La directora del taller, Maricruz Ribera, también pensó en los padres y en las madres que acompañaron a sus hijas. En otro ambiente, ellos aprendieron a alimentar el autoestima de las pequeñas y a reforzar todo lo que el equipo de voluntarios de Yo soy mi primer amor les enseñaron a ellas a través de dinámicas, juegos y charlas. Ocho de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia y aunque las causas son estructurales, el programa trabaja en el hecho de que las niñas desarrollen un autoestima sana que las ayude a tener tolerancia cero ante el maltrato, a que tengan metas que las ayuden a no depender económica ni emocionalmente de un varón.
Habrá más
Los talleres serán cíclicos en Cochabamba, para llegar a más niñas y adolescentes. El equipo de voluntarios fue capacitado antes.
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