La pregunta que persiste es ¿a qué se debe el nivel de violencia en contra de mujeres, niñas, niños y adolescentes?
El especialista en la temática José Miguel De Angulo (director de la organización Map Internacional y magister en salud pública) señala que la razón que origina la violencia en contra de la mujer es el androcentrismo o machismo arraigado en la sociedad desde siglos pasados y “el mecanismo más poderoso para que se reproduzca es la violencia sexual”.
La directora de Género y Generacional de la Alcaldía de Cercado, Raquel Melgar, coincide con De Angulo y añade que existe un grupo de agresores sexuales que también fueron víctimas de violencia. Al no recibir apoyo psicológico, se convierten en “potenciales” agresores, repitiendo de esa manera el círculo de violencia que se refleja en las actuales estadísticas.
Según Melgar, diariamente se recibe una denuncia por el delito de violación tanto en las defensorías de la niñez y la adolescencia, en organizaciones que trabajan con esta problemática y en las instancias policiales.
Si las mujeres son víctimas a temprana edad; más serio es el daño que se produce en su “dignidad”. José Miguel De Angulo explica que la “estructura de su identidad, de su valor y su dignidad son altamente quebradas a través de la violencia sexual”.
Los violadores no tienen un perfil establecido. Puede tratarse de un albañil, un médico, un sacerdote o un pastor. Sin embargo, el rasgo común entre todos ellos es la subvaloración de sus víctimas (mujeres, sean niñas, adolescentes o adultas o también niños).
“Todos han sido formados para validar su hombría en base a la posesión de la mujer”, asegura el especialista.
Las mujeres pueden ser asaltadas en cualquier momento en el espacio laboral, en la calle, en la universidad o en su propio hogar.
La violencia hacia los niños o adolescentes deriva -desde la perspectiva del profesional- ante la imposibilidad del “depredador” de vulnerar a mujeres adultas. El agresor ejerce su violencia en contra de niños o adolescentes “que son mucho más vulnerables”. Análisis que es compartido por Melgar.
“El agresor acecha y violenta a su víctima”
La responsable del Centro Una Brisa de Esperanza (CUBE), Verónica Roque, asegura que la agresión sexual en contra de mujeres, niñas, niños y adolescentes es un acto planeado cuidadosamente. Según José Miguel De Angulo “cuando a la víctima se le cruza en el camino un depredador sexual, ésta va a ser violada”.
El profesional asegura que son las instancias gubernamentales e institucionales las responsables de ofrecer una sociedad segura y defender los derechos sexuales de las mujeres, niñas y adolescentes. “La verdadera prevención es que no haya depredadores sexuales”.
Raquel Melgar coincide con los especialistas y asegura que la Dirección de Género y Generacional trabaja en un plan de rehabilitación integral para las víctimas de agresiones y los agresores.
La enseñanza de conductas de autoprotección como un acto de defensa ante las agresiones sexuales “son posiciones profundamente ingenuas”, especialmente si se trata de niñas y niños. “Un niño o una niña no puede defenderse y a veces tampoco una mujer adulta”.
Aún existe un sistema que legitima la agresión “la gente no quiere hablar, hay una conspiración, un silencio de complicidad del Estado y la sociedad”.
Según investigaciones realizadas con presos en cárceles por el delito de violación, se ha establecido que los depredadores planearon cuidadosamente su ataque, “el delito es fríamente calculado”.
De Angulo y Roque explican que la violencia sexual ha existido siempre; pero antes se lo mantenía en secreto. Actualmente se han incrementado las denuncias porque la gente sabe que hay instituciones que pueden apoyar y que este hecho es un delito.
Situaciones como la migración, la desintegración familiar y el acceso a la pornografía a través del internet u otros medios de comunicación no es la raíz del problema. El análisis lo realiza De Angulo y explica que “las situaciones se van modificando de acuerdo a los contextos; pero no es un delito reciente”. Existen testimonios de víctimas (adultas) agredidas en su niñez que vivieron en otra realidad.
El especialista explica que es posible que se esté incrementando la descomposición de la sociedad y se produzca la hipersexualidad; pero no existen investigaciones que respalden este análisis.
Algunos estudios concluyen que el incremento de las denuncias se debe a que la mujer está rompiendo el silencio y también los niños y niñas denuncian lo que viven en su familia.
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