miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hormigón Armado, un proyecto para cambiar la vida de jóvenes madres

Katia, de 17 años, decidió cambiar su vida cuando se convirtió en madre, hace poco más de un año. Vivir en la calle junto a su pareja dejó de ser una opción. Ya no iban a dejar que la incertidumbre llevara las riendas de su destino. Hace unas semanas ella terminó su primer curso de gastronomía.
Katia y Álvaro, de 18 años, conocieron el proyecto El Hormigón Armado -y su trabajo con los lustrabotas y menores que viven en situación de calle- gracias al hermano de éste; pocas semanas después de convertirse en padres, llegaron con la esperanza de cambiar su situación. Hoy, la joven, que aún vende dulces para subsistir, tiene un cúmulo de nuevas expectativas para su vida.
El taller de gastronomía forma parte del proyecto que surgió del convenio entre El Hormigón Armado -conocido por su periódico cultural editado por lustrabotas- y la ONG Save de The Children, denominado Oportunidades para Guiar mi Futuro. Las beneficiarias fueron 13 jóvenes entre 15 y 25 años.
"El objetivo es crear oportunidades para madres jóvenes por su situación vulnerable: madres solteras y otras con poco apoyo y enormes responsabilidades, haciendo malabares con actividades laborales sacrificadas e ingresos muy bajos. Por ejemplo, una de las beneficiarias tiene 23 años y está embarazada de su cuarto hijo”, cuenta el fundador y director de El Hormigón Armado, Jaime Villalobos.
Cuando Katia tenía 12 años su madre murió. Su padre empezó a consumir bebidas alcohólicas en exceso y no contaban con dinero para que ella ni sus cinco hermanos pudieran subsistir. Unas amigas le presentaron a otros jóvenes que vivían en la calle y el resto es historia. Todavía se quiebra al decir que no tiene contacto con sus hermanos, no los encuentra.
Durante todo el embarazo vivió en la calle, no tuvo ningún control prenatal; pero su pequeña llegó al mundo con una brújula que ubicó a ambos en el tiempo y espacio propicios para un cambio de horizonte. Su pareja limpia parabrisas y se esfuerzan mucho en pagar el alquiler de la habitación en la que viven.
Hoy, las esperanzas de Katia están puestas en aprender gastronomía y en que El Hormigón Armado logre comprar el horno industrial para que, junto a sus compañeras, ponga en práctica lo aprendido.



Un horno para un cambio
Una parte de los recursos para el proyecto los destina Save The Children, pero El Hormigón Armado necesita dar la contraparte y recaudar al menos 1.000 dólares (6.960 bolivianos) para comprar un horno industrial, adecuar el espacio para la producción en sus instalaciones y adquirir instrumentos de trabajo que serán utilizados por las jóvenes para la producción. Para lograrlo se están realizando diferentes actividades que periódicamente se publican en su perfil de Facebook.

Las jóvenes mujeres que pasaron el primer taller son vendedoras del dulces, limpiaparabrisas y lustrabotas que, a su vez, son vendedoras del periódico El Hormigón Armado. "Habrá el segundo taller de capacitación sobre el empoderamiento, economía familiar y la sostenibilidad de los emprendimientos para los beneficiarios”, explica la trabajadora social de El Hormigón Armado, Magdalena Chambilla.
La empresa que comprará el producto, después de que se adquiera el horno, será la Empresa Boliviana de Almendras y Derivados, que les dará un taller en el cual aprenderán y elaborarán las galletas que se incluirán en el subsidio para madres gestantes.

"Yo quería terminar el colegio, ser policía o abogada, pero mis sueños se han acabado cuando mi madre se murió. Ahora, con lo que aprendí, quiero tener nuevos sueños, tener siempre una cama en donde dormir en las noches y que a mi hija no le falte nada”, afirma Katia.
Elaborar queques, galletas, postres, resultó entretenido para la joven madre, ni a ella ni a las demás les resultó difícil aprender. Como la mayoría de las beneficiarias son madres, ellas definieron los horarios del taller sobre la base de las necesidades de sus pequeños, algo similar deberá planificarse para la producción cuando se cuente con el horno.
"Sabemos que por las guaguas es difícil, pero un pilar fundamental en El Hormigón... es la ayuda de voluntarias. Vamos a tener que elaborar un cronograma y probablemente contar con su apoyo, así su trabajo en el horno será más llevadero”, recalca Chambilla.
Para Villalobos, la diferencia entre adquirir un horno y no lograrlo significa la pérdida de una oportunidad que simplemente no se puede dejar pasar. Para El Hormigón Armado es vital que quienes puedan colaborar imaginen el enorme impacto que tendrá el proyecto en estos jóvenes. Un proyecto que, de lograrse y con el apoyo de la ONG, sumará a más jóvenes en otras áreas de la educación técnica.

"Ahora quiero hacer repostería, producir y tener algo mío. También volver a estudiar, terminar el colegio, porque sólo estudié hasta octavo de primaria, y por lo menos tener un título de bachiller. Quiero salir adelante con mi hija y dejar la calle y todo eso en el pasado”, finaliza Katia.

Datos del proyecto
Proyecto El proyecto Oportunidades para Guiar mi Futuro se implementa por Save The Children, en coordinación con otras organizaciones, desde el 15 de enero hasta el 30 de diciembre de 2015. Su propósito es contribuir a mejorar el ingreso económico de jóvenes en situación de vulnerabilidad en cuatro municipios de Bolivia: La Paz, Oruro, Potosí y Santa Cruz. Se prevé que beneficiará a 700 jóvenes.
Fase final Durante la fase final, según la información del proyecto, la ONG fortalecerá enlaces de vinculación con los mercados potenciales que albergan a los emprendimientos productivos, referidos a la capacitación brindada, con el propósito de generar una mejora constante de los ingresos de los beneficiarios.
Contacto Para saber más sobre El Hormigón Armado y la recaudación de fondos puede ingresar a su perfil de Facebook: Hormigón Armado el Periódico de los Lustrabotas.

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