jueves, 18 de agosto de 2011

Longevidad femenina

La clave, dicen los científicos de la Universidad de Tokio, Japón, podría estar en genes que se encuentran en el esperma.

En un estudio llevado a cabo en ratones, los investigadores descubrieron que las hembras producidas con material genético de dos madres lograron vivir "significativamente" más tiempo que ratones producidos con la mezcla normal de genes maternos y paternos.

En particular -dicen los científicos- se trata de un gen, llamado RasgrF1, que heredan los padres a ambos géneros pero sólo es activo en los hombres. Otros expertos, sin embargo, creen que hay otras causas, además de las genéticas para la longevidad.

"Se sabe que hay genes que tienen que ver con la propensión a la extensión de la vida pero yo no creo que todo esté tan determinado por el material genético", dijo a BBC Ciencia el doctor Juan Hitzig, experto norteamericano.

Para crear a los ratonas con materiales genético de dos madres -llamadas bimaternas- los científicos japoneses manipularon el ADN de los óvulos de una hembra para que los genes se comportaran como los del esperma.

El material genético alterado fue implantado en el óvulo de otra ratona adulta para que creara embriones.

Según los científicos, las crías resultantes, que nacieron totalmente libres de material genético masculino, vivieron en promedio entre 600 y 700 días, es decir, 35 por ciento (186 días) más que los ratones producidos con material genético normal, de padre y madre.

"Desde hace tiempo hemos sabido que las mujeres tienden a vivir más que los hombres -afirma el profesor Tomohiro Kono, quien dirigió el estudio- y que estas diferencias en la longevidad, relacionadas al género, también ocurren con muchas otras especies de mamíferos".

Sistema inmunes mejorados

Según el profesor Kono, la respuesta parece estar en que las ratonas bimaternas parecían tener un mejor funcionamiento en sus sistemas inmunes.

Y la clave está en el gen Rasgrf1, que en las hembras queda silenciado debido a un proceso llamado impronta genética, encargado de que expresar (o "encender") genes dependiendo si se heredan del padre o la madre.

Los investigadores creen que este gen permite a los machos crecer más grandes y fuertes pero también limita sus perspectivas de vida.

Inmunidad ligada a la longevidad

"Envejecer -dice el doctor Hitzig- es un tema

eco-psico-inmuno-endocrino. Y aunque es verdad que hay genes que predisponen a la longevidad hay muchas otras causas que atentan en contra de ella".

"La inmunidad sin duda está muy ligada a la longevidad -dice el doctor Juan Hitzig- pero hay causas cotidianas, más allá de las genéticas, que predisponen a favor y en contra de la eficacia del sistema inmune, que es nuestro reparador y defensor biológico cotidiano".

Por ejemplo, agrega el experto, el estrés, los sistemas hormonales, e incluso nuestros pensamientos y emociones están muy relacionados a la eficacia del sistema inmune y por lo tanto a la longevidad.

" Si la longevidad en los mamíferos está controlada por la composición genómica de uno o de ambos padres y, quizás, del por qué las mujeres tienen ventajas sobre los hombres en lo que a perspectivas de vida se refiere", expresa el profesor Kono.

Sin embargo, afirma que la longevidad humana es un “proceso mucho más complicado y no puede afirmarse que sea controlado por un solo gen, creen que hay otras causas, además de las genéticas, involucradas en la longevidad.

Y en lugar de investigar cuáles son los procesos que nos hacen vivir más, sería mejor centrarnos en estudiar las causas que acortan la vida.

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