sábado, 27 de junio de 2015

Angélica cumple 106 años con cánticos y cuecas

Sus párpados parecen ser la prueba más fehaciente del peso de los 106 años que Angélica Ramírez lleva encima. Y es que todo el tiempo aparenta estar dormida, pero lo que sucede en realidad es que los acartonados pliegues de piel que recubren sus ojos están cansados y para ella es difícil mantenerlos suspendidos.

Así, con los ojitos cerrados, pero la voz vigorosa, Angélica Ramírez interpretó una estrofa de un huayño ante toda la concurrencia que festejó junto a ella su cumpleaños número 106: “Chunquituy palomitay, mal pago no te voy a dar, y si mal pago te diera, la vida me ha de costar”. Sonrió al escuchar los aplausos de quienes son su familia desde hace cinco años, los adultos mayores del asilo San José.

Angélica llegó al albergue en 2010, año en el que sus sobrinos vendieron la casa donde ella vivió al menos 80 años.

Ese bien inmueble era lo único que tenía, pues nunca se casó ni tuvo hijos. “Se necesita mucha suerte para escoger una pareja”, justificó.

“Los primeros días en el asilo lloraba harto”, cuenta una sobrina política de Angélica, Carmen Jiménez, que es “la única persona que la visita”.

Con el paso del tiempo, más el cariño de las hermanas del asilo San José, Angélica se repuso y hasta sus 105 años todavía podía bailar cueca, cuenta la madre superiora de la entidad, Carmen Laguna.

Tras su cumpleaños 105, la anciana otra vez empezó a decaer. Actualmente ya no puede caminar, escucha poco y no ve bien, sin embargo su mente se resiste al paso del tiempo.

Angélica dijo que no guarda recuerdos muy gratos de su infancia, ya que perdió a su madre a muy corta edad y más tarde a su padre.

Su situación económica le permitió estudiar solo hasta sexto de primaria en el colegio Achá “de la calle Nataniel Aguirre”, recordó.



COSTURERA En su juventud estudió corte y confección y, en su mejor momento, Angélica estuvo a cargo de un taller de alta costura, donde terminaba de confeccionar un vestido de novia hasta en 24 horas.

Pese a ser modista, ella no es muy exigente con su atuendo, aunque hay excepciones, por ejemplo, su cumpleaños.

Ayer llevó un elegante saco y un pantalón de color verde agua, además de una blusa blanca con perlas. Como ella no se vistió, ni puede ver bien, al escuchar la descripción de cómo estaba vestida se alegró. “Dios quiera que esté guapísima siempre”, expresó.

Al igual que Angélica existen otros adultos mayores acogidos en el asilo San José que esperan llegar a la edad de ella.



AYUDA La hermana Laguna solicitó a la sociedad donativos como leche en polvo, pañales y otros alimentos no perecederos.

Estos productos pueden ser dejados en la calle Tumusla, entre Mayor Rocha y México. También se puede llamar al 4525300 para hacer las donaciones.

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