sábado, 15 de octubre de 2011

Adela Zamudio pionera del feminismo boliviano

Adela Zamudio nació en Cochabamba el 11 de octubre de 1854, un día miércoles. Su nombre completo era Paz Juana Plácida Adela Rafaela Zamudio Ribero.
En 1869, al cumplir 15 años, Adela publicó en El Heraldo su primer poema titulado Dos rosas, y ya entonces firmaba bajo el pseudónimo de Soledad, nombre de guerra.
En 1890 publica Violeta o la princesa azul. Ese año logró ingresar en el magisterio profesional como maestra en la escuela San Alberto de Cochabamba.

A partir de entonces comenzó a desplegar una fecunda actividad pedagógica orientada a la eliminación de las trabas y los perjuicios reaccionarios que lastraban el aprendizaje académico y la formación espiritual de las jóvenes bolivianas.
En su defensa de los derechos de las mujeres de recibir esmerada educación, Adela Zamudio reclamó la necesidad de introducir el laicismo en los programas académicos nacionales, lanzando algunas propuestas audaces para su época, como la instauración del matrimonio civil, el derecho al divorcio y la separación de los poderes de la Iglesia católica y del Estado. Impulsó la enseñanza gratuita y laica, denunció fuertemente el ‘primitivismo patriarcal’ de la sociedad y la explotación y dominación imperante. Adela Zamudio alentó con todos sus esfuerzos la formación del pensamiento feminista. Y bajo ese influjo, en 1921 apareció en Oruro el primer número de la revista Feminiflor, dirigida y escrita por mujeres que fortalecían el ideal de la liberación femenina; y en 1923 se constituyó en La Paz la primera organización autónoma de mujeres que luchó por los derechos políticos, el Ateneo Femenino.
En 1926 apoyó públicamente la Ley de Divorcio, sancionada en 1932. Estuvo a la vanguardia por las reformas democráticas y exigió la separación de la Iglesia y el Estado. En este periodo se incorporaron las mujeres al movimiento sindical, con sindicatos propios y con la Federación Obrera Femenina.

Simone de Beauvoir

Fue una pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista en París, entre los años 1908-1986. Llegó a ser una figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer. Originaria de una familia burguesa, destacó desde temprana edad como una alumna brillante. Estudió en la Sorbona y en 1929 conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vida. A continuación algunas de sus célebres frases.

- No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino.
-El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.
-En cierto sentido, el misterio de la encarnación se repite en cada mujer; todo niño que nace es un dios que se hace hombre.
- No se nace sino que se deviene mujer.
- Me parecía que la Tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.
-Las personas felices no tienen historia.
- El secreto de la dicha en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta.
- Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
-La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad.
-Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
-La longevidad es la recompensa de la virtud.
-¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
- No nos engañemos: el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones.
-Es lícito violar una cultura, pero a condición de hacerle un hijo.

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