“Estas personas pueden padecer trastornos psicológicos y, muchas de ellas, utilizan sustancias, como el alcohol, que ayudan a potenciar su agresividad”, según la psicóloga Eliana Ponce. Además, tienen un perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad; son emocionalmente inestables, impacientes e impulsivos. Trasladan la agresividad que han acumulado en otros ámbitos hacia sus mujeres. Además, consideran a la mujer como algo de su propiedad. Dentro de su patología, está el arrepentimiento frecuente, y la mujer malinterpreta este arrepentimiento, que sólo es temporal, hasta el próximo golpe.
El abusador tiende a ser celoso hasta de su propia sombra, tiene una baja autoestima que le ocasiona frustración y la frustración trae violencia. Tiene unas expectativas rígidas de su rol sexual como hombre, con las que cubre un complejo de inferioridad. Aparenta ser suave y educado con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario