lunes, 26 de agosto de 2013

Por vez primera las mujeres del Valle Alto son dueñas de tierras

A doña Justina se le llenaron los ojos de lágrimas y la emoción le cortó la voz cuando recibió, de manos del vicepresidente Álvaro García Linera, los títulos ejecutoriales de su terreno en la comunidad de Ana Rancho, la cuna del sindicalismo agrario nacional. Estaba conmovida porque en ese instante, simbólicamente se rompieron con ella décadas de una tradición machista que no le permitía a una mujer figurar como dueña o heredera de un terreno.

El vicepresidente Álvaro García Linera, la ministra Nemesia Achacollo, senadores, diputados y representantes del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) entregaron ayer 7.392 títulos ejecutoriales de tierras a familias de Sacabamba, provincia Esteban Arze; Toco, Cliza, Ana Rancho, de la provincia Germán Jordán.

Al menos el 51 por ciento de los títulos ejecutoriales fue entregado a mujeres, por primera vez. Para ellas, el título no sólo significa que son propietarias de un pedazo de tierra, sino el ejercicio real de sus derechos.

El acto fue calificado como “histórico” por las autoridades, incluida la primera alcaldesa mujer de Ana Rancho, Janeth Flores.

“Soy la primera en 57 años”, recalcó con orgullo.

El Vicepresidente del Estado Plurinacional, acompañado de su esposa, hizo un resumen histórico de la importancia de Ana Rancho para el sindicalismo boliviano.

Las tierras que cultivaban los campesinos fueron regaladas por los españoles a las monjas clarisas. Surgieron los hacendados y los campesinos fueron víctimas del pongueaje. Se fueron a la Guerra del Chaco y al volver, de defender el gas, fueron echados de sus parcelas. Entonces, un puñado de comunarios formó el primer sindicato agrario nacional para defender sus derechos.

“Por eso es un honor entregar estos títulos en esta tierra de valientes”, dijo el Vicepresidente.

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