Stefan se dedicó a escribir para el público femenino. Uno de sus títulos es: Las mujeres que leen son peligrosas. Comienza su obra con el cuadro de María y le sigue un largo corolario de imágenes de mujeres con libros o leyendo; pinturas e ilustraciones, desde el siglo XIII hasta mediados del siglo XX, que muestran la evolución de las mujeres y su relación con la lectura.
Cuenta cómo el furor por la lectura que se despertó en el género femenino fue visto, primero, como una amenaza social y una prueba de la decadencia de las costumbres de épocas pasadas. Pero gracias a su acceso a la lectura, las mujeres adquirieron conocimientos que les permitieron alcanzar independencia y capacidad para pensar por sí mismas. Hoy, cualquier ciudadano, mujer o varón, que se precie de ‘superado’, diría: peligrosas son las personas que no leen nada. ¡Pilas chicas! leer abre la mente.
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