martes, 13 de marzo de 2012

Mujeres, musas de la historia de la vida

En la historia del mundo, se valora a las mujeres, cuya presencia en episodios desde las guerras hasta las rúbricas por la paz, han sido decisivas, se han sumado famosas en la literatura, pintura, política, economía y deporte.

La galería de las célebres, está iluminada por féminas que han vencido las barreras cotidianas de la discriminación, el racismo, la violencia, la esclavitud, desde su espacio han identificado sus aciertos y desaciertos, han logrado que el trazo de su destino sea reconocido a pesar del tiempo.

La historia de la Mujer, se rememora desde un 8 de marzo de 1908, cuando se rebelaron trabajadoras de la fábrica textil Triangle en Nueva York. La hazaña dejó huella, fueron protagonistas para que la jornada de trabajo sea recortado y, la faena sea justa. Estos sucesos, desencadenaron en una tragedia, porque las puertas fueron cerradas, fallecieron en un incendio, no pudiendo huir. Perpetuadas en la eternidad, la crueldad del prójimo dejó en las mujeres soñadoras, abnegadas, una enseñanza: Nadie tendría que explotar a nadie, a menos que sea espontáneo. No solo lo manual adormece o cansa, el trabajo mental también agota.

A este homenaje de respeto, extendemos nuestra solidaridad por todas las mujeres del cosmos, se intenta llegar con la fuerza viva que el género humano demuestra. Recordándolas a estas triunfadoras del silencio y la palabra, voluntarias para servir al prójimo, obsesionadas por defender la justicia y la libertad, conmemoramos en el universo "El Día de la Mujer" y todas festejamos a nuestra manera.

Flora Tristán (1803-1844), de origen peruano-francés, autora de varios libros, febril luchadora por los derechos de la mujer, antes de Marx y Engels. "Un principio marca su obra: el derecho de hombres y mujeres de amar la libertad". El pintor francés Paul Gauguin, nieto de Flora Tristán, fascinado por Polinesia, pintaba retratos de mujeres.

Juana Manuela Gorriti. Escritora salteña (Argentina), esposa del presidente Manuel Isidoro Belzu. Fue escritora. Gustosa de la repostería y autora de las famosas empanadas. Vivió en estos territorios, y la mística que la envolvía, le permitía conseguir en el calendario de sus actividades, amistades que han escrito y descrito de sus ansias, de su humildad y de su amor, como las cartas entre ella y Ricardo Palma, el tradicionalista peruano.

Carolina Freyre, escritora peruana, madre del reconocido e importante poeta Ricardo Jaimes Freyre y del pintor Raúl Jaimes Freyre,

Marzo iluminado e imborrable, trae hasta este itinerario, nombres de mujeres que han jurado lealtad con los principios de la sociedad, han horadado desde las cenizas y sin rencor que al aproximarse otoño, siempre se las evoca, ellas han dejado su inclinación por el trabajo.

Sensibles a toda expresión femenina, al mismo tiempo de carácter fuerte, dignas mujeres como Margaret Cochran Corbin (1751-1800), superó la tragedia de su esposo, ella ayudaba a cargar el cañón, en ese afán continuo fue alcanzada por la metralla, sus vecinos la llamaban "Capitán Molly", fue la primera mujer estadounidense que "participó como soldado en la guerra por la libertad". Su nombre quedó grabado en una placa de bronce, se fue con una corola de estrellas, con la inmortalidad de su hazaña, con la canción de los pioneros cuando labró su vida al signo de la guerra y disparó intensamente hasta que el pecho se cansó y tembló por la herida. Junto a Abigail Adams decía: "La vida se estanca sin la acción", Martha Washington durante la guerra acompañaba a quien fue presidente George Washington y Mercy Otis Warren mostró ejemplo, "avanzaban con el temperamento de mujer y la mente de hombre", ¿qué significaba? Que eran madres y esposas, mujeres y guerreras, musas y amas de casa. Eran femeninas, sin embargo, cuando tenían que lidiar no distinguían el género.

Jeanneth Rankin, fue elegida como la primera representante femenina en el Congreso en 1920, ayudó a dirigir la 1ra. Convención sobre derechos del voto de la mujer en el mundo junto a Elizabeth Cady y Lucrecia Mott, consideradas como la "Madre del sufragio femenino", también figuran célebres mujeres como Elisa W. Burhans, Elizabeth Blackwell, Ema Envite, Susana Warner, Susan Brownel Anthony (1820-1906), "Incomparable organizadora del Movimiento de los Derechos de la Mujer", Nelly Bly (1864-1922) "La mejor reportera de Estados Unidos, precursora del periodismo de investigación", Herriet Tubman, Anne Marbury Hutchinson y Sojourner Truth, precursoras en censurar, activista contra la esclavitud, defensora de los derechos humanos, rompieron las cadenas de la esclavitud.

