Las mujeres que tienen VIH o Sida muestran sentimientos encontrados, de orgullo, fortaleza, responsabilidad y temor. Muchas lograron asalir adelante sólo por sus hijos y otras tantas temen embarazarse y rechazan el milagro de ser madres, por las posibilidades que aún existen de contagiar a sus bebés o de dejarlos solos en poco tiempo.
Se puede vivir pero... "En mi caso tengo temor... ya tengo 36 años y he rechazado el ser madre hasta ahora porque mi hijo puede nacer con VIH. En el embarazo todavía hay la posibilidad de transmitir el virus... tengo miedo de transmitir VIH a mi hijo".
El brillo en los ojos de Vileta Ross se apaga con cada palabra y tras una breve pausa admite que aún con 12 años de experiencia de trabajo en torno a este mal, aún siendo la representante de la Red Nacional de personas con VIH-Sida, siente ese temor y prefiere no arriesgarse a quedar embarazada. Hoy está casada y hablar del tema le resulta triste.
En una mesa larga, de esas que se crean juntando varias, un grupo de mujeres que viven con VHI o Sida comparte un desayuno, ofrecido por Delizia, en conmemoración del día de la madre.
Compiten por premios, charlan, ríen, como lo hace cualquier grupo de amigos, pero al momento de la pregunta bajan la sonrisa.
"Mi guagua... es mi razón para vivir", señala Carla N. (nombre convencional) quien hace poco más de un año recibió la noticia de haber sido infectada. Haciendo cálculos, sólo pudo ser su marido, quien poco después la dejó sola con su hijo, quien afortunadamente no contrajo VIH.
Ella, así como Claudia, una joven que vivió en la calle, consumió alcohol y se enfermó hasta casi morir, confirman que es necesaria la fuerza de voluntad y asumir la responsabilidad para curarse.
Según Violeta, se les trata de inculcar el amor a la vida para que salgan adelante, aunque es cierto que aún hay discriminación y el consumo de los medicamentos las debilitan y traen sobre ellas muchos otros efectos colaterales que socaban su fuerza. Ahí, entonces, asegura, está la familia. "Siempre hay alguien, un hijo, padre, un hermano, un primo... es necesario que salgan adelante".
Y eso se ve en aquella mesa compartida donde olvidan ese problema. Compiten por premios, ríen y dedican su atención a sus hijos.
Un centro de encuentro. En el Centro Departamental de Vigilancia, Información y Referencia de ITS/VIH/SIDA (C.D.V.I.R.), el ex centro Piloto, se ha convertido en un punto de encuetro y convivencia de personas que viven con este virus.
Allí, en la esquina de las avenidas Vásquez y Perú, también se brinda atención, información, servicios y apoyo a todas aquellas personas que necesiten asesoramiento en cuanto a enfermedades de transmisión sexual, así como en VIH/SIDA.
Las mujeres delcentro its/vih/sida fueron celebradas. En el marco de su campaña de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la compañía de alimentos Delizia festejó con un desayuno el día de la madre a decenas de mamás que acuden y son parte de este cenetro.
“Como compañía nos sentimos comprometidos con toda la sociedad boliviana", señaló Veraloza Pari, director Ejecutivo de Delizia.
La transmisión de vih de madre a hijo se reduce en los países del primer mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las posibilidades de se transmita el virus oscilan entre el 15% y el 45% de los casos, en el mundo. Sin embargo, la medicación con antirretrovirales durante el embarazo, el parto y la lactancia reduce esta tasa al mínimo, hasta apenas al 2%, como sucede en EEUU.
1400 casos de personas que viven con el VIH/Sida, entre niños y adultos, hay registrados en todo el departamento.
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