Por su parte, el defensor del Pueblo de la ciudad de El Alto, José Luis Hidalgo, apuntó que la mayoría de las víctimas tienen entre 16 y 25 años y viven en regiones fronterizas.
"Les hacen ofertas laborales que muchas veces derivan en explotación sexual", agregó Hidalgo, que participa en La Paz en un foro internacional sobre trata y tráfico de niños y adolescentes.
El director del programa de Protección de Niños y Adolescentes de la ONG Visión Mundial, Erick Camacho, dijo que la mano de obra de menores es "barata" en Bolivia y por eso la "demanda" es elevada, especialmente para talleres de costura y cosecha de verduras en Argentina y Brasil o para estibadores en Chile.
"La demanda más grande de los países limítrofes es para la explotación laboral porque son niños y adolescentes con ansias de un buen futuro y son convencidos fácilmente con ofertas que no llegan a cumplirse. En otros casos, son los padres de regiones pobres quienes entregan a sus hijos con la esperanza de que tendrán al menos un pan para alimentarse", afirmó Camacho.
"El 30 % de las víctimas que se rescatan en Argentina son bolivianos, gente que ha sido engañada con promesas de trabajo falso (...) y son destinadas a trabajar en talleres clandestinos donde son esclavizadas", dijo Fernando Mao, coordinador de la Red de Alto al Tráfico y la Trata para el Cono Sur.
Según un informe presentado en el foro, entre 800.000 y dos millones de personas son víctimas en todo el mundo de este delito, que genera hasta 10.000 millones de dólares al año.
EFE
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