miércoles, 22 de marzo de 2017

Expertas sostienen que algunas mujeres reproducen el machismo en sus familias

María M. tiene 74 años y está convencida de que la mujer debe estar al cuidado del hogar y la educación de los hijos, mientras que el hombre tiene la responsabilidad de trabajar afuera para garantizar el sustento.

Cada vez que la familia de María se reúne en su casa, incluidos sus dos yernos, ella es la más severa con sus hijas. Les recuerda que deben portarse bien con sus esposos, no hacerles renegar y atenderles con prioridad.

María asegura que ella no conoció otro oficio que no sean las labores de casa, porque "la mujer debe quedarse en el hogar" y el hombre tiene que "ganar el pan de cada día". Recuerda que desde que era niña, su madre, Basilia, le inculcó esta educación y siempre funcionó bien para ella.

María tiene actualmente cuatro nietos, tres hombres y una mujer, y está convencida de que deben recibir la misma formación, "porque no se puede romper un esquema que ha estado vigente por décadas" y que, según ella, es "lo correcto".

Muchas mujeres, madres y abuelas, piensan de la misma forma que María, porque el patriarcado y el machismo operan en todos los ámbitos, no solo en el hogar, sino también en los espacios públicos y se transmiten de generación en generación, asegura la directora de Género, Generacional y Familia de la Alcaldía de Cochabamba, Andrea García.

A decir de la funcionaria, se ha generado un proceso de educación no formal, que está presente en todos los ámbitos y espacios, y que se utiliza para transmitir todas las conductas machistas y patriarcales.

La coordinadora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Esther Otero, coincide con García, y puntualiza que la mujer es también machista, “porque al final el patriarcado nos educa de la misma manera, seamos hombres o mujeres”.

Otero afirma que algunas mujeres siguen transmitiendo, sin cuestionarse, los roles tradicionales que aprendieron desde niñas, en sentido de que ellas tienen que quedarse al cuidado de los hijos y del hogar y los hombres deben salir afuera a realizar un trabajo remunerado.

“Por este y otros motivos se dice que hay mujeres más machistas que los propios hombres y evidentemente es verdad, pero eso viene justamente por la educación que reciben”.

Este mismo criterio tiene la pedagoga Cecilia Cossío Romero, quien asegura que las mujeres son también machistas porque han sido educadas en una sociedad patriarcal.

“Una mujer ha visto a su padre golpeando a su madre, a su progenitor diciéndoles a sus hermanos que los hombres son machos. Y esto es reforzado por la mujer que afirma que una niña puede llorar, pero un niño no”.

EDUCACIÓN

García considera que para erradicar el machismo de la sociedad se debe implementar una educación no formal, en todos los ámbitos, con un enfoque de género, igualdad y equidad. "Caso contrario, no se podrá cambiar el sistema".

La misma opinión tiene Otero, quien señala que la educación es la principal herramienta para desterrar el machismo de la sociedad.

“La educación es la principal forma de instaurar el machismo y también para erradicarlo”.

Sin embargo, María M. está en desacuerdo con cualquier cambio que se pueda plantear. Ella insiste en que la mujer tiene su espacio en el hogar y en la educación de los hijos, y que el hombre debe ocuparse del sustento "como ha sido por décadas".

García puntualiza que el sistema patriarcal machista influye tanto en el hombre como en la mujer y los educa para que el primero realice determinadas tareas y la segunda otras.

Este sistema ratifica que las mujeres deben encargarse de la educación de los hijos y de las tareas del hogar, por lo que la misma mujer transmite esta ideología a sus hijos.

A las hijas, por ejemplo, se les enseña a cocinar, lavar y planchar, "se las prepara para el matrimonio y que renuncien a las oportunidades que puedan tener, por el bienestar de la familia”.

A los hombres, en cambio, se les recalca que deben ser los proveedores, que deben trabajar fuera de casa, alimentar a los hijos, salir los viernes y tener, en lo posible, varias chicas, porque eso les hace más machos y más fuertes.

La mujer forma a sus hijos como ella misma ha sido educada. "Es algo irónico, pero este sistema patriarcal se ha asegurado para que se reproduzca, de generación en generación, utilizando a la mujer como su mejor herramienta".

"Lamentablemente, las mujeres lo hacen pensando que eso es lo correcto".

García abunda que para luchar contra el machismo se debe empezar desde el lenguaje que uno utiliza, "debe tener siempre un enfoque masculino y femenino", niños y niñas, con el fin de hacer visible a la mujer.

Otro espacio en el que se debe trabajar es el privado, en la familia, porque ahí se aprenden los principales valores en los primeros siete años de vida. Si los niños crecen en medio de la violencia, y han sido testigos de que su madre y hermanas renunciaban a sus derechos, porque primero estaban los hombres, ellos reproducirán este sistema cuando formen sus propias familias, "con una estructura mental, incluso predispuesta a la discriminación y a generar actos de violencia contra las mujeres".

