Al entierro de sus restos mortales, precedió diferentes movilización de sectores en conflicto, que confluyeron en bloqueos, marchas, huelgas de hambre y protestas de diferente índole, que recordaron a la Bolivia convulsionada de la época en que Domitila Chungara, quien combatió sin tregua a la dictadura militar de Hugo Banzer, defendiendo los derechos humanos y exigiendo con una huelga de hambre el retorno de la democracia.
Durante los dos días de velatorio, miles de personas, entre autoridades, dirigentes políticos, sindicales, vecinales, campesinos, mineros y gente de todas las condiciones, desfilaron delante del féretro de la “heroína de la democracia”, conmoviendo a sus hijos, familiares, amigos y compañeros de lucha, quienes agradecieron por las muestras de pesar y homenajes.
Entre los reconocimientos destacó la distinción del Cóndor de los Andes por parte del presidente Evo Morales Ayma, quien confirió la máxima presea en mérito a su incansable lucha por la restitución de las libertades democráticas al país, a través de su histórica huelga de hambre junto a otras cuatro mujeres mineras, los sacerdotes Luis Espinal y Xavier Albó, además de muchos dirigentes políticos y sindicales que llenaron las iglesias en 1978.
Asimismo, muchas instituciones sociales se sumaron a los homenajes en memoria de “Domi”, entre las que destacaron la Asamblea de Derechos Humanos, Concejo Municipal de Cochabamba, Asamblea Legislativa Departamental, Corporación Minera de Bolivia, Central Obrera Departamental, escritores, intelectuales y varios partidos políticos de izquierda.
Como corolario de los reconocimientos, el Concejo Municipal de Cochabamba dispuso que el cuerpo de la legendaria dirigente descanse en un sitio de honor en el cementerio general, por haber contribuido al retorno de la democracia y por haber sido distinguida como “Amiga de la Ciudad” durante el Bicentenario de la gesta valluna. Chungara residía en Cochabamba desde hace más de 15 años, donde comandaba su escuela móvil de formación sindical y hacía seguimiento a los cambios sociales y políticos que enfrenta el país.
ENTIERRO: Tras una misa de cuerpo presente en la Catedral Metropolitana cochabambina a cargo del obispo auxiliar, Luis Sainz y el legendario sacerdote oblato, Gregorio Iriarte, a la que acudió una masiva concurrencia, se procedió al sepelio de Domitila Chungara en el sitio de honor asignado.
Antes de proceder a su cristiana sepultura, muchos oradores, a su turno, coincidieron en resaltar la personalidad, lucha y rebeldía de la histórica dirigente de las amas de casa de los mineros.
De su entierro no participó el vicepresidente, Álvaro García Linera, como había anticipado el presidente Evo Morales que se encuentra en Colombia, aunque sí lo hicieron autoridades departamentales, asambleístas, concejales, dirigentes sindicales, políticos y vecinos.
El adiós en su última morada fue conmovedora, pues arrancó lágrimas de los asistentes, quienes gritaron: ¡Honor y gloria eterna a Domitila Chungara!
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