“El acoso y la violencia política es un fenómeno que está directamente relacionado con el incremento directo en la participación política de las mujeres, entonces a mayor presencia de las mujeres en espacios de decisión también mayores expresiones de violencia de los hombres”, afirmó.
Novillo explicó que desde más de una década, las mujeres han luchado para tener mayores espacios de participación política, lo cual se preveía que iba a generarse más violencia de parte de los hombres. Estos ataques son en su mayoría en los municipios rurales.
“Cuando la mayor cantidad de denuncias de acoso y violencia política se producían, constatábamos que estaba en el ámbito municipal porque es en este ámbito que se incrementó la participación de las mujeres, entonces se hacía previsible asumir el registro de la violencia y acoso político contra las mujeres concejalas”, señaló.
En ese marco, la “gestión compartida” no es una realidad porque precisamente se imponen los intereses personales y la intención de callar a las concejales mujeres.
“El acuerdo de gestión compartida es una trampa que si bien es un acuerdo de palabra o de documento firmado en blanco, el cual es ilegal, lo que hacen es firmar su renuncia y es una trampa en dos sentidos: uno, no va cumplir su gestión completa y está dirigido solo para las titulares mujeres, pero los hombres no renuncian ni firman los acuerdos”, explicó Novillo.
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