Dentro de las letras están la primera poetisa estadounidense Anne Dudley Bradstreet, Phillis Whillis Wheathey, llamada la musa de África, no obstante de ser esclava, alcanzó su libertad y sus 40 poemas fueron publicados en Londres el año 1873, Emily Dickinson, Sara Josefa Buell, Maria Macintosh, Mistress Stowe Beecher, autora de la obra "La cabaña del tío Tom".

Las poetisas, lejanas del bullicio, desde sus aposentos, escribieron con un lenguaje dulce e intenso, un amor eterno, prolongado hasta la eternidad, como Sor Juana Inés de las Cruz (México), Carmen López Portillo, Rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana menciona: "Ella era una guerrera que no claudicó, hizo la defensa de la libertad, del conocimiento y apoyó el derecho de las mujeres. Santa Teresa de Jesús (1515-1582), (Ávila-España) pasó por crueles sufrimientos, nunca se rindió, calificada como femenina inquieta, escribió: "Vida, ¿qué puedo yo darle/ a mi Dios, que vive en mí/, si no es perderte a ti, para mejor a él gozarle?/ Quiero muriendo alcanzarle, Pues a Él sólo es al que quiero/, que muero porque no muero". Juana Fernández Morales conocida como Juana de Ibarborou,(Uruguay), obstinada en el himno de la alegría, como una salmodia puso acento a los cántaros y sus escritos profundos, se sienten en la lectura y canta: "El fuego alado y el alado aire,/ Todo está en Ti, todo eres Tú, Tú Eres,/ ¡Oh Padre Universal, extenso Padre! Por mi perfecta célula y el alma/ Que a Ti elevo en jornadas de alabanza, / Por la piedra que calla,/ Por el río que canta,/ Gracias Señor mi Dios, tan necesario/ Que hasta el monstruo te ama".

Delmira Agustini (Uruguay), Gracia Deledda (italiana) y Lucila Godoy (Gabriela Mistral-chilena), Premios Nobeles de Literatura) , Cristina Georgina Rossetti (poeta lírica inglesa), Alfonsina Storni (Argentina), Alcira Cardona Torrico, Yolanda Bedregal, Milena Estrada Sainz, Silvia Mercedes Ávila Villanueva, Blanca Garnica, Blanca Wiethücher, Norah Zapata Prill, Matilde Casazola, Gladys Dávalos Arce, Edith von Borries, Amanda de Soria, Wilma Tapia, Elba Mejía Arce.

Escritoras como Virginia Woolf (norteamericana), Adela Zamudio, Teresa Mesa, María Aguiar, Miriam Gonzales, Cristina Baeza (cubanas), Anamaria Rabbate (mexicana), Laura de La Rosa, Laura Villanueva, María Virginia Estenssoro, Lupe Cajías, Florencia Durán de Lazo de la Vega, Martha Paredes Oviedo, Betshabé Salmón, Nelly López Esther Calderón de Puña Miriam Quiroga, Gaby Vallejo Canedo, Giancarla de Quiroga, Domitila Chungara, Elizabeth Dockweiller, Glenda Peláez, Amanda Selaya, Isabel Mesa, Práxides Hidalgo,

Las prestigiosas historiadoras: Ximena Medinaceli, Beatriz Rossells, María Luisa Soux, Rossana Barragán, a través de la investigación elevan el conocimiento y asientan en sus escritos un cúmulo de orientaciones, imprescindibles, consideradas como herramientas de las intelectuales.

Este enaltecimiento es para las mujeres que tienen o no tienen talento, que no han cultivado o no han heredado el canto, los pinceles, la palabra o la magia de la lectura. Cada una tiene encanto y no importa si es o no es espiga, algo brilla en cada una, con ensueños, con furia o risa y desde la geografía del corazón, puede delinear la mirada, alzar las banderas del olvido o recordar el testimonio de valorar la familia.

No tendría que haber bruma en los sueños reales o irreales, con fantasmas humanos o imaginarios, ahí están las Nobeles por la Paz, entre ellas la periodista yemení Tawakkol Karman, es decir la mujer no puede perder el derecho a la libertad del libre pensamiento, del conocimiento, debe defender o alegar el gran amor que tenemos en la vida.

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