"Mamá Julia", como se conoce a Julia Flores Colque, nacida el 26 de octubre de 1900 en la región minera de Potosí, en el sur boliviano, festejó su cumpleaños junto a su familia, vecinos y autoridades de Sacaba, poblado de los valles de Cochabamba (centro del país), donde reside actualmente.
La anciana, que es un caso fuera de serie en un país donde la esperanza de vida al nacer es de 71 años, recibió un homenaje del gobierno municipal de Sacaba. Sin embargo, su caso no está registrado en el récord Guinnes.
Ataviada de blusón, mantilla y pollera rosados, la habitual vestimenta indígena, la anciana lució además un sombrero blanco de copa, distintivo del pueblo quechua.
En medio del festejo, rasgó un charango (instrumento andino de cuerdas), que en su juventud solía ejecutar con destreza, y disfrutó de un pastel de cumpleaños.
La anciana, que se comunica en quechua, vive en una pequeña casa de adobe con un pequeño jardín donde conviven perros, gatos y gallinas, y actualmente está al cuidado de su sobrina Agustina Verna, de 65 años de edad.
El gobierno municipal de Sacaba se ocupa de supervisar la salud de Julia, quien, por su edad, se desplaza en una silla de ruedas, según Carvajal.
Otro caso, que tampoco está consignado en el libro de récords mundiales es el del indígena aymara Carmelo Flores, que no es familiar de "mamá Julia", y murió en 2014, en una región del altiplano boliviano, a la edad de 123 años.
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