viernes, 5 de mayo de 2017

La mujer y la cerveza

Varias mujeres tienen en su mente el consumo de cerveza asociado a los hombres. Las escenas son muchas: unas “frías” después de jugar fútbol, unas “chelas” para ver algún clásico, unos chops para quejarse de la novia y más cervezas para acompañar una parrillada.

Si eres de las mujeres cerveceras que disfrutan esta bebida por gusto, en distintas oportunidades y escenarios y que se siente un bicho raro, porque no falta la amiga que te critica porque la cerveza hincha, es muy amarga, engorda y es solo para hombres, te interesará leer estas páginas. Damos un paseo por los orígenes de la cerveza y la influencia de las mujeres en su historia. Aclaramos los mitos, realidades y beneficios…sí, beneficios de consumir moderadamente esta bebida, la cual, particularmente, aporta bastante a la salud y cosmética femenina (si se bebe moderadamente, lo recalcamos de nuevo).

MITOS Y REALIDADES DE SU CONSUMO

La bebida hecha con granos germinados de cebada previene la anemia, evita la osteoporosis, retrasa el envejecimiento y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

“El consumo moderado de cerveza aporta bajo valor calórico; 45 calorías en cada 100 mililitros. A esto se suma su contenido en vitaminas, minerales, polifenoles y antioxidantes, con importantes beneficios para la salud. A diferencia del resto de las bebidas alcohólicas, que solo aportan calorías vacías a través del alcohol, sin ningún nutriente. Por lo tanto, la cerveza puede ser incluida dentro de las calorías del día”, afirma el médico gastroenterólogo boliviano Fernando Céspedes.

A quienes creen que el consumo de cerveza es la causa del mito de la “panza cervecera”, los datos los dejarán sorprendidos. Céspedes explica que la clave para no engordar y luego echarle la culpa a la cerveza es la moderación, y es que la cantidad que entiende por consumo responsable no supera los tres vasos de cerveza para el varón adulto y dos, para la mujer.

Otro mito que se asocia a la cerveza es que quema las neuronas. Sin embargo, según un estudio publicado el reciente febrero por la Universidad de Alcalá de Henares, de Madrid, España, la cerveza sin alcohol puede prevenir los efectos neurodegenerativos en enfermedades como el Alzheimer.

De acuerdo con esa investigación, la cerveza sin alcohol, al igual que la cerveza con alcohol, posee ácido silícico, un componente capaz de interferir en los efectos oxidativos del aluminio, lo cual bloquea su capacidad de deterioro en el cerebro.

Alto valor nutritivo

La cebada, uno de los principales ingredientes de la cerveza, posee propiedades de gran valor nutritivo y medicinal. Los nutrientes esenciales que contiene colaboran en una completa incorporación de vitaminas, minerales y fibra. Por eso, la cerveza es una bebida ideal para las mujeres, porque previene anemia y síntomas de menopausia.

El aroma y parte del sabor de la cerveza se deben al lúpulo. Para la elaboración de la bebida se utilizan los lóbulos de esa planta herbácea, los cual contienen lupulina. El lúpulo es un ingrediente recomendado para tratar enfermedades del sistema digestivo como el síndrome de intestino irritable, diverticulitis, úlceras, colitis y la enfermedad de Crohn, por su acción antiespasmódica.

La cerveza es rica en vitamina B y antioxidantes. Esto le permite prevenir enfermedades como la osteoporosis y la hipertensión. Además los polifenoles en la cerveza ayudan a retrasar el envejecimiento celular y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Céspedes destaca que incluso contrapesa efectos cancerígenos.

Efecto antiedad

Se cree la cerveza por ser una bebida alcohólica causa envejecimiento. Algunos incluso la relacionan con la caída del cabello. Pero, el gastroenterólogo Céspedes enfatiza que esos mitos son falsos. Explica que el lúpulo, uno de los ingredientes presente en esta bebida, es antibacteriano y tiene propiedades sedantes y diuréticas que generan efectos anti-edad en el organismo.

“Esta bebida tiene vitamina B5 y B6, que interviene en la prevención para evitar la caída del cabello y en la producción de melanina, que es la sustancia que da color al cabello. La vitamina B3 estimula el crecimiento del cabello y aumenta la circulación sanguínea del cuero cabelludo. Minerales. Puedo destacar que el aporte más importante es el zinc que estimula la reproducción celular, crecimiento y reparación del tejido del cabello”, detalla el médico.

El maestro cervecero Jesús Cáceres, uno de los más experimentados de Bolivia, explica que la presencia de alcohol no obstaculiza el efecto hidratante de la cerveza, “siempre y cuando se consuma de forma moderada”. De hecho, esta bebida es hidratante por contener maltodextrinas, que favorecen la absorción de líquido en el organismo. Cáceres apunta que, en la actualidad, en el país ya es accesible la cerveza sin alcohol, que tiene los mismos beneficios mencionados.



CÓMO DISFRUTAR MÁS LA CERVEZA

Para Cáceres, la cerveza es una bebida ideal para el maridaje. Asegura, incluso, que es más amigable que el vino para esa práctica, pues hay más espacio para la variedad de sabores.

La cerveza está compuesta en 90 por ciento por agua. Ese ingrediente es fundamental para definir el carácter de cada cerveza. “Cada tipo de agua incide en el sabor de la cerveza, por eso la sensación que produce en el paladar se asocia a la región donde es elaborada. Si el agua no se trata, el sabor de cada cerveza incluso con una misma receta, puede ser distinto”, dilucida Cáceres.

