domingo, 6 de marzo de 2011

Mujeres árabes enfrentan exclusión pese a revueltas

Un informe elaborado por la organización Amnistía Internacional (AI) alerta que las revoluciones por la democracia en los países del norte de África enfrentan significativas contradicciones al no tener en cuenta los derechos de las mujeres árabes, víctimas de un sistema de discriminación y sujeción que las coloca en situación de exclusión social.
Según la directora general del Programa de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional, Widney Brown, en el caso de Egipto, pese a que las mujeres tuvieron un protagonismo fundamental en las rebeliones por la libertad y la democracia, “se está negando a las mujeres un papel en la creación de un nuevo país”.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacó que en las revueltas desatadas en el norte de África, miles de personas fueron asesinadas por las fuerzas progubernamentales, muchas de las cuales fueron mujeres.
“Las mujeres son excluidas tanto por el gobierno provisional como por la comunidad internacional. El nuevo comité nacional creado recientemente para redactar la nueva Constitución egipcia está integrado solo por hombres”, afirmó.
El trabajo de Brown al que tuvo acceso EL DEBER destaca que “las mujeres estaban junto a los hombres, exigiendo el fin de la represión política y reclamando una reforma radical. Tanto las mujeres como los hombres han sufrido bajo estos gobiernos represivos, pero las mujeres han tenido que padecer, además, leyes discriminatorias y una desigualdad de género profundamente arraigada”.
Por eso, “a nadie extraña que las mujeres salieran a la calle. Que aclamaran ruidosamente la caída de Mubarak. O que quisieran creer en la promesa de un nuevo amanecer en la política egipcia. Pero aún está por ver cuánto va a cambiar realmente para las mujeres en Egipto”, señaló.
“Este comportamiento de las autoridades provisionales delata un sentido del paternalismo que conocen las mujeres egipcias, que han pasado décadas viviendo bajo un gobierno opresor respaldado por Estados que presuntamente respetan los derechos”.
Brown denuncia que la situación de la mujer en la mayor parte de los países de Oriente Medio y, también en Occidente, la discriminación hacia la mujer está estrechamente vinculada a la vigencia del sistema patriarcal centrado en los hombres.
“En muchos países aún se les dice lo que pueden hacer, incluso cómo pueden vestir. Las mujeres de Arabia Saudí, Chechenia e Irán sufren acoso si no cumplen los códigos indumentarios religiosos conservadores. En Bélgica, Francia y algunas partes de España, las mujeres musulmanas que sí lo cumplen infringen ahora la ley”. Se refirió en este caso a las polémicas desatadas por la prohibición al uso del velo de las mujeres musulmanas que van a las escuelas europeas.
La especialista destaca que “las mujeres que luchan por el cambio suelen topar con el escarnio, los abusos o algo peor”.
En lugares como Rusia, Filipinas, México y Nepal, se ha asesinado a destacadas activistas por hablar en voz alta.
En otros países como China, Bangladesh, la India, Zimbabue y muchos otros países, se las detiene y tortura habitualmente en razón de su forma de pensar. En particular, las féminas son víctimas de organizaciones delictivas como el narcotráfico y la trata de personas.

También se ven ciertos avances
En los últimos años, la situación de la mujer en los países árabes ha registrado ciertos avances, según informó la subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amat Al Alim Alsoswa.
Durante la presentación en Madrid (España) del informe, Hacia la Mejora del Estatus de la Mujer en el Mundo Árabe, la funcionaria de la ONU admitió que, aunque aún hay un gran conjunto de retos para mejorar la situación de la mujer en estos países, no es "justo" que el mundo no valore todo lo logrado, porque "nos movemos despacio, de forma gradual, pero nos estamos moviendo".
El estudio es el cuarto y último de la serie sobre Desarrollo Humano Árabe que ha patrocinado el Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD) y analiza las carencias que limitan la promoción de la mujer, especialmente la falta de libertad, de protección y de acceso al conocimiento.
En Occidente, dijo Alsoswa, la imagen de la mujer árabe está asociada al concepto del velo, a la debilidad, a la opresión y a la prohibición de que participen en la vida política y económica.
En este marco, aclaró que hay mujeres árabes que son dueñas de bancos, institutos financieros y grandes industrias, y ministras de importantes carteras, como economía, comercio y turismo.
Sin embargo, reconoció que todavía queda mucho por hacer al respecto, en particular por la situación de exclusión y discriminación de género.

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