jueves, 28 de febrero de 2013

¡Que ya no te pegue!, ¡denunciá, no callés¡


La violencia contra las mujeres es un problema global que afecta de igual manera a comunidades y familias pobres y ricas. La alarma por tratarse de un hecho que en vez de disminuir se muestra creciente, motivó, el 14 de febrero, a más de un millón de personas, a lo largo del planeta a salir a las calles a bailar en una acción de rechazo a la violencia contra las mujeres.

En Bolivia los recientes feminicidios son la muestra más dolorosa de la violencia que sordamente viven cientos de hogares, donde las principales víctimas son las mujeres y los niños.

¿Qué hacer?
“Tomar acciones de sensibilización urgentes”, plantea la sicóloga Fabiola Guachala. “Ya no más leyes; sino la aplicación correcta de las mismas”, propone la abogada Silvia Suárez de SOS Feminísima. “Denunciar, romper el silencio”, convoca la sicóloga especialista en víctimas de abuso sexual, Arminda Carrasco de la Fundación Fénix. La violencia familiar se da en los niveles emocional, sicológico, físico y sexual. En los núcleos familiares por lo general los agresores son los varones.

Se trata de un problema con aristas económicas y sociales. El término violencia se entiende como toda situación en la que una persona sufre una humillación ocasionada por otra.
Un grito, un golpe, una agresión, un insulto, una infidelidad son considerados violencia.

Fabiola Guachala considera que una estrategia eficaz contra la violencia es promover la instrucción. Para ello se necesita emprender campañas de sensibilización en la comunidad. Explica que el rol de los medios de comunicación y los maestros es fundamental.

En lo que se refiere a las leyes vigentes, la abogada Silvia Suárez que desde hace más de una década trabaja como asesora jurídica en casos de violencia familiar, asegura que una audiencia con un juez no va solucionar el problema, pues está muy arraigado en la sociedad. Explica que lo primero para enfrentar este drama es pedir ayuda. Reitera que las mujeres tienen que denunciar si sufren de violencia, acudir a un sicólogo y recurrir a las instancias creadas para ello, como las defensorías y la Brigada de Protección a la Familia.

Sin embargo, reconoce que pocas mujeres se animan y cuando llegan a hacerlo, es frecuente que se encuentren con un sistema que no las motiva a continuar. En algunos casos es ella misma la que tiene que llevar a citación para su marido agresor y por supuesto, no se anima a entregársela. En otras, recurre a la Policía, pero esta no tiene los medios de transporte para llegar al lugar donde la mujer está siendo maltratada. Arminda Carrasco coincide en que hay barreras, explica que en 2012, la Unidad de Víctimas Especiales del Ministerio Público recibió 1.040 denuncias de abuso sexual y solo el 60% siguió el proceso y el 40% restante, lo abandonó.

El número de emergencia de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia) es el 156, pero solo atiende en horario de oficina. El de la Fiscalía es el 333-5770.


En el mundo

80% de los abusos sexuales ocurre en casa
Un estudio multipaís de la OMS señala que la violencia doméstica alcanza hasta un 70% y que son las mujeres las principales víctimas de sus parejas.

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