En medio la llovizna de un día festivo, medio millar de personas, entre ellas un colectivo de mujeres hispanas, marcharon por las calles más céntricas de Sídney para expresar su repudio contra el maltrato y el acoso sexual.
"Queremos expresar un 'no' a la violencia de género", dijo a Efe Rosarela Meza, una peruana del colectivo de mujeres hispanas, quien enfatizó que defiende también el derecho de los homosexuales, lesbianas y prostitutas.
Mujeres, hombres, homosexuales, travestidos, trabajadores del negocio del sexo y hasta familias con niños lucieron en esta jornada desde simples camisetas con vaqueros hasta velos islámicos, por un lado, y atuendos rosados fosforescentes con maquillajes como los de los personajes de "Priscila la reina del desierto", por otro.
También abundaron las vestimentas negras de las góticas, mallas de redes de pescadores y tacones aguja, pantalones cortos y minifaldas y cabelleras teñidas de azul, rojo, púrpura o vede y hasta los collares con la palabra "slut" (zorra).
La marcha para enfatizar el derecho de las personas, especialmente las mujeres, a no ser juzgadas por su vestimenta, se llenó de pancartas en las que se leían consignas como: "Mi vestido no es un 'sí'", "que no te violen" o "qué es primero la mujer o la zorra".
Con un cartel que decía en español "este cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata", la colombiana Andrea Yáñez señaló a Efe que en Australia "no se siente" la discriminación ni la violencia de género como en los países hispanos, mientras que la uruguaya Raquel Iglesias hacía eco con la frase: "el machismo está muy asentado en Latinoamérica".
A pesar de que Australia es una sociedad multicultural que tiene una legislación contra la discriminación de cualquier tipo, aún se dan casos de acoso o violación sexual.
En Australia se denunciaron unos 43.000 casos de asalto sexual, de los que 34.000 fueron contra mujeres, según una encuesta realizada entre 2009 y 2010 por la oficina de estadísticas.
Pero las denuncias no reflejan la realidad porque muchas mujeres "tienen miedo a acudir a la Policía", comentó a Efe Jason di Marco, uno de los manifestantes, que contaba el caso de una de sus amigas que fue violada.
Vestido con un abrigo de imitación de piel de leopardo, Jason relató que creció con su madre y rodeado de mujeres desde que su padre lo abandonó por sus discapacidades físicas y que como consecuencia de esa vivencia comprende las distintas situaciones de peligro por las que atraviesan las féminas.
"Tengo amigas que trabajan en la industria de los adultos", dijo sutilmente para referirse a la prostitución y "no me importa porque las quiero", agregó Jason.
La marcha es para decir que los sobrevivientes de las violaciones "ya han tenido demasiado" y que los asaltos sexuales contra las "putas" o personas estigmatizadas "también son un crimen", proclamó recientemente Elena Jeffrey, una trabajadora sexual, víctima de una violación e integrante del colectivo de la "Marcha de las zorras" de Sídney.
La "Marcha de las zorras" nació en Canadá después de que un jefe policial de Toronto aseverara a principios de año que si las mujeres no quieren ser violadas "no deben vestirse como zorras" y se ha extendido por Europa, varios países de las Américas, entre ellos Nicaragua y Honduras.
En Australia estas protestas comenzaron a finales de mayo en la ciudad de Brisbane y fueron seguidas de eventos similares en otras urbes como Melbourne, Camberra, Adelaida y Sídney.
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