Una condicionante para que la mujer continúe tolerando la violencia hacia su persona
es la dependencia económica que se agrava por falta de oportunidades laborales
es la dependencia económica que se agrava por falta de oportunidades laborales
Azucena Fuertes Mamani
La “guardas” o “guardabocaminas” y las “palliris” son el
grupo de mujeres más vulnerables en Potosí, enfrentándose diariamente a
la violación de sus derechos, tanto en sus hogares como en su trabajo,
se informó desde el Servicio Legal Integral Municipal (Slim) Potosí.
“Las guardas y palliris principalmente son las que más sufren por el incumplimiento de sus derechos. En sus hogares están viviendo un permanente riesgo de violencia intrafamiliar y en sus trabajos todavía algunas de ellas perciben sueldos irrisorios fuera del mínimo nacional, con condiciones de vida lamentables, sin vivienda, sin agua, sin servicios básicos”, señaló la abogada del Slim, Patricia Solíz.
Las “guardas” o “guarda bocaminas” son mujeres, generalmente jefas de hogar encargadas de la seguridad del yacimiento minero, y las herramientas que se utilizan para la explotación minera realizado por las cooperativas, ellas viven junto a sus hijos a la vera de la bocamina, en una habitación multifuncional que les sirve de vivienda y en la mayoría de los casos de depósito de las herramientas. Según los datos de la Fundación Musol, más del 80% de estas mujeres no tienen contrato de trabajo, no cuentan con un seguro de salud, no aportan a la AFPs y tampoco se les reconoce horas extras, vacaciones y feriados. Según información de la Dirección Departamental del Trabajo, tras la última protesta protagonizada por ellas, varias sufrieron represalias laborales de sus “jefes”.
Las “palliris” generalmente tienen condición de socias dentro de la cooperativa minera, si bien la mayoría de ellas cuentan con seguro de salud y aportan a las AFPs, sus condiciones laborales son altamente diferenciadas de sus pares los cooperativistas hombres, ellas están generalmente dedicadas a escoger mineral de los escombros dejados por sus compañeros varones.
A la fecha, desde la Dirección Departamental del Trabajo se vienen realizando talleres de difusión de derechos laborales de las mujeres y concienciación a la parte patronal, para que por lo menos se establezcan las condiciones mínimas de trabajo.
“Las guardas y palliris principalmente son las que más sufren por el incumplimiento de sus derechos. En sus hogares están viviendo un permanente riesgo de violencia intrafamiliar y en sus trabajos todavía algunas de ellas perciben sueldos irrisorios fuera del mínimo nacional, con condiciones de vida lamentables, sin vivienda, sin agua, sin servicios básicos”, señaló la abogada del Slim, Patricia Solíz.
Las “guardas” o “guarda bocaminas” son mujeres, generalmente jefas de hogar encargadas de la seguridad del yacimiento minero, y las herramientas que se utilizan para la explotación minera realizado por las cooperativas, ellas viven junto a sus hijos a la vera de la bocamina, en una habitación multifuncional que les sirve de vivienda y en la mayoría de los casos de depósito de las herramientas. Según los datos de la Fundación Musol, más del 80% de estas mujeres no tienen contrato de trabajo, no cuentan con un seguro de salud, no aportan a la AFPs y tampoco se les reconoce horas extras, vacaciones y feriados. Según información de la Dirección Departamental del Trabajo, tras la última protesta protagonizada por ellas, varias sufrieron represalias laborales de sus “jefes”.
Las “palliris” generalmente tienen condición de socias dentro de la cooperativa minera, si bien la mayoría de ellas cuentan con seguro de salud y aportan a las AFPs, sus condiciones laborales son altamente diferenciadas de sus pares los cooperativistas hombres, ellas están generalmente dedicadas a escoger mineral de los escombros dejados por sus compañeros varones.
A la fecha, desde la Dirección Departamental del Trabajo se vienen realizando talleres de difusión de derechos laborales de las mujeres y concienciación a la parte patronal, para que por lo menos se establezcan las condiciones mínimas de trabajo.
Red de mujeres
Tomando en cuenta la diversidad de espacios donde las
mujeres se desempeñan en el Departamento de Potosí, el Slim está
motivando la creación de la “Red de instituciones y organismos de
mujeres con potencial presencia institucional”, con el objetivo de
“reivindicar derechos y hacerle frente a la sociedad machista, queremos
encontrar puntos de acuerdo para que las mujeres se manifiesten, que
exista una red supra para las mujeres”, explicó Solíz.
De esta manera se pretende unificar criterios y motivar a un trabajo conjunto por parte de instituciones y organizaciones que hoy desarrollan sus acciones de forma aislada. “Hay demandas que no tienen respuestas positivas, debe motivarse la unión entre las mujeres potosinas”, dijo.
De esta manera se pretende unificar criterios y motivar a un trabajo conjunto por parte de instituciones y organizaciones que hoy desarrollan sus acciones de forma aislada. “Hay demandas que no tienen respuestas positivas, debe motivarse la unión entre las mujeres potosinas”, dijo.
Flagelo de la violencia
En el 95% de denuncias por violencia atendidos por el
Slim, las víctimas son mujeres, en varios casos el maltrato llega a
impedir físicamente a la mujer y sus hijos.
Una condicionante para que la mujer continúe tolerando la violencia hacia su persona es la dependencia económica. “La mujer está rodeada y con un riesgo de violencia intrafamiliar continuo, no hay recursos económicos para su independencia económica, no hay fuentes de trabajo y eso influye en que ella siga aguantando el maltrato”, explicó.
En ese marco, desde el Slim, y en acción coordinada con la Brigada de Protección a la Familia, intentan incrementar esfuerzos para revertir esta situación, proporcionando a las víctimas el asesoramiento y acompañamiento legal que les permita terminar con ese círculo de violencia, recibiendo las denuncias en el edificio San Marcos, de calle La Paz esquina Periodista en la ciudad de Potosí.
Una condicionante para que la mujer continúe tolerando la violencia hacia su persona es la dependencia económica. “La mujer está rodeada y con un riesgo de violencia intrafamiliar continuo, no hay recursos económicos para su independencia económica, no hay fuentes de trabajo y eso influye en que ella siga aguantando el maltrato”, explicó.
En ese marco, desde el Slim, y en acción coordinada con la Brigada de Protección a la Familia, intentan incrementar esfuerzos para revertir esta situación, proporcionando a las víctimas el asesoramiento y acompañamiento legal que les permita terminar con ese círculo de violencia, recibiendo las denuncias en el edificio San Marcos, de calle La Paz esquina Periodista en la ciudad de Potosí.
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