domingo, 4 de marzo de 2012

El norte cruceño es el foco de ‘mamás niñas’

Daniela y Cinthia van a la misma escuela de Minero, sueñan ir a la universidad y están embarazadas. Daniela (17) va a sexto grado de secundaria; Cinthia (16) está en penúltimo año. El embarazo las ha unido más. A la salida de clases caminan juntas, despacio, lejos del frenesí apurado de sus compañeros, luciendo mandiles blancos de colegiala ceñidos a sus barrigas de cinco y cuatro meses. Sienten que todo les crece.
Como ellas, en 2011, en la provincia Obispo Santistevan, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) registró 2.208 adolescentes encintas. El dato arrojó un aumento con relación a 2010, cuando se contaron 1.385 casos.
Esta cifra marcó a la provincia del norte cruceño como un foco de crecimiento de la tasa de mamás adolescentes de Santa Cruz. En el departamento se registraron 36.300, un aumento del 2,9% en relación a 2010 (35.281 casos). Según Maritza Camargo, responsable del Programa de Adolescentes y Jóvenes del Sedes, el 80% de ese incremento fue ‘aporte’ de Obispo Santistevan.
“Hablan a mis espaldas. No me importa, basta con que mi familia me acepte”, cuenta Daniela de sus compañeros. Esa suerte la comparte con Cinthia y con otra chica del colegio que hoy no fue a clases, porque tenía nauseas y sentía punzadas en el vientre. Las tres son menudas, delgadas y de apariencia frágil. Los profesores no sabían qué hacer. Algunos estaban de acuerdo con expulsarlas para que “se dediquen a ser madres”, pero decidieron no privarlas del estudio, como lo ordena la ley.
“Son perros”, reniega Cinthia. Lo dice con rabia, porque los chicos que fueron parejas de sus compañeras ya no quieren saber de ellas. Los hombres no aceptan sus responsabilidades. “Son ‘gallos’ para encamarse, pero son bebés para responder”.
A Cinthia le había pasado lo mismo, recuerda, pero una profesora hizo entrar en razón a su ‘ex’ y este se comprometió a cumplir como papá.
La historia de Cinthia se repite en cinco municipios. En proporción, solo la cantidad de menores embarazadas alcanza el 1,2% de los 180.000 pobladores de la provincia compuesta por Montero, Saavedra, Minero, Fernández Alonso y San Pedro; solo comparable con proporciones de la capital (26.000 adolescentes embarazadas de un total de 2.000.000).
“Hay 250 partos al año en los hospitales y el 50% son de menores”, revela Pilar Villarroel, gerente del Sedes para la provincia. La cifra supera de lejos el promedio nacional de embarazos de menores, publicado en 2010 por el Ministerio de Salud, de por sí alarmante para el Sedes: dos de cada 10 embarazos en el país se dan entre jovencitas de 15 y 19 años. El promedio aumenta en el área rural a uno de cada cuatro.
En Santistevan, una de cada dos madres no pasan de los 19 años, y esto, para Camargo, revela una ‘feroz’ tasa de crecimiento, que se concentra en Montero (1.761 casos en 2011).
Velqui (18) vivía en Montero hasta hace dos años, cuando se enteró que su novia de la escuela estaba embarazada. De noche, mientras trabaja 10 horas como guardia de seguridad en Santa Cruz, piensa en la muchacha y en el hijo que dejó. “Mi familia me dijo que escape”, cuenta. “Pensé que iba a arruinar mi vida”, confiesa, fumando para calentarse. Ahora, con frío, cree que lo aconsejaron mal, que quizás hubiera sido mejor quedarse, afrontar y seguir estudiando.
Cecilia (17) es montereña y tiene un niño de ocho meses. “La vida te paga: se fue mi cortejo pero me quedé con mi niño y así las cosas quedaron mejor”, dice, con una madurez pasmosa.
Ella dejó la escuela el año pasado, tuvo un embarazo de alto riesgo, le aconsejaron abortar porque su pareja la abandonó, pero se negó; prefirió los reproches del mundo. Ahora trabaja en labores domésticas.
Para algunos educadores, el caso de Cecilia es un proyecto de vida trunco. Ella es el rostro de niña que las estadísticas de madres adolescentes reflejan en números. Se estigmatiza a la joven, se reducen sus chances y todo por desatención de la ‘sociedad adulta’, opina Villarroel.
Ninguna autoridad tiene explicación precisa. “El crecimiento de Montero influye; además, en algunos pueblos, por cultura, la gente espera que las chicas se embaracen temprano; hay fallas en la educación”, admite Bartolomé Puma, director del Seduca. “El personal de salud no siempre orienta a los chicos”, dice Villarroel. “Puede ser un problema de origen familiar, pero hay que hacer un estudio”, aconseja Camargo.
El fenómeno de Santistevan deja más dudas que respuestas. Para Nelson Balboa, médico de adolescentes del Cies, cabe preguntarse: ¿Qué información sobre sexualidad tienen los adolescentes?, ¿cuánto afecta el abuso de menores?, ¿qué pasa en las familias? Las vidas de Daniela, Cinthia, Cecilia y Velqui tienen un hilo común, juzga Camargo, y “atender el asunto como problema social, es tarea de las familias y del Estado, de adultos y adolescentes”. Mientras, estos jóvenes seguirán con sus vidas, sin tener claro su futuro.

