viernes, 3 de octubre de 2014

En Bolivia, la trata tiene 2 fines que no persigue en otros países

La mendicidad forzada y la servidumbre costumbrista son dos fines que busca la trata de personas en Bolivia, muy peculiares, pero que no se dan en otros países de Latinoamérica, según el Gobierno.
"Nuestro país, a diferencia de otros en Latinoamérica, tiene características muy marcadas en la trata. Por ejemplo, la mendicidad forzada, generalmente de menores obligados a pedir limosna. Otra es el ‘padrinazgo’ de ahijados que llegan a las urbes desde el campo, bajo la promesa de oportunidades, pero se los obliga a trabajar hasta 12 horas”, afirmó el responsable de Prevención del Viceministerio de Seguridad Ciudadana, Sergio Ibáñez.


Ambos fines o propósitos, junto a otros 12 tipificados por la Ley 263 de 2012, tienen una pena de entre 10 y 15 años de cárcel.
La mendicidad forzada se da cuando una persona es obligada a pedir limosna y el dinero recibido llega sólo al tratante o a la comunidad, ya que este fenómeno es propio de poblaciones del área rural y se da cuando grupos de comunarios arriban a las urbes en ciertas épocas del año.
Aunque el padrinazgo no es una práctica ilegal, sino cultural, se convierte en servidumbre costumbrista cuando se da la explotación de una persona que por lo general migra del campo a la vivienda de un "padrino” o "compadre” de la ciudad, con la expectativa de una mejor calidad de vida. En ambos casos, las víctimas son menores y mayores de edad.

El presidente del Observatorio Latinoamericano de Trata y Tráfico de Personas, José Manuel Grima, afirmó que en Nicaragua se supo de un caso de mendicidad forzada, al igual que en México; no hay cifras sobre la servidumbre costumbrista.

El jefe de la Dirección Especial de Trata y Tráfico de Personas del Ministerio de Gobierno, Freddy Cayo, dijo que entre 2005 y 2013 se dieron 2.280 casos de trata en todo el país, pero no se sabe cuántos corresponden a mendicidad forzada o a servidumbre costumbrista.
Un investigador de la División de Trata y Tráfico de la FELCC de La Paz dijo que en cuatro años recibieron un caso de mendicidad forzada, en el que hubo un aprehendido y se restituyó a dos menores a su madre, quien los había entregado para esta práctica. Los casos más frecuentes son de explotación sexual y laboral.

En un sondeo realizado por Página Siete a 10 personas se comprobó que una sabía que los dos fines de trata mencionados están penados, tres sólo reconocieron como tal a la mendicidad forzada y el resto desconocía ambos.

Estrategia: informar antes que reprimir
El Viceministerio de Seguridad Ciudadana tiene una estrategia para actuar contra la mendicidad forzada y la servidumbre costumbrista.
Al tratarse de "prácticas culturales” de la población boliviana, se privilegia la información antes que la represión, algo que no ocurre en casos como la explotación sexual, explicó.
"No podemos pedir que se detenga a la gente. En situaciones culturalmente aceptadas, queda penalizar estos aspectos y concienciar a la población antes que llegar a la represión. Que la gente sepa que hace mal, porque los niños se convierten en instrumentos de lucro”, explicó el responsable de Prevención, Sergio Ibáñez.
En enero de este año, el Gobierno identificó como uno de los principales problemas de la lucha contra la trata y tráfico "las construcciones cognitivas generadas históricamente, que vulneran los derechos y que no son reconocidos como delitos; ejemplo claro es la servidumbre costumbrista. En otros casos, las conductas se naturalizaron al extremo que las víctimas no asumen que se vulneran sus derechos”, añadió.

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