A momentos me observaba por el borde del asiento como quien juega a las escondidas; lo hizo en tres ocasiones pero su inquietud no duró mucho tiempo ya que se durmió en la quinta cuadra recorrida. “Hasta que descansa”, dijo su madre, la conductora del taxi, quien concentrada en su labor puso el guiñador, apretó el freno, pisó el embriague, cambió de caja y dobló la esquina mientras me comentaba que ya son ocho años los que trabaja en ese oficio.
“Empecé a trabajar con mi marido pero no funcionó, a mí siempre me gustó manejar y conversar con la gente”, comenta la conductora del taxi quien revela que su nombre es Lorena Castillo y relata que decidió aprender a manejar cuando despidieron a su esposo del trabajo. Añade además con risas que la frase: “Mujer al volante, peligro constante”, para ella es sólo un chiste ya que su labor diaria le ha enseñado a conducir mejor que un varón. “Sé todo sobre autos, incluso de mecánica”, cuenta.
A pesar de su duro trabajo las mujeres que se dedican a este oficio se reconocen más delicadas, comprensivas, limpias, respetuosas, solidarias y tranquilas al manejar. Tanto es así, que muchos pasajeros las prefieren por sobre los conductores hombres.
Sin embargo Lorena revela que todavía deben escuchar comentarios como “uhh... subir al taxi con una mujer debe ser toda una aventura” o “es la primera vez que me lleva una mujer”, frases a las que ellas responden: “si quiere caballero puede bajarse y tomar un taxi conducido por un hombre” pero “nunca se bajan”, dice Lorena sonriente.
Cuenta que su niño se acostumbró a ser su fiel “copiloto”, dice que le gusta estar en el taxi y pasear por diferentes lugares. Él ya sabe que sacar la mano por la ventana es malo, que cuando sube al auto debe ponerle el seguro a la puerta, que su mamadera no debe colocarla donde está la caja de cambio sino en la cajuela y que es mejor siempre llevar su mantilla y una chompa por si cambia el clima.
Según una encuesta realizada por El País, no son muchas las mujeres taxistas en Tarija pero progresivamente se van incorporando más a un mundo que hasta hace poco parecía “cosa de hombres”. En nuestra ciudad hay 21 mujeres taxistas de un total de 1.089 radiotaxis distribuidos en 9 empresas de radiomóviles. Las empresas encuestadas fueron: radiomóvil Andaluz, 4 de Julio, Tarija, Full Móvil, Moto Méndez, Excel, Remix, Móvil Sur y Juan XXIII.
La operadora del radiotaxi Full Móvil, donde hay 11 mujeres taxistas, manifestó que el ser mujer siempre implica algunos riesgos y roces en el trabajo, sin embargo aclaró que los derechos de las trabajadoras nunca fueron vulnerados. “Los sueldos y los horarios son para todos por igual”, dice, inclusive revela que ella también conduce un radiotaxi y que es propietaria del mismo.
Los requisitos para ser una mujer taxista son los mismos que para un hombre. Se trata de tener una licencia de conducir y poseer el certificado de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) que acredite una buena conducta. “La cosa es ser conductor”, dice Lorena.
Las operadoras de los radiotaxis explicaron que el trabajo es de 24 horas que deben ser cumplidas en turnos. Los horarios en un día normal son de 6:30 a 9:30 y en la tarde de 12:30 a 15:30. Los horarios nocturnos, de 24:30 a 6:30 de la mañana, se deben cumplir día por medio y están programados de lunes a domingo según cronograma de turnos.
Muchas mujeres taxistas comparten el coche con sus maridos, “ellos suelen trabajar por la noche y nosotras de día porque es más combinable si se tienen hijos”, dice Carmen Díaz quien se pone al volante a las 8:30 y se retira a las 16:30.