Solo el 25% usa métodos preventivos
Nurmi Oré Angulo / Resp. Enfermería Cies
Las estadísticas de salud del departamento de Santa Cruz, sustentadas en reportes del INE, señalan que el 90% de los adolescentes han sido informados sobre métodos anticonceptivos, ya sea en casa, en la escuela, en hospitales.
Sin embargo, esas mismas estadísticas reflejan que solo el 25% accede a utilizarlos. Por miedo, por falta de orientación hacia el uso debido, por indiferencia de los padres y de los educadores.
Otro dato importante: de acuerdo con un estudio de 2009 del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) sobre sexualidad de adolescentes en Santa Cruz, el inicio de las relaciones coitales se da entre los 13 y 14 años. Vale decir que tenemos una referencia de sexualidad temprana.
No creo que existan aún explicaciones sólidas sobre las causas del crecimiento de la tasa de madres adolescentes en Obispo Santistevan. Es poco lo que se trabaja en investigación sobre estos casos.
Debemos invertir fondos en un programa de atención diferenciado sobre salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes. Hay esfuerzos, pero no son suficientes y eso hay que reconocerlo. Necesitamos construir con nuestros adolescentes (10 a 19 años) y jóvenes (20 a 35 años) el concepto de paternidad responsable, en la misma medida para mujeres y hombres.

Se atienden hasta 60 abortos al mes
A las autoridades del Servicio Departamental de Salud (Sedes) les preocupa la dimensión que ha tomado el índice de abortos en Obispo Santistevan, entre 50 y 60 por mes, y por ello han ideado un programa piloto de capacitación del personal de salud de la Red Norte para dar atención integral a parejas jóvenes, con información sobre educación sexual y reproductiva.
Así lo confirman Pilar Villarroel, gerente de la Red de Salud Norte, y Ruth Galvez, del programa de Salud Sexual y Reproductiva del Sedes. “La cifra de abortos por mes crece a 70 y 75 casos, entre abril y mayo, meses posteriores al Carnaval, donde la mayoría son menores de edad”, explica Villarroel. Por eso se necesita avanzar hacia la atención preventiva y diferenciada.
Galvez, sin embargo, considera que lo ideal para la prevención de embarazos en adolescentes y abortos, es el trabajo en equipo del personal de salud, con la escuela y el hogar, cosa que pocas veces sucede.
Para Raúl Hevia, ex director de la maternidad Percy Boland, hoy oficial mayor de la Alcaldía cruceña, y para Bartolomé Puma, director del Seduca, hay que poner atención en la migración y el crecimiento demográfico.

Referencias

En Bolivia, cada hora tres adolescentes se embarazan, de acuerdo a datos de 2009 del INE.

Según un informe de 2009 del Unfpa, el 14% de las adolescentes que se embarazan en Bolivia abandonan la escuela.

Las adolescentes bolivianas tienen las tasas de fecundidad más altas de la región, según la ONG Apprende Bolivia.

Se cambiaron los nombres de los adolescentes en este reportaje.

Las cifras

180.000
habitantes en total tiene la provincia Obispo Santistevan, en sus cinco municipios.

35
por ciento de los partos en la maternidad de Santa Cruz son de madres adolescentes, muchas de Montero.

42
centros de salud dispone la Red de Salud Norte, en Montero, Saavedra, Minero, F. Alonso y San Pedro.

1.761
casos de madres adolescentes registrados en 2011 solo en Montero, capital de O. Santistevan.

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