viernes, 30 de mayo de 2014

Solo para el 10% de colegialas de 15 a 17 años está mal prostituirse



De 3.000 colegialas encuestadas en Bolivia —cantidad insuficiente, admiten los investigadores—, solo el 10% cree que es malo que sus compañeras se prostituyan; 60% opina que está bien “si lo hacen unas cuantas veces”, y 30% “si lo hacen una sola vez”.

Éste es el dato revelador que arroja la investigación Diagnóstico de la violencia sexual comercial en Bolivia, realizada por un equipo de la Mesa contra la Violencia Sexual Comercial de El Alto, que realizó encuestas en las nueve capitales departamentales.

“El diagnóstico ha demostrado que algunos colegios se están convirtiendo en espacios donde la violencia sexual comercial (VSC) está presente. Una encuesta ha demostrado que muchas estudiantes ven en el ejercicio de la prostitución —como ellas llaman a la VSC— una alternativa para generar recursos, que tienen contacto con amigas que realizan esta actividad sin que sus familias o profesores se enteren”. “También se ha evidenciado que las prácticas de proxenetismo se reproducen entre los adolescentes de hasta 14 años”, agrega.

El estudio presenta muchos casos, entre ellos el de un mototaxista de Cobija (Pando), quien captaba colegialas de entre 14 y 17 años y les ofrecía Bs 150 por tener relaciones sexuales con sus “clientes”. Además, les prometía motocicletas a plazos que podían pagar con el dinero que iban a ganar, ofrecimiento que no se cumplía.

Proxenetas. “Hay adolescentes captoras incluso hasta en el mismo colegio, sus amigas les dicen que tienen ropa de moda, zapatos último modelo, un celular nuevo, luego se vuelven proxenetas que las tienen amedrentadas y amenazadas”, dijo a La Razón el investigador Ariel Ramírez. De las 3.000 encuestadas, 2.700 conocían al menos a una amiga que vivió esta situación.

La violencia sexual comercial “es un delito que muchas veces cuenta con la complicidad de las víctimas, las que, ante la escasa atención que reciben en sus familias y una educación que no toma en cuenta la generación de autoestima y valores en los colegios, se pierden en la sociedad de consumo que procura solo el ‘poseer’ cosas a costa de la propia dignidad”, dice la investigación.

Con base en el diagnóstico se formó Vuela Libre, movimiento contra la violencia sexual comercial, integrado por una veintena de organizaciones, que busca promover la movilización social contra traficantes, proxenetas, “clientes”. Este movimiento tiene presencia en internet, en el sitio www.vuelalibre.info, desde donde difunde sus actividades.

Algunos datos del trabajo

Tiempo

La investigación se realizó desde enero de 2012 hasta febrero de 2013.

Lugares

Las víctimas son obligadas a prostituirse en whiskerías, bares, discotecas, karaokes, salas de masajes, casas, alojamientos, flotas, entre otros.

Tráfico

Los proxenetas venden jovencitas vírgenes hasta en Bs 700 y piden montos altos cuando el “cliente” no quiere usar preservativo.

Choferes, mototaxistas y mineros son los ‘clientes’

Minibuseros, taxistas, mototaxistas y mineros están en contacto con los proxenetas y a la vez son “clientes” de las menores que viven sometidas a la violencia sexual comercial, concluyó la investigación Diagnóstico de la violencia sexual comercial en Bolivia.

En las ciudades de El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz los “violentadores sexuales” son en su mayoría minibuseros y taxistas que buscan a las menores que se hallan “en situación de calle”. En Potosí y Oruro se identificó, además de los ya citados, a los mineros, y en Sucre, Beni, Pando y Tarija, a los mototaxistas.

“Para ello se contactan directamente con ellas o mediante un proxeneta y las someten sexualmente en algún alojamiento. En las ciudades de Tarija, Beni, Pando, Potosí, Oruro y Sucre, el contacto es en locales acondicionados al efecto o se utiliza hoteles”, detalla la investigación. Apunta que este “cliente” es difícil de identificar, por lo que no puede ser sancionado con ocho a 12 años de encierro, tal como dice la ley contra la trata.

Defensoría señala que no se aplican las normas

Para la Defensoría del Pueblo, las normas que castigan la violencia sexual comercial en Bolivia no se aplican, ya que las autoridades encargadas de combatir este delito realizan operativos no permanentes, o no toman decisiones.

“Muchas autoridades hacen operativos interinstitucionales, pero no hay un trabajo permanente y se queda en la misma situación. Por ejemplo, en El Alto se conoce dónde se efectúa este tipo de violación a los derechos de las adolescentes, pero faltan determinaciones”, indicó a La Razón Lidia Rodríguez, jefa nacional de la Unidad de la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo.

De acuerdo con la investigación Diagnóstico sobre la violencia sexual comercial en Bolivia, muchos de los casos no se conocen y, por tanto, no tienen sentencia, porque son las mismas víctimas que niegan la violencia.

“Se naturaliza el hecho de que un hombre le proporcione un beneficio económico a una adolescente a cambio de sexo y ella acepte. Entonces la denuncia es improbable, porque las partes acuerdan. Es algo complicado”, sostuvo Cecilia Álvarez, psicóloga que atendió a algunas víctimas.

Rodríguez informó que la Defensoría despliega estrategias de prevención en unidades educativas, con estudiantes y profesores. A finales de junio organizarán talleres con jueces, fiscales y la Policía para combatir este delito.

Casos recogidos en el informe

‘Las chicas de Charly’: Miriam Genoveva Jáuregui, fiscal de materia

Un grupo de adolescentes de 16 y 17 años de un colegio de la ciudad (Santa Cruz) se hacían llamar “Las chicas de Charly”. Ellas solas se prostituían, negociaban con sus clientes. Los vecinos denunciaron porque de casualidad le llegó el contacto a uno.

‘Bs 120 es mi tarifa’: Adolescente de 16 años

Mi mamá cree que trabajo como mesera. Una agencia de empleos me ofreció este trabajo y acepté, me dijeron que era bonita y podía ganar bien. Bs 120 es mi tarifa, pero si el cliente es amable, rebajo hasta 80. Por noche saco Bs 500 a 600 de 21.00 a 06.00

Proxenetas de 15 y 17 años: Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Sucre

Estudiantes de un colegio obligaban a una compañera a sostener relaciones sexuales con otros adolescentes a cambio de dinero. La amenazaban con mostrar fotos de ella sosteniendo relaciones sexuales. A su corta edad (15 y 17 años) ellos eran proxenetas.

Encuesta realizada a estudiantes de secundaria

Pregunta de percepción

¿Piensas que es bueno o malo que tus compañeros se hayan prostituido?

15 a 17 años

Está bien si lo hacen unas cuantas veces 60%

Está bien si lo hacen una sola vez 30%

Está mal 10%

13 a 14 años

Está bien si lo hacen unas cuantas veces 30%

Está bien si lo hacen una sola vez 20%

Está mal 50%

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