“A Dios gracias tengo una mamá que me ayuda a cumplir con mi agenda del día, pues si bien el día tiene 24 horas, aun así necesito agregarle horas extras. Comienzo el día muy temprano, a las 06.30. Todos vamos a la ducha para tener listo a mi hijo Valentino para ir a la escuela y el bebé ya está despierto, desayunamos en familia de tal manera que a las 08.30 salimos al trabajo mi esposo y yo”, dice Claribel.
Si bien cumple un horario continuo en Amcham hasta las 17.00 horas, ella se las ingenia para darse una escapada al mediodía y disfrutar del almuerzo con su familia.
“Hay que ser muy estratégico a la hora de distribuir el tiempo, pues más que cantidad de tiempo les brindo calidad del mismo. Al mediodía, tengo la oportunidad de enterarme de todo lo que les ha sucedido y una vez que terminamos de almorzar vuelvo al trabajo, donde permanezco hasta las 20 horas aproximadamente”, comenta la ejecutiva.
Cuando cae la noche retorna a su casa y, mientras duerme al bebé, revisa su correo y redes sociales para ver si tiene algún pendiente. Luego acude a la habitación de Valentino para revisar la tarea del colegio y al terminar le da las buenas noches.
“Cuando eres una ejecutiva, el trabajo no termina en la oficina, pues tienes muchos objetivos y resultados que cumplir. Usualmente duermo a medianoche, pero cuando hay cosas pendientes es continuo. Creo que es un ritmo al que uno debe acostumbrarse hasta crear un hábito. Por fortuna la mujer es muy hábil y sabe cómo organizar su tiempo”, apunta la Gerente de Amcham.
Los fines de semana son dedicados a su familia, pues todo cambia con la llegada de los hijos, ya no se buscan sólo lugares en los que exista comida deliciosa, sino aquellos que tengan juegos para que los niños no sólo disfruten de la comida, sino de un momento de diversión.
“Lo más duro son los viajes que realizo, hace poco estuve en Cochabamba durante una semana y ahora partiré en una misión a Miami por dos semanas. Teniendo un bebé de 3 meses muchas veces la parte emocional aflora, pero a Dios gracias cuento con el apoyo de mi mamá, y cada vez que retorno a casa encuentro a mis niños más educados y eso le da tranquilidad a mi corazón”, expresa emocionada Claribel.
Desde luego el apoyo de su esposo, Raúl Álvarez, es fundamental para ella. Lleva 16 años de haber enamorado, 7 de matrimonio. Son 23 años que están juntos. Es una relación que ha sido construida con el tiempo y que la ejecutiva atesora en el alma.
MATERNIDAD
“La llegada de un hijo es el momento más feliz de nuestras vidas, es una bendición que viene acompañada de todo un futuro de alegrías, de amor sin límites y nunca imaginado. Así sucedió con Valentino que tiene 4 años, es mi compañero de trabajo que hace sus dibujos junto a mí cuando estoy frente al computador”, dice Claribel.
La ejecutiva está segura de que en el futuro, Valentino será un niño muy responsable y trabajador, porque, según comenta, es increíble que a tan corta edad disfrute del trabajo junto a su madre, desde luego que al finalizar esta labor juega con su hermano con los transformers, de esa manera se combinan ambas actividades de manera creativa.
“Desde luego el generar equilibrio entre lo familiar y laboral no es tarea fácil, más aun teniendo un bebé de 3 meses y un niño de 4 años que ambos requieren de tiempo y dedicación. Sin embargo, creo mucho en la calidad de tiempo en el caso de mis hijos Valentino (4) y en el de mi bebé Adrianno, pues mientras él duerme yo trabajo”, afirma la Gerente General de AMCHAM.
Claribel está convencida que lo más importante en esta etapa es generar fortalezas tanto en lo familiar como en el trabajo, el crear una dedicación constante enfocada en ambos ámbitos, que en el tiempo traerá grandes satisfacciones.
EMPRESARIA
Para Claribel, su formación profesional fue preponderante a la hora de ocupar el cargo en la Gerencia General de la Cámara Americana de Comercio. Estudió Economía en la Universidad Privada Boliviana, tiene una Maestría en Business Administration – MBA en Costa Rica y un postgrado en Negociación y Liderazgo en Harvard University, entre otras universidades latinas y europeas.
“Cumplí 18 años de trabajo como ejecutiva de cámaras e instituciones de apoyo a la gestión de negocios, inversiones, comercio exterior y como creadora de oportunidades de crecimiento en negocios internacionales. Impulsé en diferentes instancias a jóvenes emprendedores, en búsqueda de su fortalecimiento y proyección internacional”, agrega Aparicio.
Su trayectoria en gerencia de instituciones comenzó a la edad de 21 años y tuvo a su cargo 12 años la gerencia general de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco). En la actualidad, lleva tres años en la Cámara Americana de Comercio (Amcham Bolivia), además de apoyar por 2 años en la realización del Congreso Hemisférico en la Cámara de Comercio Latinoamericana en Miami.
“No fue fácil y, más aún, al iniciar mi carrera institucional siendo joven y mujer. Pero, creo firmemente que los espacios no se abren o conquistan por características de género, sino con preparación, ingenio, aptitud, tenacidad y esfuerzo. Fue así que puse en práctica con la inserción de elementos y metodologías académicas en espacios donde la experiencia no me acompañaba”, apunta Aparicio.
Con esfuerzo y dedicación fue ganando experiencia y ahora con más de 15 años de trayectoria en instituciones empresariales, ha logrado el respeto, valoración de colegas y líderes empresariales.
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