martes, 12 de marzo de 2013

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Aunque las mujeres son quienes llevan en su vientre al fruto del amor, que son sus hijos, son fuertes en espíritu, decididas y luchadoras, muchas tuvieron que morir para que se considere un día internacional para recordar que algo se tiene que hacer a fin de evitar la violencia contra las féminas.

En los años recientes hemos asistido a un escenario mundial en que el odio hacia las mujeres se ha extendido y hay hombres que se ensañan contra ellas con toda su fuerza.

Creíamos que las mujeres de Ciudad Juárez en México eran las únicas que tenían que enfrentar al monstruo del feminicidio, pero hoy por hoy, sin ir lejos en menos de una semana, en dos regiones de Bolivia, una en la zona occidental y otra en la zona oriental fueron agredidas por nada más y nada menos que sus cónyuges, a las dos las mataron de la manera más cobarde, una tardó más en morir, uno está preso y el otro quizás ya no esté en esta vida, pero un halo de misterio aún rodea a su fuga y posterior supuesto suicidio.

El Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, como se conoció al principio esta jornada que se conmemora cada año el 8 de marzo, surgió de un hecho histórico en el que murieron más de un centenar de mujeres obreras, quienes sólo reclamaban un trato justo y humano.

Corría el año 1908, era el mes de marzo y en una fábrica de textiles de Nueva York, un grupo de mujeres realizaron una huelga, que en esa época era considerada ilegal, para reclamar por la nivelación de salarios, la disminución de horas de trabajo a 10 horas (en la actualidad lo legal es que la jornada laboral tenga 8 horas) y un tiempo para amamantar a sus hijos. No obstante, las trabajadoras fueron encerradas en la fábrica Sirtwoot Cotton, que se incendió, atribuyéndose el hecho al dueño de la factoría, donde más de un centenar de ellas murieron quemadas.

Años después aquellas valerosas mujeres quienes solamente reclamaban lo justo, fueron consideradas mártires y un ejemplo de lucha para las mujeres del mundo, quienes durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca), en 1910 se aprobó declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que hoy se conoce simplemente con el nombre de Día Internacional de la Mujer.

Según un artículo publicado en la página oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), "El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer".

Las Naciones Unidas comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo en 1975, Año Internacional de la Mujer. Dos años más tarde, en diciembre de 1977, la Asamblea General adoptó una resolución proclamando un Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros pueden celebrar cualquier día del año siguiendo su tradición histórica y nacional.

El tema de este año 2013, fue: "Una promesa es una promesa: momento de pasar a la acción para acabar con la violencia contra las mujeres", por todos esos escenarios descritos líneas arriba, en que las féminas, sean niñas, adolescentes, adultas o ancianas sufren algún tipo de maltrato o violencia, sea psicológica, física, sexual o hasta económica.

No obstante, la lucha contra la violencia no sólo es un asunto de mujeres, como piensan muchos, sino que es una cuestión que se debe enfrentar desde todos los sectores de la sociedad, entre hombres y mujeres, pensando en que todos somos seres humanos y merecemos vivir con respeto y con amor, todos somos valiosos por el simple hecho de habitar en este mundo y sin vanaglorias ni prepotencia, debemos aprender a ver a los demás no como los otros sino como nosotros, nadie es más que nadie, todos somos iguales ante los ojos del Altísimo y debemos portarnos y tratarnos como iguales en este mundo terrenal, si queremos elevarnos y conocer el mundo espiritual y divino que habita Dios.

Así, que cada 8 de marzo no sea ocasión de poner en el papel ideas sobre cómo enfrentar la violencia y hacer valer los derechos de las mujeres, sino que debe ser la oportunidad de ponerse en acción para lograrlo.

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