Las tecnologías de la comunicación que ayudan a las personas a estar conectadas al lugar de trabajo son a menudo soluciones que permiten conciliar trabajo y vida familiar.
Sin embargo, el estudio sugiere que podría existir un “lado oscuro” en el uso de estas tecnologías para la salud de los trabajadores y que estos efectos son diferentes en hombres y mujeres.
Los investigadores utilizaron datos de una encuesta nacional de trabajadores americanos y estudiaron la frecuencia con la que los participantes estaban conectados desde fuera de las oficinas con su trabajo mediante teléfono, correo electrónico o mensajes de texto sobre materias relacionadas con su actividad laboral.
Descubrieron que las mujeres que estaban conectadas con más frecuencia con supervisores, colegas o clientes decían padecer mayores niveles de malestar. Por el contrario, los hombres que recibían más contactos asociados al trabajo fuera de las horas normales de actividad laboral estaban menos afectados por ello. “Descubrimos que las mujeres podían conjugar sus vidas laborales y familiares tan bien como los hombres pero se sentían más culpables como resultado de estar tan conectadas. Esta culpa parece encontrarse en el centro de su malestar", explica Paul Glavin, responsable del estudio.
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