La coordinadora del Proyecto, Sara Romay, informó que se reportan una serie de actos de violencia de todo tipo como el físico, psicológico, sexual y económica que se refiere a toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia monetaria de la víctima. A las instalaciones del Proyecto Kusisqa Warmi que funcionan en el Centro Mariano del Santuario del Socavón, son reportados casos reincidentes y nuevos.
La vigencia de la Ley 348 Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, provocó que las mujeres se capaciten para romper el ciclo de violencia ocasionado en un gran porcentaje por sus parejas.
"Es difícil llegar a muchos sectores, pero las mujeres ya saben que hay leyes mediante las cuales pueden acudir y denunciar rompiendo el silencio, que les permitirá evitar más golpes y agresiones físicas y psicológicas", manifestó.
Romay considera que mujeres que son parte de la clase media, son las que en un número significativo realizan la denuncia si son agredidas y las personas que constituyen la clase baja o de condición humilde, no presentan su acusación por desconocimiento a las normas, debido a que no tienen acceso a la información y desconocen dónde deben realizar las denuncias.
Con las mujeres de la clase alta es difícil trabajar debido a los estigmas y prejuicios, porque las mujeres en cargos públicos también son víctimas de violencia, las cuales denuncian estos hechos, pero no son capaces de iniciar un proceso judicial por la vergüenza o por el hecho de ser estigmatizadas por haber sido golpeadas.
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