miércoles, 18 de abril de 2012

Lengua no sexista

Mucho se habla en estos días de la falta de respeto a la Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres que tanto se viene preconizando sobre todo en las últimas décadas. Esto sucede aquí y allá, no es extraño para casi nadie y, pese a ello, a tales diferencias tan marcadas, se tiene la impresión de que las mismas no les interesan gran cosa a infinidad de personas entre las cuales lastimosamente existen inclusive autoridades electas por el voto popular.

Es que, no en vano se dice que las sociedades machistas aún en pleno siglo XXI continúan vigentes, aunque no obstante es justo también reconocer que la humanidad ha dado grandes pasos para revertir tal situación. En ese contexto, el lenguaje “sexista” que es de uso corriente en estos tiempos que corren, ahora es puesto en tela de juicio.

Y claro que nosotros, a través de éste medio, estamos en la obligación de coadyuvar a fin de tratar de evitar cada vez menos su uso, que deplorablemente es cotidiano. De ahí que para una cabal comprensión de lo que estamos tratando, vamos a dar paso a escenas y pasajes de la vida diaria en las que participan muchas personas que, estamos seguros, se identificarán plenamente con usted. Todo transcurre a raíz de lo que viene aconteciendo en un colegio secundario.

EN EL COLEGIO

MAESTRO.- Ya está de buen tamaño que nadie quiera prestarle atención de verdad a los problemas relativos a la cuestión de género.

ALUMNO 1.- “Profe” ¿a qué se refiere con eso de género?

MAESTRO.- Es una barbaridad, si tú no sabes o entiendes de qué estoy hablando, y eso que ya serás bachiller, me imagino cómo estará el resto de la gente ¡en la luna!

ALUMNA 2.- Pero, profesor, ya, explíquenos nomás, porque yo sí estoy tomando debida nota.

MAESTRO.- Les hablo de la equidad de gé-nero que, en nuestro país continúa nomás bajo cero. Y quiero hacerles saber que desde la aprobación del Plan Nacional de Equidad, mediante un Decreto Supremo el año 2001, hasta hoy no se han dado avances significativos, ya que la mujer boliviana sigue postergada, marginada y con las esperanzas congeladas, como bien se enfatiza en un texto muy interesante que lo he leído no hace mucho.

ALUMNO 1.- Es que “profe”, la mujer es pues mujer y el varón es nomás varón.

MAESTRO.- ¡Cómo puedes decir semejante barrabasada! Aunque claro que tú no tienes la culpa pues, al igual que a muchos, te han criado en ese ambiente. Por eso bien se dice que las tradiciones y hasta la cultura son nomás la causa de las prácticas discriminatorias contra las mujeres.

ALUMNA 2.- Con razón decía mi tía que cuando una mujer realiza el mismo trabajo que un hombre, todo por ser mujer nada más, recibe menos sueldo que el varón.

MAESTRO.- En efecto es como bien lo dices. De todas maneras la tradición puede ser revertida y no necesariamente tiene que mantenerse incólume o estática.

ALUMNA 2.- ¿Y la cultura de igual manera, profesor?

MAESTRO.- De igual manera. Hay que cambiar inclusive estos patrones culturales o religiosos porque efectivamente son discriminatorios y por ende postergan el progreso. Si las mujeres también participaran habría el doble de ideas para construir el desarrollo, pues bien se dice “dos cabezas, hombre y mujer, piensan mejor que una”, reitero, según esa interesante publicación que espero hacerles llegar al menos en copias fotostáticas.

ALUMNO 1.- ¿Y cuáles son pues esos patrones culturales y religiosos que son discriminatorios?

MAESTRO.- Bien por tu pregunta. Por ejemplo en el campo se dice que las mujercitas, nada más que por ser mujeres, deben dedicarse a cuidar el rebaño de ovejas, cocinar, en suma ayudar en todas las labores de casa, menos estudiar. La religión también da cuenta que la mujer debe estar sometida al hombre, y así por el estilo hay mucho más que podría decirte.

ALUMNA 2.- De verdad profesor que ahora sí le estoy entendiendo todo, absolutamente todo y cuán importante es de veras para nosotras las del sexo “débil”.

LENGUAJE SEXISTA

MAESTRO.- Lo del día anterior fue una introducción “chicos” para tocar el lenguaje sexista. ¿Me han entendido “muchachos”?

ALUMNO 1.- Creo que sí “profe”.

ALUMNA 2.- Sí profesor hemos comprendido.

MAESTRO.- Aunque no creo todavía que hayan entendido a cabalidad, quiero decir-les que el lenguaje o idioma español es sexista, al menos así piensan muchos, pero lo cierto es que realmente lo que es sexista es el uso que hacemos del mismo.

ALUMNO 1.- Ahora sí que me estoy “mareando”, cómo es eso pues.

ALUMNA 2.- Hasta yo estoy por perder el “hilo” profesor.

MAESTRO.- Bueno, mi intervención al ha-cer énfasis en esas palabritas, “chicos” y “muchachos”, fue deliberada, y me place que estén prestando atención. Sin embargo les explico de inmediato, ya que esto está plenamente asociado a la equidad e igualdad de género. El lenguaje sexista es una representación femenina de forma sesgada, parcial o discriminada que asigna valores, capacidades y roles diferentes a hombres y mujeres exclusivamente en función de su sexo.

ALUMNO 1.- Sigo sin comprender muy bien “profe”.

MAESTRO.- No dejas de tener razón, pero ya les explicaré luego con detalle. Mientras, también debo hacerles conocer sobre lo relativo al lenguaje “androcéntrico”, o sea la ocultación de la presencia femenina o subordinación de ésta a la masculina, como bien explican los expertos.

ALUMNA 2.- Ahora sí que no estoy enten-diendo ni jota.

MAESTRO.- Pues bien, les doy el primer ejemplo: Un caso claro de androcentrismo es hablar de “el economista”, en sentido genérico, a fin de referirse a mujeres y varo-nes, cuando lo correcto debe ser “la econo-mista y el economista”.

ALUMNA 1.- Ya voy agarrando la punta del ovillo y creo que lo más importante es tratar de comprender muy bien, porque entiendo que esto nos beneficiará a nosotras las mujeres.

ALUMNA 2.- Yo en cambio no estoy asimilando muy bien, pero me está interesando bastante el tema.

MAESTRO.- Y les puedo asegurar que así es.

Continuará...

La Paz, abril de 2012

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