Según estimaciones de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba y de la Central Obrera Departamental (COD), el 30 por ciento de los rentistas son mujeres y a pesar de esta condición para la mayoría de ellas su jornada de trabajo debe continuar. Algunas lo hacen porque su jubilación es insuficiente y otras porque están obligadas por diferentes circunstancias.
Los datos de la Federación de Fabriles y de la COD corresponde a las beneficiarias directas, mientras que las derechohabientes (beneficiarias por viudez) pueden llegar hasta el 60 por ciento . Ya sean rentistas directas o derechohabientes las mujeres siguen trabajando en las labores del hogar, cuidando a los nietos o buscan otra clase de ingresos económicos para ayudar en los gastos.
Los datos de la Federación del Magisterio Rural y Urbano de Cochabamba, hacen referencia a que cerca del 90 por ciento de sus afiliados son mujeres y esta misma cantidad se llega a jubilar. No importa si la mujer es una rentista titular o derechohabiente lo cierto es que su trabajo y responsabilidades no termina con la jubilación.
SENASIR En el Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir) existen registrados a nivel departamental cerca de 25 mil rentistas entre hombres y mujeres, aunque la base de datos no hace diferenciación de género.
Por su parte el administrador Regional del Senasir, Wilmer Sanjinéz Lineo, los sectores donde hay más jubilaciones de mujeres son el magisterio rural y urbano y salud. Pero también, recordó que existen mujeres que reciben la renta como derechohabientes.
“Titulares son aquellos que han aportado para su jubilación y los derechohabientes son las viudas o viudos, quienes acceden a este beneficio tras el fallecimiento del titular”, afirmó Sanjinéz.
En muchos de estos casos, las responsabilidades se incrementan sin considerar la edad y las jubiladas no tienen un tiempo de descanso porque se dedican a su familia y tienen otras obligaciones, considera la directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Julieta Montaño.
MIGRACIÓN Montaño señaló que la migración de los padres de familia obliga a que los abuelos, en especial las mujeres, asuman la figura materna con todas las responsabilidades. Incluso, en algunos casos, estas responsabilidades son mayores.
Para Montaño la jubilación debería ser entendida como un período de descanso y retribución económica por el trabajo que una persona desempeñó a lo largo de su vida. Sin embargo, esta figura no se da en el caso de las mujeres.
Evaristo Mendoza, jubilado de una empresa de fideos, relató que desde que recibe su renta dejó de trabajar y la mayor parte de su tiempo se dedica a descansar, reunirse con sus amigos, viajar y visitar a sus nietos. Las responsabilidades del hogar se las deja a su esposa.
“Mi esposa es también jubilada del magisterio pero debo admitir que sólo yo fui el beneficiado. Aunque ella ya no da clases continúa cocinando, lavando ropa, aseando y a veces cuidando a los nietos. Qué se le va hacer. Eso es ser mujer”, relató.
OPINIÓN consultó a varias jubiladas directas y derechohabientes si después de recibir su renta pueden descansar y la mayoría respondió que el trabajo nunca termina, a menos que se enfermen o no tengan suficientes fuerzas para desempeñar las mismas actividades.
“Hasta ahora no hay paridad de género en los hogares”
La socióloga María Rodríguez Amurrio considera que la mujer ha logrado importantes avances en la igualdad de derecho y por ello disminuyó la discriminación de género y laboral. Sin embargo, indica que no hay paridad en los quehaceres del hogar porque todas esas tareas están delegadas al sexo femenino.
Que no exista paridad de género en el hogar influye para que la mujer, después de la jubilación, siga trabajando sin obtener el descanso merecido.
Lamentablemente, dijo, existe un reparto desigual en las tareas del hogar y en el cuidado de los hijos. Ambos factores dejan profundas repercusiones en las posibilidades profesionales ya que las mujeres con hijos tienen mayor tendencia a trabajar a tiempo parcial que los hombres.
Recordó que esta desigualdad se extiende hasta la jubilación de la mujer ya que debe seguir trabajando en las labores del hogar y cuidar no sólo a los hijos sino también a los nietos. Mientras que en los varones sucede todo lo contrario, la jubilación es sinónimo de descanso prolongado.
DISCRIMINACIÓN La desigualdad en las tareas del hogar y en el ámbito profesional, se puede entender como discriminación de género ya que implica que no se otorgan iguales derechos, responsabilidades y oportunidades a hombres y mujeres.