“Los cerveceros, por otro lado, pueden experimentar con los distintos cereales utilizados en la elaboración de la cerveza, como ser la cebada malteada, que añade dulzura. Además del lúpulo, que proporciona el amargor y aromas; o la levadura, que presta ese característico sabor a pan. También especias, chocolate, y frutas”, acota.

El ritual de la servida

Pedro Moscoso, bartender de la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) para territorio boliviano, explica el ritual de la servida de la siguiente manera:

1. Comprobar que la cristalería sea la adecuada. Que esté seca y limpia. Recomienda comprobarlo viéndola a través de la luz.

2. Sacar la cerveza y comprobar que esté fría. Tampoco debería estar escarchada.

3. Destaparla e inclinar el vaso a 45º suavemente. Los vidrios de la botella y el vaso no deben chocar. El chorro debe ser delgado y constante sin burbujeos.

4. Cuando la bebida llega a los ¾, enderezar la cristalería e ir subiendo la botella para generar una capa de espuma, la cual no debe superar dos dedos.

5. ¡Disfrutar la cerveza! Es importante olerla y que el primer trago sea largo para que limpie el paladar.



LAS MUJERES Y SU IMPORTANCIA EN LA HISTORIA DE LA CERVEZA

Las mujeres han sido una parte esencial en la historia de la industria cervecera. Se estima que el ser humano lleva consumiendo cerveza por más de 9,000 años, durante los cuales gran parte de los productores de cerveza fueron del género femenino. Desde Mesopotamia y el Antiguo Egipto, la producción de cerveza era parte del rol cotidiano de la mujer, junto con el cuidado de los hijos y las tareas del hogar.

En la época medieval, los hombres empezaron a involucrarse más en la producción de la cerveza, ya que el consumo crecía de manera exponencial y su venta representaba un buen negocio. Los hombres cerveceros incluyeron el lúpulo dentro del proceso de producción de la bebida, que al ser un conservador natural, hacía que sus cervezas duraran más que las que se podían comprar en las tabernas de mujeres, y por lo tanto, las podían vender a un precio más alto. Esto provocó que se creara una imagen negativa hacia las cervezas hechas por mujeres, no solamente se pensaba que era un producto de mala calidad, sino que se formó la percepción de que una mujer no debe estar involucrada en el proceso, ni de la producción o de la venta de la bebida.

A finales de las épocas del medievo, se desató un conflicto entre los barones del Reino Unido contra lo que fue denominado como el reino más grande de Europa del oeste, que era Francia. Este conflicto, también llamado “La guerra de los 100 años”, los soldados recibían una ración diaria de 8 pintas de cerveza, causando un cambio radical en la industria cervecera. Los cerveceros no podían cubrir la demanda del ejército produciendo la bebida en sus hogares, por lo que se empezaron a construir fábricas para producirla en masa. En esas épocas, una mujer no podría trabajar fuera de casa, pedir préstamos o ser dueña de un terreno, por lo que prácticamente fueron excluidas de la industria.

Durante la época colonial, se sabía de tabernas en donde mujeres producían y vendían cerveza, pero no eran tan comunes como antes. No fue sino hasta el siglo XIX, cuando se empieza a tener información de mujeres dueñas de fábricas de cerveza, encubriendo sus nombres con pseudónimos masculinos para tener éxito en la industria, un ejemplo de esto es Susannah

Oland, fundadora de “S. Oland Sons and Company” en Canadá, compañía que fue heredada por sus hijos y está ahora en su sexta generación bajo el nombre “Moosehead Brewery”.

La participación de las mujeres en la industria cervecera ha ido incrementando y actualmente tenemos múltiples dueñas de cervecerías exitosas, importantes catadoras, desarrolladoras de producto y mercadólogas, entre otras, quienes han recuperado su importancia en la producción y venta del producto.



MÁS DATOS CURIOSOS

• En los pueblos Incas, eran las mujeres vírgenes las únicas que podían preparar la cerveza, hecha con maíz que consumía el Emperador.

• Más tarde, bajo el control de Babilonia, la producción de cerveza mesopotámica aumentó, se comercializó de forma masiva y hasta se crearon leyes con respecto a la cerveza. Algunas de esas normativas afectaban a las mujeres:

- Si una mujer tabernera no acepta el maíz como especia a cambio de la cerveza, esa mujer sería condenada y echada al agua.

- Si una mujer regentara una taberna o si entrara a cualquier taberna para beber cerveza, se la condenaba a la hoguera.

• En la Época Romana, las mujeres también eran las encargadas de la fabricación de la cerveza.

• En algunas civilizaciones antiguas, la cerveza era considerada una bebida única para las mujeres. En la antigua Grecia, la cerveza era una bebida “hecha para el consumo de las mujeres”, mientras que los hombres solo tomaban vino.

• En las culturas nórdicas, se sabe que las mujeres vikingas estaban protegidas por ley para convertirse en maestras cerveceras. Todos los equipos de cocción eran de su propiedad y se castigaba severamente a quien los utilizara sin su permiso.

• En la lista de los mejores maestros cerveceros a nivel mundial están muchas mujeres, entre ellas Martine Charlier (Francia) y Tonya Cornett (Estados Unidos).

¡SALUD POR LAS MUJERES CERVECERAS!

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