domingo, 10 de julio de 2011

Joanne Sandler. directora adjunta de onu-mujer: «El cambio tiene que llegar a casa»

La directora adjunta de ONU-Mujer, Joanne Sandler, habló con EL DEBER el mismo día en que se presentó el informe sobre el Progreso de la Mujer en el Mundo en Nueva York. Durante la entrevista, alerta que la discriminación contra las mujeres es un mal extendido en países ricos y pobres, sin mayor distinción, donde las leyes no acompañan a la puesta en práctica la igualdad de género.
La situación se agrava en los países menos desarrollados, como Bolivia, donde las mujeres llevan sobre sus hombros un doble peso por su condición de tales y por vivir bajo el manto brutal de la pobreza.
- ¿Es la discriminación hacia las mujeres, un fenómeno transversal?
- Efectivamente, la discriminación de género afecta tanto a los países desarrollados como aquellos que son pobres y están en vías de desarrollo. La principal preocupación este año ha sido que el acceso a la justicia es muy difícil para las mujeres. Por eso, las mujeres que sufren violaciones, abusos sexuales, violencia doméstica o inequidad en el pago de sueldos enfrentan muchos problemas para llevar sus casos ante las cortes y aun para aquellas que lo logran los procesos son complicados y llevan a la impunidad. Muchos gobiernos están haciendo grandes esfuerzos para expandir estos accesos a la justicia, sin embargo, falta mucho camino por recorrer.
- En la mayoría de las regiones, como América Latina, ya se cuenta con leyes que protegen a las mujeres, sin embargo, en la realidad el problema continúa. ¿Qué explica esta brecha?
Efectivamente, el 97% de los países de la región tiene normas muy avanzadas contra la violencia doméstica, sin embargo, no se ponen en práctica en la realidad. Por ello, la implementación de estas normas está muy atrasada.
- ¿Qué está fallando?
- Las fallas se explican por tres razones. La primera tiene que ver con la tradición y la cultura. En muchos casos, el cambio tomará tiempo, quizás generaciones, porque hay costumbres que forman parte de culturas muy arraigadas que afectan los derechos de las mujeres.
En este sentido, lo que pasa en la casa es tan o más importante de lo que pasa a escala nacional.
Hay países donde está plenamente aceptado golpear a las mujeres y eso solo se podrá erradicar con la educación y con normas claras que castiguen a quienes golpean y abusan de las mujeres.
Otro punto es que los gobiernos no están destinando presupuestos suficientes para implementar las leyes. Es muy fácil ponerse de acuerdo en los parlamentos en leyes sobre equidad de salarios, por ejemplo, pero la implementación cuesta dinero y en muchos casos los presupuestos no están siguiendo los compromisos asumidos a escala internacional.
En tercer lugar, están las capacidades para asumir estos cambios. A pesar de que hay gobiernos y comunidades que quieren enfrentar la inequidad, falta la capacitación sobre cómo enfrentar estos desafíos.
- En Bolivia se percibe, también, que hay una disparidad entre la acción política de los gobernantes, caso concreto del presidente Evo Morales, que impulsa medidas a favor de las mujeres, pero mantiene un discurso machista. ¿Esto es así?
- Este es un problema concreto en América Latina, pero que también se da en todo el mundo. Hemos visto avances importantes en la participación política de las mujeres. Hay 28 países en el mundo, incluyendo Bolivia, que han sobrepasado el 30% de mujeres en el Parlamento.
Tener los números es importante, las mujeres tienen derecho a compartir la responsabilidad de gobernar con los varones. Sin embargo, a pesar de que tenemos más mujeres la estructura de toma de decisiones realmente no ha cambiado tanto. Lo que ahora estamos viendo es qué diferencia pueden marcar las mujeres cuando acceden a posiciones de poder.
- Varias mujeres en América Latina han logrado llegar a la cúspide del poder, es el caso de Michelle Bachelet (expresidenta de Chile), Cristina Fernández (Argentina), Dilma Rousseff (Brasil) y Laura Chinchilla (Costa Rica). ¿Qué está marcando esto en la región?
- Esto está mostrando que hay un cambio importante, porque cuando niñas y niños ven que las mujeres pueden ser presidentas del país o líderes de los partidos políticos, de las empresas o las organizaciones sociales, entonces, tienen ideas diferentes sobre sus propios futuros. Pero el mayor reto es otro.
El desafío es que estos cambios que vemos a escala nacional también se produzcan en el plano de la casa.
Hay datos en el informe que señalan que en Bolivia, República Dominicana, Perú, Colombia, Honduras y Haití, 25% de las mujeres dicen que no tienen influencia en las decisiones diarias de sus hogares. Entonces, tenemos más democracia de género en la política, pero esto no se ha trasladado al hogar, donde la mujer aún sufre la violencia y la discriminación.
- ¿Cómo se puede modificar esta situación?
- Este es un proceso largo, que va a cambiar de comunidad en comunidad y de país a país en base a la educación. El acceso pleno a los servicios de salud es parte de este proceso. El derecho a servicios públicos que están diseñados bajo la perspectiva de género. América Latina es líder en el mundo por contar con comisarías especiales para mujeres, con Brasil a la cabeza. Estos nuevos servicios van a contribuir al cambio.
- El informe publicado por ONU-Mujer revela que casi el 97% de las mujeres ricas de América Latina acceden a un médico durante el parto, mientras que solo un 23% de las mujeres del área rural tienen este servicio. ¿Cómo ve el problema de la desigualdad en la región?
- El mayor problema de América Latina es la desigualdad. De hecho, es la región del mundo más inequitativa entre las clases económicas. Esto también se da en África, Asia e, incluso, en Estados Unidos.
La diferencia entre los ricos y los pobres está aumentando, y particularmente, con la gente pobre en el área rural. Cuando se ven los promedios nacionales, parece que las cosas están avanzando, pero cuando se separan las cifras de las áreas rural y urbana es una situación diferente. Por eso, necesitamos poner mucha más atención a las comunidades rurales y, en particular, a las mujeres que viven en el área rural donde hay problemas graves de infraestructura, de transporte, y son víctimas de estructuras tradicionales que afectan sus derechos fundamentales.
- En nuestro país, la pobreza tiene rostro de mujer, joven e indígena. ¿Cómo ve el caso particular de Bolivia?
- Hay un reto muy grande en Bolivia. Allí estamos viendo muchos avances y progreso. Por ejemplo, hemos visto el caso de Tarairí, donde las mujeres indígenas se organizaron para demandar derechos iguales en el acceso a la tierra y las autoridades atendieron estos reclamos y reformaron prácticas tradicionales que impedían que las mujeres tengan una herencia igual a la de sus hermanos varones.
Estamos viendo en muchas comunidades indígenas, no solamente en Bolivia, que las mujeres están cuestionando las normas tradicionales que eran hechas por los varones. Por eso, ahora vemos a mujeres tomando posiciones de liderazgo como líderes locales y jueces comunitarios.
- El informe surge en momentos en que hay un debate internacional por el caso del exdirector del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn, acusado de abuso sexual contra una camarera en un hotel de la ciudad de Nueva York. Paradójicamente, la mujer puede pasar de supuesta víctima a acusada de difamación solo porque fue prostituta ¿Es este un caso paradigmático del machismo en los países ricos?
- Más allá del escándalo, el caso muestra las dificultades que tienen las mujeres para llevar sus casos ante una corte y que se haga justicia. Muchas mujeres empiezan los procesos legales, pero debido a que encuentran sistemas que son muy duros después desisten de sus demandas contra los supuestos abusadores. En Europa, solo el 14% de las denuncias de abuso llegan hasta el final. El estigma social es más fuerte con la mujer violada que con el varón que cometió el abuso sexual. Y mucho peor si la persona que ha perpetrado la violación tiene poder.
Por eso, necesitamos cortes diferentes que puedan garantizar el acceso a la justicia para las mujeres.
El caso de Dominique Strauss-Kahn muestra que el problema no es exclusivo de los pobres sino de todos los países del mundo, desde los más ricos hasta los menos desarrollados.

