Muchas mujeres en el mundo, indígenas y no indígenas, están expuestas a la violencia y otras vulneraciones de sus derechos humanos. Contribuir al empoderamiento de las mujeres es vital para mejorar la participación y toma de decisiones de las mujeres en todos los aspectos de su vida.
El UNFPA colabora con gobiernos y otros socios con el fin de empoderar a las mujeres y asegurar que pueden reivindicar su derecho a la salud sexual y reproductiva. Junto con nuestros/as asociados/as, nos esforzamos por fortalecer los sistemas de atención de la salud sexual y reproductiva y desarrollar nuevas maneras de facilitar información a las mujeres, adolescentes, jóvenes y adultas acerca de sus derechos. Acciones como estas pueden contribuir en salvar vidas y promover un desarrollo humano inclusivo.
Es imprescindible mejorar el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva y el disfrute de sus derechos sexuales y reproductivos, especialmente de aquellas que viven en el campo. Cuando las mujeres puedan decidir de forma libre e informada en todas las esferas de su vida, lo que incluye la formación de pareja y el número y espaciamiento de sus hijos e hijas, podrán plasmar plenamente su potencial.
En el Día Internacional de la Mujer, exhorto a todos y todas a sumarse a trabajar por los derechos de las mujeres en los espacios privados y públicos,erradicando las desigualdades entre los géneros y construyendo un mundo de oportunidades donde cada embarazo sea deseado, cada parto sea seguro y donde ninguna mujer en todo el ciclo de su vida, sufra violencia.
A manera de completmentación:
Mensajes clave de la 56ta Comisión de la Mujer, febrero-marzo de 2012.
Empoderando a las mujeres a tomar sus propias decisiones, a proteger su salud, y a tener acceso a información sobre salud sexual y reproductiva, se puede mejorar las sociedades y las economías rurales.
Los planes de desarrollo nacionales y subnacionales pueden ser analizados para identificar cómo las políticas de salud y los presupuestos pueden invertirse mejor en función a las necesidades de las mujeres que viven en áreas rurales, apuntando a servicios básicos de salud.
Hay brechas de recursos humanos en los servicios de salud rurales, y el cierre de estas brechas requiere desarrollar capacidades de médicos, enfermeras/os, anestesistas y parteras, además de desarrollar nuevas maneras de informar a las mujeres, en particular a adolescentes y jóvenes, , sobre el acceso a servicios de salud reproductiva.
Programas de desarrollo efectivamente integrados pueden abordar los derechos humanos de las mujeres para que participen en la toma de decisiones, mejorando así su salud y la de sus hijos/as.
Son imprescindibles las estrategias de desarrollo que involucran a hombres (esposos, padres, hermanos), para que también comprendan la importancia, valor y beneficios de la igualdad entre los géneros. Sin el involucramiento de los hombres no es posible un cambio transformador que se refleje en mayor acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para familias, mujeres y niños/as.
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