lunes, 2 de junio de 2014

OLIVIA ELIZABETH OJOPI Una gran mujer de talla baja

Decirles gente pequeña o enana es el peor de los pecados, los ofende porque lo consideran despectivo, pero es más común de lo que se podría pensar. El término correcto es personas de talla baja, que desde el año pasado tienen su día mundial, el 25 de octubre.

Olivia Elibeth Ojopi Muñoz es una de ellos, y a mucha honra. Se siente tan normal como el resto de los mortales, y pasa por un momento especial, está embarazada. Tiene cinco meses y medio de gestación, fruto del amor con su novio colombiano, Jorge Andrés Viana, que tiene las mismas características físicas que ella, lo que eleva al 75% las probabilidades de que su bebé, una mujercita a la que llamarán María Alejandra, se parezca a los dos en estatura.

A Olivia no le importa, ella está fascinada con la idea de ser mamá. “Me da igual, yo ya lo viví y cuando ella llegue le daré lo mismo o más de lo que me dieron mis padres y mis abuelitos; le enseñaré muchas cosas para que pueda desarrollarse normalmente, como hice yo. Mi sueño era ser madre; antes me preguntaba si podría encontrar una pareja para formar mi familia, si podría ser mamá, Jorgito se cuestionaba lo mismo y Diosito nos regaló la bendición de ser padres”.

Se conocieron hace tres años por las redes sociales, cuando ella comenzó a relacionarse con asociaciones de varios países presentes en el Facebook. Viajó a Colombia y desde entonces solo tomaba aviones con rumbo a ese país. Llevan poco más de un año de noviazgo y él vendrá un mes antes del parto para ayudarla en todo. Jorge se quedará el mayor tiempo posible en Bolivia y, si surge una oferta laboral, pretende quedarse.

Olivia es serena, lo que no significa que todo le fuera tan calmo como una taza de leche. El hecho de apenas superar el metro de estatura, paradójicamente, la visibilizó más.

“En la calle la gente se codea cuando paso, vuelcan a mirar, sobre todo los niños. Antes me molestaba, pero a medida que pasó el tiempo maduré y le doy menos importancia. Lo que sí me da pena es que hacen eso no solo con personas como yo, sino con las de otras condiciones físicas y mentales, como síndrome de Down, etc”.

No faltó el guardia de boliche que, cuando ella tenía 16 años, le dijo: “No podés entrar porque sos una enana”. Ni fue ni es con ella, está pendiente de consolidar su familia y tener cerca a su novio, “estoy sensible, lo extraño y lo necesito a mi lado”

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