Un altar frente al Tribunal de Justicia de La Paz recordó hoy en el Día de los Difuntos a las 89 mujeres que murieron este año por la violencia machista en Bolivia y que siguen siendo "almas en busca de justicia".
Los nombres y apellidos de las mujeres se mezclaron con los elementos típicos de las mesas y altares de difuntos tradicionales en Bolivia, como panes, dulces, frutas, bebidas, "pasankallas" (maíz inflado a base de calor y cubierto en azúcar), bizcochos y las "t'ant'awawas", unos panes que representan a las personas muertas.
"Queremos sacarlas de la tumba de la impunidad", dijo a Efe Helen Álvarez, madre de la víctima de un supuesto feminicidio en Bolivia, y que es miembro de Mujeres Creando, la asociación feminista que ha levantado el altar ante la corte de justicia.
Solo en las últimas 72 horas, tres mujeres han sido asesinadas por sus parejas y exparejas en diferentes regiones del país andino.
La propuesta, según Álvarez, es recordar en esta fecha de tradición que las mujeres asesinadas a causa de la violencia machista no son una cifra y que merecen justicia.
Denunció que "son más de 350 feminicidios que se han cometido" desde 2013, cuando se puso en vigor una ley contra la violencia de género, pero "las sentencias condenatorias no llegan ni a veinte".
Bolivia es el país latinoamericano con mayores índices de violencia machista y el segundo después de Haití en violencia sexual, según datos del programa ONU Mujeres.
Tradición boliviana
Según la tradición andina, las almas descienden del cielo al mediodía del 1 de noviembre y vuelven a ascender al día siguiente.
Por ello, los familiares erigen mesas con altares que llevan panes con forma de escaleras para que al ser querido le sea más fácil bajar y regresar.
En las mesas también se deposita la comida que la personas preferían en vida, bebida, hojas de coca, flores, velas, figuritas de pan con formas humanas y de animales.
Además, la tradición de levantar altares para los difuntos está tan arraigada que en el Parlamento boliviano se instalaron dos grandes mesas para recordar a figuras como el libertador Simón Bolívar, los líderes indígenas Tupac Katari y Bartolina Sisa.
También se dedicaron homenajes al revolucionario argentino cubano Ernesto Che Guevara, a los artistas chilenos Violeta Parra y Víctor Jara y las víctimas de las revueltas contra las dictaduras.
Rosa Centeno, por ejemplo, relató a los medios que reza por las víctimas de la llamada "Guerra del gas", que es como se conoce a la violenta represión de protestas antigubernamentales de octubre del 2003 que causó la muerte de más de 60 personas.
En un acto en el Ministerio de Culturas, el jefe de Antropología del Viceministerio de Descolonización, Cancio Mamani, contó a los medios que en el pasado la gente sacaba los huesos de sus fallecidos y los disponían en altares iguales a las actuales.
Sin embargo, con la llegada de los españoles y la tradición cristiana, se prohibieron las exhumaciones, según dijo.
Y en lugar de la veneración de los restos humanos se comenzó a realizar figuritas humanas y de animales con harina de quinua y maíz -las "t'ant'awawas"-, como una estrategia de supervivencia.
Siempre en pareja las "t'ant'awawas" están presentes entre hoy y hasta mañana en los hogares bolivianos sobre todo de la zona andina y de los valles de Bolivia, donde hay una importante presencia cultural de los grupos étnicos aimara y quechua.
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