La paridad en los ámbitos económico-financiero y empresarial fue el tema central de la primera jornada del VII Encuentro de Mujeres Líderes Iberoamericanas, que fue inaugurado hoy en Madrid por la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y que concluirá el próximo jueves.
Durante su intervención, Jiménez abogó por la incorporación de políticas de igualdad de género en Iberoamérica para lograr democracias "plenas" y "más sólidas".
La ministra animó a las mujeres españolas y a las latinoamericanas a trabajar de "manera conjunta" para que no se produzcan retrocesos en materia de igualdad en época de crisis.
"Se hace más importante que nunca que nosotras estemos trabajando y fortaleciendo las redes para hacer valer nuestra posición en el mundo", dijo Jiménez, quien recordó que Latinoamérica esta respondiendo "mejor a la crisis que los países europeos".
En el debate posterior, sin embargo, las representantes latinoamericanas coincidieron en señalar que no es cierto que la crisis no esté afectando tanto a sus países como al resto del mundo.
"Lo está haciendo, y eso repercute directamente sobre las mujeres porque los recortes económicos se realizan sobre los presupuestos de género principalmente", señaló Marcela Lagarde, catedrática en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según Lagarde, "la economía se mide siempre en términos macroeconómicos, pero no en indicadores de desarrollo humano y esos son los que nos indican la precariedad de millones de mujeres de América Latina, sin derechos, y con altísimos niveles de explotación".
A esa situación se refirió también Rocío Rosero, directora Ejecutiva del Consejo Nacional de las Mujeres de Ecuador, quien destacó que "uno de los problemas de Latinoamérica es que el trabajo de las mujeres no es visible".
"Las indígenas y campesinas están creando condiciones de trabajo que no están cuantificadas. No podemos hablar de paridad en las empresas, cuando nuestras economías son todavía a pequeña escala", afirmó.
Por eso, las representantes latinoamericanas creen pendiente la elaboración de una agenda económica "mucho más amplia" que incida en la economía "a nivel macro, no micro".
"Si una mujer indígena habla desde su propia vivencia tiene mucho más impacto social que si lo hace un hombre, pero eso es algo que no se refleja a nivel político", explicó la periodista y politóloga boliviana Susana Seleme.
"Estamos lejísimos de la paridad en la política y la economía", afirmó Carmen Beramendi, directora del Instituto Nacional de la Mujer de Uruguay, quien subrayó que en América Latina todavía no se puede hablar de conciliación laboral, sino de corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
La lucha por la igualdad de género se queda en un segundo plano para la comunidad de mujeres afrodescendientes que, como en el caso de la República Dominicana, siguen sufriendo aún la "exclusión y el racismo", según explicó la activista dominicana de ascendencia haitiana Sonia Pierre.
"Nosotras luchamos todavía por el derecho a tener derecho, por el acceso a la salud y a la educación y la inclusión en las políticas de desarrollo del gobierno", dijo.
Las representantes latinoamericanas pusieron además sobre la mesa el papel que desempeñan en la región aquellas mujeres que han conseguido alcanzar un puesto de relevancia en la política.
"Que una mujer sea presidenta de un gobierno no significa necesariamente un avance para el conjunto de ellas. Quizá esa mujer no ha llegado al poder con un propósito de género o no ha gobernado desde esa perspectiva", indicó Lagarde.
Organizado por la Fundación Carolina, el VII Encuentro de Mujeres Líderes Iberoamericanas debatirá hasta el próximo jueves sobre la paridad en la vida de la cultura, el desarrollo de políticas públicas de igualdad o la mujer, la religión y las costumbres.
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