y el martes será la estrella de la primera jornada de la convención demócrata en Charlotte (Carolina del Norte, sureste).

Abogada diplomada en la prestigiosa universidad de Harvard, Michelle Obama, de 48 años, utiliza con frecuencia Twitter, aparece en televisión, habla con amor de su marido y sus dos hijas Sasha y Malia y está en la tapa de muchas revistas, como Vogue, que destacan su elegancia.

Desde principios de año ha participado en unas 80 reuniones para recaudar fondos y 24 mítines de campaña para la reelección de Obama.

Excelente oradora

Concentra toda su energía en atenuar la frustración de los electores ante los pobres resultados de la economía y en convencerlos, sobre todo a las mujeres, de no abandonar a aquel en quien depositaron todas sus esperanzas de cambio en 2008.

"Diga lo que diga hoy, no será tan bueno como lo que escucharán este noche de la estrella de la familia, Michelle Obama", bromeó Barack Obama en Virginia (este) horas antes del discurso de su mujer en la convención demócrata.

En cuatro años, su popularidad subió tanto como bajó la de su marido, pasando de 43% de opiniones favorables antes de la convención demócrata de 2008 a 66%, según un reciente sondeo de Gallup. La de Barack Obama se sitúa en 45%.

"¿Cómo no quererla? Cría dos niñas magníficas, es la creadora de iniciativas muy populares entre el electorado y es una mujer inteligente y atractiva", explicó a la AFP Thomas Mann, experto de la Brookings Institution.

"Es la primera en cuestiones de moda, la primera mamá, la primera jardinera. Y esa imagen funciona", resume por su parte Robert Watson, de la Universidad de Lynn (Florida, sudeste).

La Primera Dama, que siempre evitó los temas políticamente sensibles, construyó su popularidad con cuestiones que tocan a los estadounidenses, como sus campañas contra la obesidad infantil y a favor de una mejor alimentación -tiene un jardin orgánico en la Casa Blanca- y el apoyo a las familias de los ex combatientes.

La revista Forbes, que todos los años la incluye en su lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo, ya la describía en 2010 como un "ícono de la moda y una deportiva madre de dos niñas".

"Es Jackie Kennedy con un diploma de derecho de Harvard y una buena cultura de la calle adquirida en el barrio sur de Chicago", donde creció hija de una empleado municipal y una secretaria, agregaba Forbes.

En Charlotte, los delegados demócratas compiten a la hora de elogiarla.

"Es magnífica, una ejemplo para todas las mujeres", declaró Shelby County, una abuela de Memphis (Tennessee, sur), que viajó con su nieta de tres años para preparar "la próxima generación de demócratas".

"La adoro. Es tan increíble, da tanto de su tiempo para ayudar a los niños, luchar contra la obesidad, ayudar a las familias de militares", coincidió de su lado Kelly Jacobs, delegada de Misisipi (sur).

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