De acuerdo a la concepción “patriarcal”, definida por la directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Julieta Montaño, la discriminación de género puede darse por las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres. Por ejemplo, la contextura física llega a catalogar a la mujer como “el sexo débil” considerándola inferior para asumir cargos y responsabilidades profesionales que son delegados a los varones.
Es así que las diferencias físicas entre el hombre y la mujer llevaron a las sociedades primitivas a que no exista equidad de género.
Según Montaño, la opinión de la mujer era considerada inferior y usualmente se creía que debía obedecer las órdenes de su pareja.
En relación al trabajo, era común (y aún lo es en muchos casos) que el hombre se dedique a obtener recursos para la familia mientras la esposa estaba a cargo de las tareas del hogar.
Rodríguez y Montaño coincidieron en señalar que la mujer tiene las mismas capacidades que un hombre sólo que no tienen las oportunidades para demostrarlo. Sin embargo, aclararon, en los últimos años, la mujer ha tenido mayor participación en la política logrando convertirse en un importante aporte para el país.
“A mis 62 años debo seguir trabajando”
Leonor Quispe viuda de Vigabriel tiene 62 años y hace más de 40 años se casó con un minero y se fue a vivir a Oruro.
Actualmente vive en K’ara K’ara junto a sus tres nietos a quienes mantiene con la renta de Bs 1.995 que le dejó su esposo.
Los pasos de Quispe son lentos y necesita de un bastón para caminar. Padece de dolores intensos en la espalda y reumatismo en las piernas. Ella atribuye todos sus malestares físicos a la vida ajetreada que tiene ya que a pesar de recibir una renta debe seguir trabajando cuidando a sus nietos.
P. ¿A qué destina la renta que recibe de su esposo?
R. En realidad la plata no me alcanza para mucho. A la semana gasto más de Bs 200 sólo para comprar víveres para cocinar. Además, aparte hay que pagar algunos gastos en los estudios de mis nietos y como están creciendo necesitan ropa.
P. ¿Por qué se hace cargo de sus nietos?
R. Es que mi hija mayor viajó a España para ganar más plata. Está allá desde hace cuatro años. Sus hijos eran chiquitos cuando los dejó.
P. ¿Su hija no le manda dinero?
R. Me manda, pero es muy poco. Ella dice que está ahorrando dinero para hacer construir una casa pero cuando necesito me envía un giro.
P. ¿Qué clase de trabajos debe realizar en su casa?
R. De todo un poco. No sólo es cocinar y lavar. La anterior vez se dañó la ducha y yo tuve que arreglarla, quise contratar a otra persona pero pensé en el dinero que me iba a cobrar o en el tiempo que se iba a tardar y por eso yo nomás lo hice.
Todos los días hay que cocinar. Mis nietos aún están en la escuela y son pequeños para encender la cocina.
P. ¿En qué cambió su vida después que recibió la renta de su esposo?
R. Más trabajo y responsabilidades. Antes él me ayudaba pero ahora yo tengo que hacer todo sola, peor aún si debo atender a mis nietos. Creo que cuando me muera recién podré descansar y dejar de trabajar.
Opiniones.
Victoria Llanos
Oruro
Mi esposo era minero y ahora yo soy la beneficiada. Tengo hijos menores y sólo me alcanza para pagar sus estudios. Este dinero me ayuda en algo, pero eso no quiere decir que ahora podré descansar. El trabajo debe continuar.
Francisca Vargas
Cochabamba
Mi jubilación todavía no ha salido, desde hace cinco meses, pero una vez tenga el dinero lo podré dedicar a la alimentación, porque a mi edad lo único que me queda es descansar porque las fuerzas no me alcanzan para trabajar.
Yolanda Chavarría
La Paz
Me jubilé con reducción de años el 2002. Al principio el sueldo era muy bajo pero ahora me están igualando. Como mujer, a pesar de la jubilación, los trabajos continúan y es tan difícil descansar porque siempre hay algo que hacer.
Aurora Choque Herbas
Cochabamba
Gracias a Dios todo me va bien. Estoy jubilada desde hace cinco años y debo seguir trabajando porque en la casa nunca faltan los quehaceres, pero ya no es como antes. Ahora es más tranquilo.
Jael Villafania
Uyuni-Potosí
Algunas veces la jubilación no alcanza, pero en otras está bien. Lamentablemente después de trabajar tantos años no se puede descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario