domingo, 16 de octubre de 2011

BM: Es acertado y tiene sentido buscar la igualdad de género

En www.bancomundial.org se difunde el Informe sobre el desarrollo mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo, que explica los avances hacia la reducción de las disparidades de género.

La peor disparidad corresponde a la proporción de muertes de niñas y mujeres respecto de los hombres en los países en desarrollo. La excesiva mortalidad femenina después del nacimiento y las niñas “de menos” al nacer suman aproximadamente 3,9 millones de mujeres cada año en países de ingreso bajo y mediano. Dos quintas partes no llegan a nacer porque los padres prefieren tener hijos varones, una sexta parte muere en la primera infancia y más de un tercio durante la edad reproductiva. El número de pérdidas aumenta en África al sur del Sahara, en países especialmente afectados por el VIH/sida.

“Es necesario lograr la igualdad de género”, dijo Robert B. Zoellick, presidente del Grupo del BM. En los últimos cinco años, proporcionaron $us 65.000 millones para respaldar la educación de niñas, el cuidado de la salud femenina y acceso de las mujeres al crédito, tierras, servicios agrícolas, empleo y la infraestructura. “Ha sido una importante labor, pero no fue suficiente en cantidad o pertinencia para nuestros objetivos”, sostuvo. En el futuro buscarán nuevas formas de avanzar con el programa para captar todo el potencial de la mitad de la población mundial.

En el informe citan ejemplos del modo en que los países podrían beneficiarse si abordaran las desigualdades entre hombres y mujeres. En el caso de las mujeres agricultoras se incrementaría los rendimientos del cultivo de maíz entre un 11% y un 16% en Malawi y un 17% en Ghana. Si se mejorara el acceso de las mujeres de Burkina Faso a los insumos agrícolas aumentaría la producción total de la agricultura familiar aproximadamente un 6%, sin necesidad de recursos adicionales.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que igualar el acceso de las mujeres agricultoras a los recursos podría incrementar la producción agrícola en los países en desarrollo entre 2,5% y 4%.

Si se eliminarían las barreras que impiden que las mujeres trabajen en determinadas ocupaciones o sectores tendría efectos positivos similares, ya que reduciría las diferencias de productividad entre trabajadores hombres y mujeres en 33% a 50%, y aumentaría la producción por trabajador entre 3% y 25% en una amplia gama de países.

“Impedir que mujeres y niñas adquieran aptitudes y obtengan ingresos para progresar en un mundo globalizado no sólo es incorrecto, sino también perjudicial para la economía”, dijo Justin Yifu Lin, primer economista y primer vicepresidente, Economía del Desarrollo, del BM.

El mundo también logró avances considerables para reducir las disparidades de género en educación, salud y mercados laborales en los últimos 25 años, destaca el informe.

Se subraya que las desigualdades entre niños y niñas en la educación primaria han disminuido. En la educación secundaria, estas brechas se están acortando rápidamente. En el caso de los países en desarrollo, hay más niñas que niños en las escuelas secundarias de 45 países, y hay más muchachas que muchachos en universidades de 60 países. Las mujeres de países de ingreso bajo viven 20 años más que los hombres. En los últimos 30 años, más de 500 millones de mujeres se han incorporado a la fuerza de trabajo.

La educación es una deficiencia

En el informe del BM se considera entre algunas de las deficiencias pendientes a la baja matrícula escolar de las niñas desfavorecidas; el acceso desigual de las mujeres a las oportunidades económicas y el ingreso, ya sea en el mercado laboral, la agricultura o la actividad empresarial, y grandes diferencias en materia de voz y participación entre mujeres y hombres, en el hogar y en la sociedad.

Se sostiene que un ingreso más alto ayuda a resolver más disparidades, como en el caso de la educación. Sin embargo, muy a menudo los mercados y las instituciones (incluidas las normas sociales sobre las tareas domésticas y de cuidado familiar) se combinan con las decisiones del hogar y perpetúan las desigualdades entre hombres y mujeres.

En el informe se insta a la acción en cuatro esferas: primero, abordar los problemas relativos al capital humano, como el exceso de muertes de niñas y mujeres y las disparidades de género en la educación en los casos en que aún se observen; segundo, reducir las diferencias de ingreso y productividad entre mujeres y hombres; tercero, dar mayor voz y participación a las mujeres en el hogar y en la sociedad, y, cuarto, limitar la perpetuación de la desigualdad de género entre generaciones.

Orientar las políticas públicas

“La clave para lograr la igualdad de género continúa siendo la necesidad de orientar específicamente las políticas públicas nacionales”, dijo Ana Revenga, codirectora del informe. “Para ser eficaces, esas políticas deberán estar orientadas específicamente a las causas fundamentales de las disparidades de género. En el caso de algunos problemas, como la elevada mortalidad materna, será necesario fortalecer las instituciones que prestan servicios. Si se trata de otras deficiencias, como el acceso desigual a las oportunidades económicas, mediante las políticas se deberán abordar las múltiples limitaciones —en los mercados y en las instituciones— que mantienen a las mujeres atrapadas en empleos de baja productividad e ingresos escasos”.

A fin de garantizar que el progreso de la igualdad de género sea sostenido, la comunidad internacional debe complementar las medidas de políticas nacionales en cada una de estas esferas prioritarias. Al respecto de políticas, Sudhir Shetty, codirector del informe del BM manifestó que “el financiamiento adicional para agua potable, saneamiento y servicios para las madres, por ejemplo, ayudará a los países más pobres”.

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