“Una vez me golpeó tanto delante de mis hijos que me hizo desmayar. Después me enteré que mi esposo seguía pateándome cuando estaba tendida en el suelo. Al día siguiente me insultaba diciéndome que era una prostituta. Estaba cansada de escucharlo. Todo se debía a que me vio hablar con un amigo del colegio”, es el testimonio de Herminia M., de 35 años, víctima de violencia intrafamiliar y psicológica en Cochabamba.
Lamentablemente, Herminia nunca se animó a denunciar a su esposo y, en otra golpiza, perdió el ojo derecho por una patada.
Para la responsable del Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI), Cecilia Estrada, la mujer es víctima del “machismo” en su hogar, el trabajo, los estudios y otros espacios y por eso no se atreve a denunciar las agresiones.
Por mucho tiempo la mujer ha sido víctima no sólo de discriminación social y laboral, sino también de la violencia familiar que ha sido acallada por el temor a ser criticada, aislada y en el peor de los casos recibir más maltrato por comunicar o denunciar este hecho.
Las instituciones que trabajan para eliminar la violencia contra la mujer coinciden que las amenazas, chantajes y manipulaciones pueden ser las armas utilizadas para someter al silencio.
Algunas mujeres aún consideran que la mejor forma de conservar un matrimonio es la absoluta sumisión, hasta el punto de aceptar cualquier tipo de maltrato verbal o físico.
“La violencia continúa siendo un problema en la sociedad porque las cifras son elevadas y los servicios no son los más adecuados. Se necesitan políticas públicas para que haya sanciones que ofrezcan seguridad y prevención”, dijo Estrada.
DATOS La Dirección de Género y Generacional dependiente del municipio junto a los Servicios Legales Integrales Municipales (Slim) dieron a conocer que el año 2010 se denunciaron 3.737 casos de violencia intrafamiliar, sólo en Cercado, sin contar aquellos casos que no son denunciados.
VEINTE CASOS Un estudio realizado por la Coordinadora de la Mujer, en la ciudad de La Paz, revela que alrededor de 20 denuncias de violencia sexual e intrafamiliar contra la mujer se registran por día, en siete ciudades del país, entre ellas Cochabamba.
Las cifras de violencia fueron recogidas de las Brigadas de Protección a la Familia, las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM), la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Fiscalía, Instituto de Investigación Forense (IDIF), Centro de Promoción de la Mujer, Fundación La Paz, Centro Juana Azurduy (Sucre), Mujeres en Acción (Tarija) y el Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI) de Cochabamba.
Las estadísticas enfocan que la violencia se produce en el entorno familiar, comunal y escolar.
Las cifras sólo revelan aquellos casos que fueron denunciados en alguna institución, pero existen cientos de mujeres que prefieren mantener silencio por temor a represalias.
Estrada señaló que la situación va cambiando porque cada vez las mujeres se atreven a denunciar a su agresor.
Añade que hace diez o veinte años no se conocían los casos, en especial en las provincias o zonas alejadas.
Un “No” debe ser respetado
“El año pasado (2010), en estas mismas fechas, salí a comprar leche de la tienda y cuando regresaba a mi casa unos muchachos me cercaron con unos globos de agua. Les dije que no quería jugar, pero me ignoraron y comenzaron a lanzarme los globos con mucha fuerza. Cuando llegué a mi casa tenía mis muslos, la espalda y mis brazos llenos de moretes. Sentía que acababa de recibir una golpiza”, relató Claudia Núñez de 18 años.
La representante del Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI), Cecilia Estrada, señala que toda forma de agresión contra la mujer también es violencia sin importar que nace de un juego o costumbres.
Las instituciones que trabajan en favor de los derechos de la mujer recomiendan a las amas de casa, estudiantes y profesionales que deben hacer respetar su palabra y a responder con una negativa, si no quieren participar de un juego o una actividad. Cualquier acto en contra de su voluntad puede convertirse en violencia.
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