La sicóloga Zulma Carvajal nos dice que “debemos escuchar a nuestro yo interior, muchas veces nos damos cuenta que esta persona es violenta, pero nos negamos a aceptar”, indica.
La especialista enumera algunos elementos:
Los celos e intentos por controlar todas las actividades de la pareja, llamadas insistentes, visitas intempestivas.
También está la hipersensibilidad, pues las personas violentas se toman todo como ataque personal y siempre están ofendidas.
Utilizan bofetadas, empujones o pellizcos, argumentando juegos o pequeños castigos que poco a poco irán en aumento.
Son personas que les gusta generar culpa manipulando la conciencia de sus víctimas para mantenerlas en duda de sí mismas, ansiosas y sumisas, desvalorizándolas como seres diciéndoles que nadie se fijará en ellas.
Carvajal también señala que otra muestra de una violencia es avergonzar con sarcasmo y ofensivas.
Menciona el uso de la agresividad simbólica exteriorizando su enojo no solo con palabras, sino rompiendo o golpeando objetos de agrado de la pareja con el objetivo de intimidar. Y después de una discusión, pide perdón y dice estar arrepentido, realiza muchas promesas de cambio, se muestra envolvente y sobreprotector, pero esto dura solo un tiempo.
“Entonces, si estás en el estado inicial de una relación –o ya llevas algún tiempo- y suceden uno o más de estos comportamientos, no silencies tu señal interna de alarma, esa que te dice que has detectado a un hombre violento. No te mereces estar con alguien que pretende tenerte sometida y esto puede derivar en una violencia física y/o sicológica sin disimulos”, recomienda Carvajal.
Por otro lado, la sicóloga María del Carmen Abela, que trabaja en proyectos destinados a disminuir la violencia familiar, explica que un hombre violento, por lo general, es alguien que ha crecido en un medio de violencia, que ha sufrido maltratos en su niñez; pero dice que este criterio no es absoluto, pues dependerá del desarrollo que tuvo y del entorno en el que estudió y se formó posteriormente.
También indica que son determinantes los oficios que elijan. Hay profesiones y trabajos que se inclinan a la violencia; mientras otros más bien forman personas pacíficas. Mucho influyen las amistades que frecuenta.
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