El estudio explica primero que las mujeres que dirigen o administran compañías, suelen mostrarse más defensivas a la hora de invertir y sus carteras suelen ser más diversificadas.
Segundo, suelen ser menos competitivas, es decir están menos motivadas en mostrar sus proezas a la hora de invertir y tercero, demostraron ser más consistentes, probablemente debido a la menor volatilidad de sus carteras y al hecho de que reaccionan menos a las noticias.
Por último, las mujeres también son más pacientes que los hombres ya que realizan menos comercio que estos.
Teniendo en cuenta todas estas ventajas, es normal preguntarse, por qué la industria de la gestión de activos está tan dominada por los hombres
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