EN TODOS LOS ÁMBITOS

García afirma que el machismo, producto de una educación patriarcal, está arraigado no solo en el hogar, sino también en todos los ámbitos y estructuras de la sociedad.

Agrega que vivimos en una ciudad, en un país y en un continente absolutamente machista y patriarcal. Esta ideología está presente en todo el mundo, pero con más fuerza en los países latinoamericanos.

"Hemos vivido en este sistema de manera silenciosa por cientos de años, desde la colonización, que fue un factor fuerte para hacer que el machismo y el patriarcado se arraiguen en la sociedad".

García rememora que recién a partir de los crímenes (feminicidios) tan violentos que se cometieron en contra de mujeres en el país, y de los altos índices de agresiones contra ellas, es que se aprobó una ley, la 348, que tiene el objetivo de garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.

Sin embargo, según García, esta norma ha tenido muchas falencias desde su implementación, debido a que su aplicación no es real, “porque no se han asignado los recursos suficientes y no se cuenta con un plan de trabajo ni con las herramientas técnicas desde el manejo de enfoque, pese a que han pasado casi cuatro años desde su promulgación”.

En el área de educación, hasta la fecha no se tiene un plan de implementación del enfoque de género en la currícula boliviana.

"Que esta ley no funcione como debería es sinónimo de impunidad, porque no se tiene un Ministerio Público fortalecido, como dice la ley, y no se cuenta con el recurso humano especializado ni capacitado en temas de violencia”.

García recuerda que la aprobación de la Ley 348 se impulsó a partir del asesinato de la periodista Hanalí Huaycho, el 11 de febrero de 2013, quien vivió durante varios años bajo la agresión física extrema.

ESCUELA DE PADRES

García señala que para erradicar el machismo se debe trabajar el enfoque de género y la igualdad entre hombres y mujeres. Con este fin, el municipio de Cochabamba ha implementado dos programas dirigidos a las familias: el fortalecimiento familiar y la escuela de padres.

La escuela de padres aborda diversas temáticas: derechos de las mujeres, educación de los hijos, los roles y estereotipos presentes en las familias, la comunicación asertiva y el enfoque de género.

Lo más importante de los cursos que se imparten en la escuela de padres es, según García, que se pase de la teoría a la práctica en las familias. Señala como uno de varios ejemplos, que un padre puede planchar la ropa y la madre arreglar la ducha, es decir, intercambiar los roles y romper los estereotipos que han estado vigentes por mucho tiempo.

La escuela de padres aborda también, con especial énfasis, la violencia contra la mujer y los hijos en el hogar.

Para la primera etapa de esta gestión (primer semestre) se han inscrito en la escuela de padres 500 personas, quienes se graduarán y recibirán sus diplomas una vez que terminen los módulos que tienen una duración de seis meses.

Las personas que terminan el curso tienen la tarea de invitar a otras familias de sus barrios, que necesitan de este apoyo, pero pueden asistir también las que requieren reforzar sus valores.

No obstante, García puntualiza que el 60 por ciento de quienes asisten a la escuela de padres es remitido por los juzgados de la Niñez y Adolescencia y de Familia; el 30 por ciento llega por voluntad propia y el resto es derivado por la Defensoría de la Alcaldía. Fortalecimiento familiar es otro programa que implementa la Alcaldía de Cercado en la zona sur de la ciudad, porque se ha verificado que en este espacio hay situaciones de violencia y alta vulnerabilidad en los niños y niñas.

Para este programa se eligen a 660 familias cada año y se trabaja en su fortalecimiento, especialmente en sus capacidades afectivas y de protección, se les enseña a convivir en forma armoniosa.

RESULTADOS

García asegura que los talleres que se imparten a las familias están teniendo "excelentes resultados". En 2016 se tuvo dos graduaciones y en una de ellas asistió toda la familia (los padres y los hijos) para recibir el certificado correspondiente, porque, según sus testimonios, lograron cambiar sustancialmente sus vidas, toda vez que se erradicó la violencia.

Juan y su esposa Irma (nombres cambiados) forman una pareja que estaba a punto de separarse por las constantes agresiones por parte del hombre, pero asistieron a la escuela de padres y decidieron darse una oportunidad.

"Este trabajo (con los dos programas) es altamente productivo porque hay dos actores en el tema de la violencia, el hombre y la mujer. Y muy pocas veces se trabaja con el hombre para que cambie sus conductas, que están arraigadas inconscientemente", puntualiza García.

Perfil

Un hombre machista es aquel que cree que la mujer es inferior intelectualmente, que él tiene privilegios que le otorga la vida por el solo hecho de ser hombre.

