sábado, 9 de febrero de 2013

Agnès, el alma libre que se fue



Inés de Franck, autobautizada Agnès, una de las figuras vitales en el arte boliviano del siglo XX, ha muerto a los 98 años. Maestra del color, capaz de transformar en arte lo que tuviese a mano, la ha definido Michela Pentimalli, crítica de arte y directora del Espacio Patiño.

Nacida en Santa Cruz el 21 de enero de 1915, Agnès ha muerto en Río de Janeiro el reciente 2 de febrero. Sus cenizas serán traídas a La Paz, según ha informado, en un obituario publicado ayer, su único hijo, Ramiro de la Reza.

“Fue una artista que en su obra reflejaba plenamente su espíritu”, dice Pentimalli, bajo cuya gestión Patiño rindió homenaje a Agnès y produjo un video (Cedoal, Ed. Guayaquil, La Paz).

Temáticamente, su producción artística es muy variada. “Responde a una imaginación desbordante, a una admirable capacidad de asociación de ideas, como por ejemplo en los cuadros de las cholas mariposa”, explica Pentimalli. Una vertiente son los retratos, especialmente de niños.

“Tenía una sensibilidad y penetración psicológica” evidentes. “Y todo lo hacía con libertad y con un sentido magistral de la factura de la obra”. El humor es indiscutible. Además, ella “ha sido de las primeras mujeres en Bolivia que hizo viñeta gráfica”, lo que lleva a su faceta como ilustradora. Y está el collage con papel, con tela, y el tejido: “Todo lo que caía en sus manos lo transformaba en arte”.

Sus obras están dispersas en colecciones particulares. La Alcaldía de Cochabamba conserva la pintura que ganó el certamen municipal, como ocurre con La Paz y el Salón Pedro Domingo Murillo. Sus caricaturas están publicadas en Life Magazine y en la columna El Mirador de Walter Montenegro, en el periódico La Razón que era propiedad del empresario minero Carlos Víctor Aramayo. Y están sus libros, verdaderos tesoros de trazo e ironía: Monos y monas, Vida de vacas y El sol y las moscas: moscas como los paparazzi o como aquellos bichos “jodidos”.

Intensa, de decisiones firmes, a fines de los 90 optó por no exponer más en espacios públicos. Así que convocó al público a muestras montadas en su casa de La Paz. La última vez que estuvo en una galería fue en el Espacio Patiño de El Prado, con las “mariposas”, figuras de cholas multicolores. En la inauguración, la artista apareció vistiendo una pollera.

En su biografía se dice que en los años 30 estudió arte en Chile. En 1939 asomó en Cochabamba como parte de una muestra colectiva y con una obra que pronto destacaría “por su audacia y novedad”. El periodista Alfonso Prudencio trazó un perfil de Agnès en 1967, recogido en el libro Apariencias. En los últimos años vivía en Brasil, junto a su hijo Ramiro.

Algunos de los premios que obtuvo

2006

El 8 de marzo, en el día internacional de las mujeres, es nombrada “Mujer Emblemática de la Historia de Bolivia”.

2003

La Alcaldía de La Paz le otorga el premio Obra de una Vida, Salón Murillo.

1986

‘Peskha’ gana el Gran Premio del Salón Pedro Domingo Murillo, de La Paz.

1976

Premio Especial del VII Salón de la UTO, Oruro.

1973

2° Premio del Salón Municipal en Cochabamba.

1965

Premio único del Instituto de Relaciones Internacionales.


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