jueves, 9 de mayo de 2013

Celia, la primera maestra de pollera de un colegio privado



Por primera vez, una mujer de pollera es parte del plantel docente de una unidad educativa privada; se trata de Celia Laura, de 35 años, quien enseña la materia de Aymara a los alumnos del colegio San Calixto, de la ciudad de La Paz. La Razón visitó a la yatichiri (maestra en aymara) en su aula.

“Es mi primer empleo. Cuando me llamaron no lo podía creer porque siempre pensé que enseñaría en las escuelas de provincias y no en la ciudad, menos en un colegio como el San Calixto. Después de la alegría, me entró el miedo a que los alumnos me rechacen porque soy de pollera, pero las cosas fueron diferentes”, relató Laura, quien es oriunda de Peñas, ubicado en la provincia Los Andes, de La Paz.

Todo empezó en enero de este año, cuando la maestra vio la convocatoria en un periódico y decidió postular, en su condición de normalista en idioma aymara. La Dirección del establecimiento la eligió porque ella cumplió con los requisitos académicos y humanos, además de vencer a siete educadores más en el examen de competencia, detalló la responsable académica del San Calixto, Jenny Salas.

Clases. Laura acude al colegio los miércoles y viernes para enseñar la lengua andina a los estudiantes de 15 cursos que corresponden a tres grados: quintos y sextos de Primaria, y primeros de Secundaria. El nuevo currículo, que rige desde esta gestión, implementó el aprendizaje de un idioma nativo en los colegios del país, en el caso de La Paz, se enseña el aymara. En ese marco, algunos establecimientos contrataron a maestros de idiomas y el colegio jesuita eligió a una maestra de pollera.

“Mi primer día ha sido con un curso de primero de Primaria, tenía mucho miedo. La directora me presentó y los estudiantes me aplaudieron, cuando ella se fue, me puse nerviosa, pero después fui desarrollando la clase y noté que los alumnos son muy educados. Entonces, el miedo a que no quisieran pasar clases conmigo, se fue”, añadió.

Cuando este medio visitó a la educadora, pasaba clases con los niños del 5° de Primaria “B”, quienes aprendieron durante los tres primeros meses de clases, a contar del 1 al 1.000, a saludar, los colores, ocupaciones y diferentes palabras en aymara. La clase del día era de diálogos grupales, guiados por una carpeta y un libro.

Kamisaki, wawanakas (buenos días, niños) es lo primero que ella dice al ingresar al aula. Los alumnos le responden al unísono: kamisaki, yatichiri (buenos días maestra). Mauricio Chávez, alumno de este curso, comentó que todos se llevan muy bien con la joven maestra porque es comprensiva y amable. “Nos tiene paciencia, hemos aprendido muchas palabras raras que no habíamos escuchado antes”, acotó.

Alumnos. Valeria Jáuregui y Daniela Alcázar, también estudiantes del paralelo, aseguraron que Laura es una de las maestras más “buenitas” del colegio. “Aprendimos a quererla porque ella nos enseña un idioma nuevo y nos explica una y otra vez, cuando no entendemos”.

La profesora recordó que uno de los aspectos que la sorprendió fue que los niños mostraron bastante predisposición y entusiasmo para aprender el aymara y lo hicieron muy rápido, aunque sí hubo ciertas dificultades en la pronunciación de la “q” y la “k”. “Es una anécdota muy bonita, cuando los escuché por primera vez”.

Aseguró sentirse una persona muy afortunada al encontrar un entorno donde no existe discriminación por la vestimenta de una persona. Además, logró una buena relación con el resto de maestros, quienes la consideran una buena compañera y colega.

“Ella es una maravilla, es una persona igual que nosotras y su relación con el plantel es excelente. Es buena como compañera, aunque al principio fue un poco tímida, pero ahora la vemos con más confianza”, opinó Susana Paredes, maestra del colegio.

Más sobre la profesora

Formación

Celia Laura estudió en el colegio Franz Tamayo, ubicado en la comunidad de Peñas (provincia Los Andes), posterior a ello ingresó a la Escuela Superior de Formación de Maestros de El Alto y egresó en 2011.


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