17 Tipos de violencia

La Ley 348, promulgada el 9 de marzo de 2013, reconoce 17 tipos de violencia.

Entre las más importantes están la física, la psicológica, la feminicida, la mediática, la encubierta, la sexual, la patrimonial y económica, la laboral, la institucional y en la familia.

Dirigente de Bartolinas pide luchar contra patriarcalismo

Margarita Q. tiene 42 años y asegura que durante 16 años vivió bajo la “tiranía” de su pareja, con quien se casó en 1993 cuando tenía 18 años, en una comunidad del municipio de Punata. Después de sufrir una vida de “golpes” y “recriminaciones” constantes, decidió, en 2009, poner fin a su “calvario”.

Tras finalmente obtener el divorcio, se mudó a Cochabamba, adonde una de sus hermanas se había trasladado dos años antes.

Margarita y su hijo de 17 años viven actualmente en el kilómetro 5 de la avenida Víctor Ustáriz, cerca de Pampa Grande. Atiende un local en el que vende pollos a la broaster. De su expareja no tiene ninguna noticia desde hace dos meses. La última vez que se reunió con él fue en Navidad.

Las agresiones contra las mujeres persisten todavía en las provincias de Cochabamba, afirma la secretaria de Actas de la Federación Departamental de Mujeres “Bartolina Sisa”, Francisca López, quien agrega que su organización trabaja para que desaparezca la violencia contra este sector.

La dirigente lamenta que algunos hombres agredan a sus esposas por el solo hecho de ser sus parejas, hasta el punto de causarles lesiones físicas por los golpes que les propinan.

“Las mujeres, cuando no tienen una buena orientación, aguantan las palizas. Pero tenemos que decir basta de toda esa humillación a la mujer”.

López pide a las autoridades competentes que les informen en qué municipios y provincias está todavía presente el machismo para que se oriente y capacite a las mujeres que viven en estos lugares.

López destaca que las últimas leyes que se aprobaron para garantizar a las mujeres un vida libre de violencia “son buenas”, pero lo que falta es educación para que el hombre y la mujer entiendan que se debe llevar a la práctica las normas y no se queden solamente en el papel.

“Lo que falta es la socialización de las normas y apoyo de las autoridades, pero pese a todo se avanzó en la lucha por los derechos de la mujer”.

La dirigente de las Bartolinas afirma que, a diferencia de años pasados, las mujeres tienen ahora varias oportunidades para estudiar, formarse, trabajar y destacarse en las diferentes actividades que antes eran consideradas exclusivas de los hombres.

López recuerda que la educación que se impartía en los hogares del país era machista y patriarcal, pero con más fuerza en el área rural, porque los padres enseñaban a los hijos determinados trabajos, propios de los hombres (en la agricultura), mientras que las tareas de las mujeres debían circunscribirse al hogar: el cuidado de los hijos y la cocina.

Ese es el caso, por ejemplo, de Margarita Q, quien estuvo a cargo de su hogar (cocinar y lavar) y debía atender a su esposo incluso cuando su embarazo estaba bastante avanzado.

Margarita relata que su esposo no tenía la menor consideración con ella y siempre le recordaba que un hombre no se podía dedicar a determinadas tareas (del hogar), porque para eso estaban las mujeres.

López considera que este modelo tradicional de educación debería dejarse a un lado, poco a poco, “porque tanto hombres y mujeres pueden realizar los diferentes trabajos. Recomendamos a las mujeres que no sigamos con esa vieja forma de pensar, esa estructura que nos ha hecho creer que las cosas eran así”.

La dirigente está convencida de que las mujeres, si se lo proponen y tienen la oportunidad, pueden ser excelentes profesionales, y los varones, por su parte, han demostrado que son muy buenos en la cocina, como lo evidencian varios chefs destacados.

“En la casa tenemos que darnos esa tarea. Cada uno debe ser consciente de no criar más a los hijos con esa discriminación. Los hombres y mujeres pueden realizar las mismas tareas”.

EN LA FUNCIÓN PÚBLICA

El machismo y la discriminación contra las mujeres están también presentes en la función pública.

López señala que las mujeres que ocupan cargos públicos en las diferentes instancias les hacen conocer que sufren discriminación por parte de sus colegas varones, quienes les dicen que no están preparadas. La dirigente de las Bartolinas reconoce que efectivamente a algunas de sus “compañeras” les falta un poco de preparación, “pero eso no quiere decir que una mujer no pueda desempeñar determinados cargos”.

Una de las quejas más frecuentes de las autoridades mujeres es que los hombres les convencen para estar siempre como suplentes, por ejemplo, si se trata de concejalas.

Anima a las mujeres que fungen de concejalas diputadas, que sepan responder a la confianza que les ha dado la población.

“Considero que la mujer es igual o más inteligente que el hombre”, puntualiza.



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