lunes, 18 de marzo de 2013

¡La Agenda de Equidad de Género Cobra nuevo impulso!

El Día Internacional de la Mujer brinda la ocasión para resaltar con más fuerza que nunca el rol fundamental de la mujer en el logro del desarrollo, la paz y la seguridad. Cada vez tenemos más evidencia del veloz avance y de la fuerza del desarrollo y del progreso de la mujer para beneficio del mundo. Un avance que aun tiene grandes desa- fíos.

Estamos ante un punto de inflexión histórico en el que urge redefinir los estereotipos de poder y liderazgo para las mujeres, que las lleve a convertirse en socias igualitarias en la toma de decisiones y maximizar su aporte al desarrollo socioeconómico. La historia nos ha enseñado que las consecuencias negativas de la inequidad las padece toda la humanidad y conseguir la equidad efectiva de las mujeres, es un imperativo social y económico por el que deben luchar hombres y mujeres por igual.

Muchos estudios coinciden en afirmar que hay un nexo esencial que une la meta de conseguir igualdad de derechos para la mujer a todas las metas relacionadas con la reducción de la pobreza, la mejora de la salud y la educación, atenuar los efectos del cambio climático y el progreso hacia el desarrollo sostenible. Todas son metas en común con los objetivos perseguidos por el movimiento cooperativo mundial, son interdependientes y se supeditan a los avances en la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres.

El modelo empresarial cooperativo, por tanto, es la plataforma ideal para derribar las barreras de inequidad, y está en una posición privilegiada para brindar a las mujeres acceso a una democracia participativa, a instancias decisorias, acceso a los mercados y a la tecnología y sobre todo, para brindarles protección frente a las injusticias del modelo de desarrollo imperante.

Una tercera parte de los emprendedores del mundo son mujeres y cada vez hay más, sobre todo en países con niveles de renta baja; muchas bajo el modelo cooperativo. Más de la mitad de cooperativistas en el mundo son mujeres. Las parlamentarias, juezas y activistas están impulsando cambios y marcando diferencias. Los gobiernos y la sociedad civil están probando enfoques innovadores para garantizar a las mujeres el acceso a la justicia, como reformas legales sensibles al género y el otorgamiento de reparaciones a las mujeres; sabemos que con educación, conocimiento de derechos y poder de decisión, éstas son capaces de reivindicar lo que les corresponde.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres ha sido ratificada por 186 países. 125 países declararon ilegal la violencia doméstica; 117 tienen leyes sobre igualdad salarial y 115 garantizan derechos de propiedad igualitarios a la mujer y más.

Sin embargo, aún vivimos en una sociedad que permite remuneraciones inferiores por el trabajo de la mujer o que se asesinen al año varias decenas de mujeres sin que se tambaleen las naciones como en actos terroristas. Tres cuartas partes de la humanidad sobreviven con las mujeres como principales víctimas, en la pobreza, con maltrato social y numerosas vejaciones cotidianas, en un siglo llamado a la emancipación de la mujer.

La convicción de las y los miles de cooperativistas de que toda discriminación basada en el género constituye un obstáculo considerable para la democracia y el desarrollo sostenible, nos insta a promover, defender y aplicar los derechos de las mujeres y niñas. A desarrollar procesos de educación especializados para el empoderamiento de la mujer, a facilitar su inclusión a cargos directivos y administrativos y a cambiar las estadísticas de representación de hombres y mujeres.

Condición indispensable Igualdad de derechos

Ahora que nuestras sociedades afrontan complejos desafíos, desde los económicos hasta los medioambientales, tenemos enormes oportunidades para demostrar que el cambio también puede surgir durante tiempos tan difíciles .

Es momento de pedir que cada cooperativa del mundo asigne la máxima prioridad en todas sus políticas, al logro de la igualdad de derechos y oportunidades para la mujer, como condición indispensable para edificar un mundo más seguro, justo y próspero.

Desde la ACI reconocemos que la Agenda de Género es hoy más importante que nunca y ésta es nuestra oportunidad para iniciar la década cooperativa demostrando nuestro liderazgo como el modelo más favorable para el desarrollo socioeconómico crean-do respuestas trascendentales que marquen la diferencia y sostengan el ímpetu decisivo para que la construcción de otro mundo, sea posible.

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