El peligro de ser una mujer taxista
Borrachos, delincuentes y clientes burlones es lo que cada día y sobre todo los fines de semana deben aguantar las mujeres taxistas, quienes como ellas dicen, “saben darse su lugar”. Empero son pocas las que trabajan de manera independiente brindando el servicio de taxi debido a que el pertenecer a una línea de radiotaxis les brinda mayores garantías. “Si hay algún inconveniente llamamos a la central marcando un número y en ese momento vienen todos nuestros compañeros”, afirma Lorena.
“El trabajo es duro, hay que andar a las vivas. Cuidarse de policías extorsionadores y de los asaltantes, además de medir tiempos para llegar puntualmente a recoger a los hijos y hacer las labores en la casa, pero me gusta. Con este trabajo he redescubierto la ciudad”, dice Claudia López.
Cuenta también que su papá le dejó de hablar durante tres meses porque no quería que ella se dedicara a un oficio tan peligroso. “Me decía que era peligroso y que nunca podía confiar en los pasajeros que subían al auto”, dice.
Lorena cuenta que fue acosada por un pasajero que intentó abrazarla y sacarle su número de teléfono. “Más bien estaba en el centro de la ciudad y pare en el mercado Central y ahí le pedí que se bajará”, relata.
Los chismes de taxi
El taxi es un habitáculo pequeño de paso donde hay muchas personas que se abren a sus problemas y sus penas. Otras que conversan sus secretos y fechorías, sin embargo hay quienes olvidan que el oído y la concentración de una mujer son facultades superiores a las de un hombre. “A veces creo que actuamos como una terapia porque sabemos escuchar pero otras veces es mejor no meterse en las conversaciones”, dice Lorena.
Claudia cuenta que el taxi incluso se ha convertido en un escape en su real dimensión, relata que siempre que hay una discusión de pareja en la calle, la mujer o el hombre opta por tomar un taxi. “A veces no saben ni dónde los voy a llevar pero se calman, conversan y me dan una dirección”, cuenta.
Dice que ha visto llorar a muchas personas, a otras sonreír e incluso ha escuchado conversaciones “que no debía oír”. Relata que una vez un par de médicos subió a su taxi y se pusieron a conversar sobre la necesidad de dinero que tenía uno de ellos. “Invéntate una operación es abrir y cerrar”, le aconsejó uno de ellos, cuenta Claudia y sonríe.
Carmen dice que ha llevado a moteles y a clubes nocturnos a personas conocidas en el medio y que incluso quisieron darle propina para que nunca cuente esto, sin embargo no recibió la propina y tampoco nos contó de qué personas se trataba.
La equidad que alcanzó la mujer
Sin duda la mujer cada vez ingresa a más espacios que antes eran restringidos sólo para hombres. Este grupo que antes se creía discriminado ahora es el que más equidad ha logrado. Una encuesta realizada por la empresa Real Data sobre 1.900 casos en los nueve departamentos revela que los aspectos en los que más existe inequidad en Bolivia están relacionados con el factor económico (40.2%), las oportunidades de empleo (26.6%), el acceso a la educación y la salud. En contraposición, los encuestados identifican a las mujeres como el principal grupo que en los últimos años alcanzó la igualdad de oportunidades
ESTADÍSTICAS realizadas por el país
El radiomóvil Andaluz cuenta con 129 taxistas hombres y una mujer, el Móvil Sur tiene 100 taxistas todos son varones, el radiotaxi Full Móvil tiene 150 taxistas, entre ellos hay once mujeres. El radiomóvil Moto Méndez tiene 180 taxistas, entre ellos hay tres mujeres. En el radiomóvil Tarija hay 150 socios y ninguna mujer. En el radiotaxi Remix hay tres mujeres entre 150 taxistas hombres. El radiomóvil Juan XXIII tiene 100 asociados y ninguna mujer. El radiotaxi 4 de Julio tiene 80 taxistas, entre ellos tres mujeres. Finalmente el radiomóvil Excel cuenta con cerca de 50 taxistas y ninguna mujer. En total hay 21 mujeres taxistas de 1.089 conductores hombres.
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