Piden promover los derechos de niñas y madres
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), a propósito del Día Mundial de la Población, demandó promover con mayor énfasis los derechos de las niñas y mujeres y salvaguardar los recursos naturales de los estados para el desarrollo sostenible de los pueblos.
El director ejecutivo del Unfpa, Babatunde Osotimehin, advierte que la protección de la salud reproductiva y la defensa de los derechos reproductivos son fundamentales para el desarrollo sostenible.
Alertó que 215 millones de mujeres de países en desarrollo no tienen acceso a anticonceptivos modernos, pese a que desean planificar y espaciar el nacimiento de sus hijos para mejorar las condiciones de vida de sus hogares.
Por tanto, para reducir las inequidades y mejorar los estándares de vida de las personas que viven hoy —así como para las generaciones siguientes— será necesario adoptar nuevas formas de pensamiento y entablar una cooperación mundial sin precedentes.
“Cuando las mujeres y las adolescentes disfrutan de sus derechos y tienen oportunidades, prosperan sus familias, sus comunidades y sus países”, aseguró Osotimehin.
“Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de efectuar inversiones en 1.800 millones de adolescentes y jóvenes de todo el mundo, de entre 10 y 24 años de edad. Ellos y ellas constituyen más de la cuarta parte de la población mundial; casi un 90 por ciento que vive en países en desarrollo”, indicó el funcionario.
El 31 de octubre de 2011 la población mundial llegará a 7.000 millones de personas, un hito que representa un reto, una oportunidad y un llamamiento a la acción.
“Siete mil millones de acciones, que involucrará a todos en considerar el significado de vivir con esta cantidad de personas y alentará a pasar a la acción en cuestiones que nos afectan a todos”, agregó.
Mientras la pobreza, la desigualdad y el creciente estrés sobre los recursos constituyen problemas de gran magnitud, el mundo está más interconectado que nunca, creando enormes posibilidades.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) abrió esta semana el sitio web 7BillionActions.org, para brindar información acerca de las cuestiones vinculadas con la población y el desarrollo sostenible.

Perfil

A favor de la mujer
Joanne Sandler es la directora adjunta de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujer). Antes, fue directora ejecutiva interina del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem). Presenta una amplia experiencia en la investigación de procesos sociales, económicos y políticos vinculados con las mujeres en los cinco continentes. La experta internacional canaliza los esfuerzos dirigidos a la organización de programas basados en derechos y resultados en apoyo del empoderamiento de la mujer y la defensa de sus derechos en todo el mundo. Sandler también ha participado en los consejos de administración de varias organizaciones nacionales e internacionales, como la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo, Gender at Work y Women Make Movies.

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