miércoles, 31 de mayo de 2017

El cerebro de la mujer después de los 40

Cada año de la vida de la mujer actúa como un fertilizante de las conexiones neuronales, lo que a su vez supone nuevos pensamientos, emociones e intereses.

La manera de cómo funciona el cerebro de la mujer, parte desde el mismo momento de la diferenciación sexual, pero más allá de la biología, quizás la morfología cerebral sea exactamente igual en los hombres que en las mujeres, aunque se dice también que hay diferencias: ser mujer impone retos y responsabilidades sociales que estimularán nuestro cerebro a desarrollarse

de manera diferente, las hormonas y sus cambios a lo largo de nuestra vida, también nos proveen de capacidades cerebrales distintivas.

Equilibrio emocional

A los 40 años, las mujeres han pasado por experiencias en todos los ámbitos emocionales: han sido pareja, empleadas, amigas e hijas. Madres y hermanas, un trampolín de emociones, un camino de resolución, cientos de retos y conflictos.

Han conocido una gran cantidad

de herramientas, y de todo esto han aprendido a manejarse y controlarse, conocer y potenciar sus respuestas. De esta manera, han desarrollado un equilibrio positivo en las emociones. Las hormonas están menos inestables, por lo que hay más racionalidad y más orientación a enmendar y solucionar relaciones.

AUTOCONOCIMIENTO

Debido a que ya ha cesado entre otras cosas la necesidad de procreación y la de búsqueda constante, las emociones se ven estabilizadas. La mujer en sus cuarentas será capaz de realizar mejor y mayores introspecciones acerca de sí misma, el velo de la angustia y el estrés por la carrera biológica habrá cesado, todo se vuelve más nítido y empieza a ver más allá de la niebla. Se emprenderán metas basadas en el autoconocimiento, en la búsqueda del verdadero sentido de la vida, un mágico y maravilloso estado de lucidez empieza a ser el protagonista en sus decisiones si es capaz de abrir esa puerta de par en par.

Autoestima

Después de todas las dudas en la vida, después de todas las difíciles elecciones, lo más probable es que tenga establecido cierto nivel de estabilidad y autoestima, sabe de qué es capaz y a dónde han llegado sus limites, esto también proviene de la estabilidad de cómo funciona el cerebro, que ya ha madurado, se ha hecho fuerte y con cierto equilibrio, es ahora cuando comienza a poner más energías en las metas laborales y económicas que desea, esta es la época del cerebro emprendedor, y es muy probable que esta característica de su cerebro la acerque con rapidez

al éxito.

Asertividad

Entre todas las herramientas que desarrolla, es capaz de volverse una de las mejores guerreras, y ser asertiva implica expresar sus pensamientos, sentimientos y creencias de una manera directa, honesta y apropiada a la situación en la que se encuentra, escuchando el otro punto de vista y

respetando a los demás. En síntesis, la forma de comunicarse de una mujer madura.

El cerebro de una mujer madura funciona coordinada y pausadamente, como la mejor de las baladas, al arribar a las cuatro décadas en la vida, se encuentra en el centro de las dos generaciones. Al ver hacia atrás, verá lo que ha aprendido, perdido y ganado, y al ver al frente, verá sus nuevos proyectos con ojos limpios y tendrá las fuerzas suficientes para emprender una nueva y lucida forma de vivir.

El poder de las hormonas para cambiar el mundo

Aunque parezca desconcertante, el reloj biológico también toca su campana para que una mujer cuide de sí misma y se autocomplazca. Esta etapa en el desarrollo psicológico también está impulsada por una realidad biológica: la del cerebro que emprende su último viaje o cambio hormonal.

A partir de esa edad, el cerebro se va transformando en una máquina precisa y estable.

Así, especialmente al final de la cuarta década de la vida suele comenzar este viraje emocional que impulsa a la mujer a observar la realidad que le rodea de otra manera. En esta búsqueda la mujer se maravilla de su propia energía y comienza a rumiar una nueva visión del mundo que va más allá de la necesidad de conectar y de cuidar a los demás. Ahora, la mujer contempla la vida con la premisa de no hacerse prisionera y de estrenar un nuevo equilibrio.

El poder llega con los años

Así, esta verdad biológica representa un nuevo camino a seguir, un misterio que cambia los pensamientos y emociones de la mujer, a la vez que le anima a conducirse hacia la redefinición de sus relaciones y cometidos, así como a la asunción de nuevos retos y aventuras en su vida.

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