Tanto la Gobernación de Cochabamba como el Municipio de Morochata asumieron todos los trámites del sepelio, y la funeraria San Luis fue la que cubrió todos los gastos del velatorio en Cochabamba y funerarios en Morochata, informó el gobernador Edmundo Novillo.
“Doña Valeriana, que el 14 de mayo iba a cumplir 104 años, ha sobrevivido al latifundio y servidumbre del siglo pasado y también al abandono de sus familiares, sobre los cuales se conoce muy poco”, comentó el Gobernador a tiempo de precisar que ayer al promediar las 12:00 una camioneta contratada por el municipio de Morochata trasladó los restos de doña Valeriana a su tierra de origen para su cristiana sepultura.
El Gobernador resaltó el testimonio oral que de varios periodos históricos dejó doña Valeriana durante el programa “Llajtamasis Centenarios” como la guerra del Chaco, las hambrunas después de la guerra, el levantamiento armado de campesinos en la revolución del 52, la reforma agraria y el fin de la servidumbre en las haciendas, el Gobierno de Barrientos, las dictaduras militares y el retorno a la democracia.
El asambleísta Marco Carrillo recordó que hace una semana y media, después del reconocimiento público a los “Llajtamasis Centenarios”, doña Valeriana llegó a Cochabamba afligida por algunas dolencias estomacales, que fueron atendidas de inmediato por el servicio de Emergencias del hospital Viedma, que recomendó su tratamiento interno.
“El fallecimiento de doña Valeriana es un duro golpe a los esfuerzos que se realizaron por tenerla más tiempo entre nosotros.
Hace dos días se recuperó de sus dolencias y pensábamos que podíamos internarla al asilo San José para que viva dignamente con otras ancianas”, comentó Carrillo.
La ancianita se destacó no sólo por ser la imagen representativa d ela campaña “Llajtamasis centenarios”, también por el amor que le tenía a lo que llamaba sus “tesoros”, Tres lápices, un tajador y un borrador, atesorados cuidadosamente dentro de otra bolsa, una de plástico color rosa amarrada por la parte superior con una cinta tejida por ella misma con una lana roja.
Comentó que tenía cuatro lápices, pero que uno le había robado el vecino. La ancianita vivía sola en su población natal en una vivienda reducida a una sola habitación en la que tenía lo necesario para vivir. Sus terrenos ya los habían cedido a un abogado a falta de familiares.
Doña Valeriana fue una de las alumnas ejemplares del programa educativo del Gobierno de Evo Morales, “Yo si puedo” y vivió para aprender a escribir su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario